Don Javier eligió a Jasper para que lo acompañara esa noche y estaría con él también los días siguientes. Jasper, con su juventud y belleza casi desconcertante, estaba sentado al lado de aquel hombre, sonriendo y asintiendo con amabilidad, mientras Don Javier le hablaba de cosas sin mucha importancia y lo halagaba por su apariencia atrayente.Jasper debía mantenerse cerca de él en todo momento, escuchando y mostrando interés, hasta que Don Javier decidiera llevarlo a una habitación privada. Pero este cliente no tenía prisa, le gustaba pasar tiempo charlando con el joven, deleitándose con su sonrisa y con cada palabra que salía de su boca.Mientras tanto, Jordan, desde su lugar en el piano, amenizaba el ambiente con su música. Pero, durante las pausas en las que podía relajar los dedos y tomar un poco de agua, se quedaba mirando a Jasper y a Don Javier que se encontraban juntos en una mesa. Observaba cómo Don Javier le acariciaba la mejilla, el brazo, y hasta la pierna con una confianz
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