Idiota Andrei, era un idiota y no merecía su amor, sus lágrimas ni su tristeza. Él merecía a una prostituta que quisiera su dinero y su sexo, nada más, no que una chica como ella le brindara su amor puro y sincero.—Bien… —se incorporó y se bajó de Andrei y él frunció el ceño, sorprendiéndose de su propia reacción, en realidad no quería que se bajara—. No estás haciendo bien tu trabajo, te dije que para volver a entrar en mis bragas ibas a tener que mentirme, pero sigues siendo un insensible… —comenzó a caminar sin voltear a mirarlo, simplemente comenzó a caminar enfadada y él la miraba desde su lugar."Esa mocosa terca y obstinada", pensó, rodando los ojos.Elisa, por su parte, dio un portazo y se echó a su cama a llorar, pensando en lo desgraciada que era, con un hombre que no estaba dispuesto a dejarse amar y además, con un chico como Igor, tan dulce tierno que le había confesado su amor.Pensó en la ironía de su situación y nuevamente deseó estar lejos y ser libre, olvidarse de A
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