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Todos los capítulos de MELODÍA DEL CORAZÓN : Capítulo 41 - Capítulo 45
45 chapters
| 𝐋𝐀 𝐍𝐎𝐂𝐇𝐄 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐎𝐑𝐐𝐔𝐄𝐒𝐓𝐀
Diego y yo llegamos al pequeño café que había sugerido. Era un lugar acogedor, con mesas de madera y una atmósfera tranquila. Nos sentamos en una mesa junto a la ventana, desde donde se podía ver la calle llena de vida.—Entonces, cuéntame todo —dijo Diego mientras nos acomodábamos—. ¿Cómo fue el ensayo?Sonreí, emocionada por compartir mi experiencia.—Fue increíble. La señora García es una directora fantástica. Nos hizo trabajar en la sincronización y la armonía desde el principio. Me sentí un poco nerviosa al principio, pero luego me dejé llevar por la música. Los otros músicos son muy talentosos y me sentí muy bien acogida.Diego me escuchaba atentamente, asintiendo de vez en cuando. Su interés genuino me hacía sentir valorada.—Eso suena genial, Sofía. Estoy seguro de que te irá muy bien en esta orquesta. ¿Y qué tal la señora García? ¿Es tan estricta como dicen?—Es exigente, pero también muy comprensiva. Nos da muchas indicaciones para mejorar, pero siempre de una manera constru
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| 𝐔𝐍 𝐀𝐂𝐎𝐑𝐃𝐄 𝐃𝐄 𝐓𝐄𝐍𝐒𝐈𝐎𝐍
Después de salir del baño, me dirigí de regreso a la fiesta, intentando olvidar lo que había pasado con Leonardo. Me sentía confundida y un poco nerviosa, pero también aliviada de haberme alejado de él.Cuando llegué a la pista de baile, vi a Diego bailando con Ana, una de mis compañeras de la orquesta. Me sonrió al verme y me hizo un gesto para que me uniera a ellos. Me sentí agradecida de verlo y me uní al baile.Diego me tomó la mano y me acercó a él.—¿Estás bien? —me preguntó, mirándome con preocupación.—Sí, estoy bien —le respondí, sonriendo—. Solo necesitaba retocarme un poco el maquillaje.Diego me creyó y continuamos bailando. Me sentía segura y protegida a su lado, y la música y la risa de los demás me ayudaron a olvidar lo que había pasado con Leonardo.Pero justo cuando pensaba que la noche iba a seguir sin incidentes, vi a Leonardo de nuevo. Esta vez, estaba en la barra, bebiendo un trago y mirándome con una expresión que me heló la sangre.Me sentí un escalofrío recorre
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| 𝐍𝐎𝐂𝐇𝐄 𝐂𝐎𝐌𝐏𝐋𝐈𝐂𝐀𝐃𝐀
Diego y yo salimos de la academia y nos dirigimos a un café cercano para relajarnos después del ensayo. La tarde estaba fresca y agradable, y el ambiente del café era acogedor. Nos sentamos en una mesa junto a la ventana, desde donde podíamos ver la calle llena de vida.—Me alegra que hayas venido al ensayo —dije, sonriendo a Diego mientras tomábamos asiento—. Tu presencia me dio mucha confianza.Diego sonrió y tomó un sorbo de su café.—Me alegra escuchar eso. Disfruté mucho viéndote tocar. Eres increíble, Sofía.Sentí un rubor en mis mejillas y bajé la mirada, agradecida por sus palabras.—Gracias, Diego. Significa mucho para mí.Pasamos un rato conversando sobre la música y nuestros planes para el futuro. Diego me contó sobre algunos proyectos en los que estaba trabajando, y yo le hablé de mis expectativas para la temporada con la orquesta. Su entusiasmo y apoyo me hacían sentir más segura y motivada.De repente, Diego cambió de tema, su expresión se volvió un poco más seria.—Sofí
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| 𝐃𝐄𝐒𝐏𝐔𝐄𝐒 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐓𝐎𝐑𝐌𝐄𝐍𝐓𝐀
Mientras caminaba hacia la puerta de mi casa, sentí una mezcla de emociones: enojo, confusión y algo más que no podía identificar. Me detuve antes de entrar y me giré para mirar a Leonardo, que seguía sentado en el coche, observándome con una expresión de arrepentimiento.Nos quedamos en silencio por un momento, simplemente mirándonos. Finalmente, Leonardo cambió su expresión endureciéndose. Sin decir una palabra más, se giró y encendió el motor, y justo cuando iba a abrir la puerta de mi casa, escuché el chirrido de las llantas del coche de Leonardo al alejarse rápidamente.Me quedé inmóvil por un momento, sintiendo una mezcla de tristeza y esperanza. Sabía que la noche había sido un torbellino de emociones y que las cosas no serían fáciles de ahora en adelante. Entré a mi casa, cerrando la puerta detrás de mí, y me apoyé contra ella, dejando escapar un suspiro. La incertidumbre sobre lo que vendría después me pesaba, pero también sentía una extraña sensación de alivio.Caminé hacia
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| 𝐄𝐍𝐓𝐑𝐄 𝐋𝐀 𝐑𝐀𝐁𝐈𝐀 𝐘 𝐋𝐀 𝐂𝐎𝐍𝐅𝐔𝐒𝐈𝐎́𝐍
Esa noche, después de regresar a casa, me senté en mi escritorio, Necesitaba ordenar mis pensamientos y planear cómo hablar con Leonardo. Al día siguiente, me desperté temprano y me preparé para el día. Sentía una mezcla de nerviosismo y determinación. Sabía que tenía que enfrentar a Leonardo y dejar claras mis expectativas. Decidí enviarle un mensaje para pedirle que nos encontráramos en un lugar neutral. "Leonardo, necesitamos hablar. ¿Puedes encontrarte conmigo en el café cerca del parque a las 11?" Esperé unos minutos, y pronto llegó su respuesta: "Está bien, nos vemos allí." A las 11 en punto, llegué al café y vi a Leonardo esperándome en una mesa. Me acerqué y me senté frente a él, sintiendo la tensión en el aire. —Hola, Leonardo —dije, tratando de mantener mi voz firme. —Hola, Sofía. ¿De qué quieres hablar? —preguntó, su voz tensa. Tomé una respiración profunda y comencé. —Leonardo, lo que pasó la otra noche no fue aceptable. No puedes tratarme de esa manera,
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