147. DOMINANDO A MI ALFA
CELINEMe giré casi temblando observándolo detenerse a unos metros, las pesadas cadenas rodaban por el suelo, aún unidas a los grilletes en sus manos que no parecían detenerlo para nada.Diosa, ahora con luz, se veía más salvaje, peligroso y comestible, casi desnudo y con esa feroz erección apuntándome, apenas tapada por unos retazos de tela humedecida donde caía la punta de su miembro.Sus ojos me miraban como siempre, llenos de control sobre mi voluntad, implacable, como un depredador que sabe que se va a comer esta presa sí o sí.— Porque me hechizaste, esa es la respuesta. Todo esto, es alguna clase de sueño sexual barato, no sé quién seas, pero déjame salir de aquí, ¡no me gusta que jueguen con mi mente!— Entonces ven a mí, ven al palacio y te estaré esperando aquí mismo, te sabes el camino, síguelo y te demostraré que esto no es solo un sueño.— ¿El castillo? Nadie puede entrar…— Tú sí puedes, solo tú, yo te dejaré – me responde y se sigue acercando paso a paso, con seguridad,
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