**Minutos antes.**A medida que la madrugada caía, agotada por el largo día y todas las emociones vividas, Anna finalmente se permitió cerrar los ojos. Lucas descansaba sobre su pecho, respirando suavemente, y por un momento, todo el dolor y la angustia parecían desvanecerse en ese pequeño rincón de paz. La oscuridad la envolvía, y ella cayó en un sueño profundo, el tipo de sueño que solo llega después de días sin descanso. Pero esa calma fue rota cuando una voz suave, apenas un susurro, comenzó a llamarla desde las profundidades de su descanso.—Anna… Anna…Unos toques sutiles en su brazo derecho la hicieron abrir los ojos lentamente. Aún adormilada, apenas distinguió la figura que se inclinaba sobre ella. Parpadeó, tratando de enfocar su vista borrosa por el sueño.—Anna, amiga, ¿no me reconoces? Soy yo, Tatiana, tu antigua compañera—dijo la voz, que ahora se hacía más clara y reconocible.Anna se frotó los ojos, aún confusa. Su mirada vagó por el rostro familiar antes de que una
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