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Todos los capítulos de Arderemos en lo prohibido. : Capítulo 21 - Capítulo 30
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Capítulo 21 Shen.
Shen:— Dalia.Sus ojos azules son un mar de emociones, uno que calman mi alma, no pierdo tiempo en esperar su respuesta, sé que no la tendré, está en shock, su cuerpo tiembla ante mi contacto, su vista sigue perdida, sus manos aferran sus pechos, y el solo hecho de recordar que tan cerca estuvo ese maldito de profanar su cuerpo me enerva una vez más, no debí esperar tanto para ir tras ella, pero se supone que es una chica lista, lo veo en sus ojos, ¿Cómo se le ocurre pensar o así sea sopesar la idea de que podría vagar sola por la noche? ¿en verdad creyó que por ser estas nuestras tierras estarían libre de peligro? Aunque debería ser el caso, siempre le dije a mi padre que su bondad y paciencia nos traería problemas y esto es una prueba de ello, se supone que nada debe suceder sin nuestro permiso y estoy seguro que mi padre alegara que aunque sean sus tierras no puede saber lo que un grupo de vagabundos piensa hacer, pero maldición, ellos casi… me niego a pensar lo que le habrían hec
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Capítulo 22 Huang.
Huang:Camino por el bosque que pertenece a mi familia, la noche es agradable, y aunque el día de ayer llovió, el follaje a mis pies evita que el lodo ensucie mi ser, aunque de nada sirve, porque me siento sucio, cada vez que veo mis manos, el rojo las adorna, y es cuando me pregunto ¿que está mal conmigo? ¿Por qué soy tan diferente a mis hermanos? ¿Cuánta vergüenza deberá tolerar mi familia por mi culpa? ¿no es suficiente con traer la vergüenza a nuestro clan gracias a mis gustos amorosos, también debe dolerme la muerte de nuestros enemigos? ¿Cómo podre ayudar a mi hermana? Esta garra es inservible, solo un punto débil en el gran clan del tigre blanco.Siento mi pecho arder ante mi descubrimiento, soy un estorbo, un punto débil, algo que no es indispensable y que sin embargo es un peso para los demás, y es cuando tomo mi decisión, mi mano viaja a mi cintura, allí, en medio del prado a poco menos de un par de metros de mi hogar, sé que no tardaran más de unas horas en encontrar mi cue
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Capítulo 23 Mei.
Mei:Estoy segura de que mis dientes se romperán de un momento a otro, ¿Cómo es que mi gran noche de despedida a la diversión termina de esta forma? Yo queria divertirme, queria ser feliz, una maldita vez, solo una vez.— O por dios, ¿son personas muertas? — rubia tenía que ser, claro que están muertas, si sus cabezas están esparcidas por la calle.— Lo son, lo más probable es que se cruzaran con Shen o Huang.— ¿Cómo lo sabes? ¿Cómo estas tan segura que fue alguno de ellos? Dios mío, ¿dónde está Dalia?— Tranquila rubia, se cómo matan mis hermanos y lo más seguro es que Dalia este con uno de ellos. — al menos eso espero, porque una extranjera caminando sola por aquí, es mujer muerta, quisiera sentirme mal por la regordeta Bach, pero no puedo, a decir verdad, ya tengo la mejor tortura para Dalia, hacerla hacer ejercicio, una tonta risilla sale de mí, y la rubia me ve confusa, pero solo la ignoro, adiós humor, no podría decir eso ni siquiera de broma a mis hermanos, se espera tanto de
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Capítulo 24 Berrinche.
La boca de Dalia se mostraba dudosa ante la pasión que demostraba la de Shen, su cuerpo temblaba, por las emociones pasadas y las presentes y Shen solo pudo sostenerla aún más fuerte, sintiendo el momento en el que Dalia finalmente se rindió a él, dejo que sus labio se amoldaran a los de Shen, sin pelear por el control del beso, dejando en claro su inexperiencia, pero eso solo complico las cosas, porque mientras más inocente descubrió que Dalia era, más la deseo.El oriental ni siquiera se molestó en cerrar la ducha, solo comenzó a dirigirla a la habitación, aun devorando su boca, disfrutando de su piel suave y cálida entre sus manos, mientras su mente le gritaba que era una pésima idea, sin embargo, su miembro se alzaba como una lanza lista para la lucha, suplicante de poder hundirse en semejante mujer, suave, cálida, agradable al tacto y a la vista.— Esto no está bien. — murmuro Dalia, agitada, cuando de un hábil movimiento Shen la coloco sobre la cama.— Lo que está bien o mal, es
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Capítulo 25 Renzo.
Renzo:Lo estaba besando, una vez más, como hace semanas atrás, y la suavidad de sus labios me trasportaba a otra dimensión, donde nada estaba mal, donde el permitirme sentir algo por él, era lo más correcto del mundo y por muy raro que pareciera, mi mente estaba en calma, al igual que mi corazón tenía paz, Huang era eso, la tranquilidad que no sabía que necesitaba, fueron solo segundos, los más preciados de mi existencia, hasta que sentí como se alejaba de mí, y aunque lo que más deseaba era tomarlo entre mis brazos y mantenerlo pegado a mi cuerpo, no me atreví a abrazarlo, porque sé que no lo merezco.— ¿Qué rayos haces Renzo? — su susurro bien podria pasar por el murmullo de una suave brisa. — ¿Cuándo la locura ingreso en tu cabeza?El rencor baila en sus ojos, el desagrado se refleja en las comisuras de sus labios y ante mi silencio causado por el dolor que todo eso me provoca, Huang solo se aleja y como aquel día, solo puedo verlo, como lo que es, un dios, una deidad, aun mas irr
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Capítulo 26 Dalia.
Dalia:Siento el latir de mi corazón en mis oídos, la idea de arrodillarme ante Shen más que asustarme me excita, Dios, no puedo creer que permití que me tocara de esa forma, casi pierdo mi virginidad, sin ser consiente, ¡cuan patética es mi vida! Pero debo ser realista, Shen solo se estaba burlando de mí, y aunque no sea el caso, no pienso ser una más que contar entre sus sabanas.— Ya casi llegamos, ¿segura que no quieres arrodillarte y evitarte la humillación de estar atada cual perro en el jardín? — ¿Por qué siempre me fijo en los lunáticos? Este hombre es una gran bandera roja y aun así, mi boca anhela un beso más de él, solo uno más.— Más que un perro, compárame con un lobo, puedes pretender que me has atrapado, coloca una soga a mi cuello si eso te da la falsa ilusión de que me has doblegado, pero nunca, te descuides, no sea que el tigre blanco se quede sin una garra. — sus pequeños ojos centellan aun en la oscuridad, tras esos lentes que lo hacen lucir como un erudito, y no p
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Capítulo 27 Walter.
Walter.Todo me daba vueltas, sabía muy bien que me habían drogado, no soy santo, he probado muchas cosas en mi vida, y la droga es una de ellas, sin embargo deje que esa mujer creyera que estaba a su merced, queria salir de aquel club y no me importaba como, ya no soportaba ver como Mei permitía que todos vieran su cuerpo mecerse de un lado a otro, con el deseo y anhelo bailando en sus ojos, como si fuese algo que poseer solo para lucir, mas no porque realmente lo amaran o lo quisieran procurar; pero entonces la pequeña oriental fue en “mi rescate” y solo me deje ser, queria saber que planeaba, porque definitivamente una mujer como ella no voltearía a verme, conozco mis fortalezas, cargar un apellido prestado y mucho dinero, pero solo es eso, ninguna jovencita como Mei me encontraría atractivo, ni siquiera interesante, pero nuevamente esta niña me sorprende, su mano acariciando mi cuerpo hacen que todo gire a mi alrededor, es embriagante, más que el alcohol, más que las drogas, más q
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Capitulo 28 Algo que decir.
Shen caminaba de regreso a su casa, luego de asegurarse que el mástil que hacía años no se usaba para atar a los sirvientes desobedientes, estuviera limpio y sin astillas que pudiera dañar la piel de Dalia, algo ridículo, si alguien se tomara el tiempo de pensar en ello, pues lo que él deseaba era humillar a Dalia, la queria doblegar, pero a la vez no queria herirla, ilógico, claro que lo era, pero aun así no comprendía lo que le sucedía con esa regordeta mujer. Pero cuando poco le faltaba para llegar a su hogar, fue interceptado por su padre Loan Zhao.— Shen Kun. — lo llamo con seriedad, y el rubio giro para verlo, ¿de dónde había salido? No lo sabía, pero tratar de escuchar a su padre en modo sigiloso, era algo imposible.— Padre. — respondió sin saber muy bien que hacer o donde meter la soga que llevaba entre sus manos.— No sé qué me preocupa más, si verte con esa soga en las manos o que no preguntes que hago a esta hora cerca de tu hogar, más cuando avisamos que no estaríamos en
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Capítulo 29 Vasto universo.
Shen se dedicó a escuchar cada error que su tío Wang cometió, como su madre fue fundamental para que el honor de la familia Zhao se mantuviera, y se tragó una maldición cuando Loan le explico como Aika, mediante engaños, convenció a los más ancianos del clan para que la ayudaran.— Cuando Aika amenazo con incriminar a Wang frente al clan, y decir que la había obligado a estar con él, solo me quedo ceder a sus chantajes, el plan era fácil, o al menos así lo veía yo. — Shen observo como la mirada de su madre se agudizo, y pudo distinguir resentimiento y dolor, su padre le había fallado a su madre y ahora tenía miedo de saber cómo. — Creí que ganaría tiempo para demostrar la inocencia de Wang. — la aclaración de Loan era más para Jade que para el mismo Shen, y el rubio tomo nota de aquello, jamás hacer enfadar a la mujer que amara, si es que ese di allegaba. — Por lo que accedía tomarla como concubina. — Shen agradeció haberse negado a beber una segunda taza de té, porque estaba seguro d
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Capítulo 30 Mala noche.
Sus manos sujetaban la delgada cadera, mientras su cuerpo se balanceaba y su lengua dibujaba círculos en esas pequeñas y rosadas tetillas, mientras sus oídos disfrutaban de los dulces gemidos, lo que provocó que su liberación alcanzara casi la cúspide.— Renzo. — la voz de Huang llego de algún lado, mezclándose con el mejor sueño que estaba teniendo, y casi gimió al poder al fin liberarse. — Renzo. — sus ojos se abrieron, dándole paso al blanco techo y el sentir húmedo en su pelvis.— No puede ser. — murmuro sintiendo la humedad, que le dejaba en claro que, con solo ese sueño con Huang, se había venido en su bóxer.— Renzo.— ¡Ya te escuché, Huang! — grito furioso de que todo aquello fuese solo un sueño, lo queria de nuevo bajo suyo, gimiendo sin sentido, mientras él devoraba su delgado y hermoso cuerpo.— Tal parece que te levantas de mal humor luego de una noche de diversión. — rebatió Huang, ¿cuál diversión? Pensó Renzo.— ¿Puede solo largarte así me aseo? — era ridículo no querer
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