Capítulo 25. Una sorpresa paterna.
Los días siguientes fueron una tortura para ambos, sobre todo para Lukas, porque ella lo evitaba a toda costa, cuando lo veía llegar donde estaba, se iba, se encerraba en su habitación y solo salía cuando él se había ido.Lukas, por su parte, se debatía entre la culpa y la frustración, queriendo hablar con ella, verla, saber cómo pensaba, quizás era un tonto, pero haberse acostado con Fabi, no había cambiado para nada lo que sentía por Sofía.A decir verdad, haber estado con Fabi, solo le había dejado una sensación de vacío, ni siquiera había sentido placer, y en algún momento, debió imaginarse que se trataba de Sofía.Lo que había provocado era una distancia más grande entre ellos, y ese abismo parecía insalvable y no tenía la mínima idea de cómo acercarse.“Eres un idiota, tanto que te costó convencerla y hacerle bajar la guardia ¿Qué culpa tiene ella que su madre le sea infiel a tu padre?”, recriminó su conciencia.—¿Y qué querías que siguiera con ella? Seguro sabe lo que hizo su m
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