—¿No te cansas de beber?—¿Por qué no dejas de preguntar estupideces?Samuel lo miraba desde el sillón, aún era temprano e Igor. iba por su tercer vaso de whisky. Hace días que las noches se las pasaba bebiendo un poco, y si bien era cierto no llegaba a emborracharse, no pensaba que fuera correcto beber en horas de trabajo, y menos en uno de los clubes a cargo.—A Andrei no le agradaría verte bebiendo tan temprano en un lugar de donde se supone, eres responsable.El rubio lo miró y dejó el vaso sobre la mesa haciendo ruido, enfadado al tener que escuchar reprimendas de parte de un sujeto que no era más que él, y que además, sacaba a Andrei.—Yo no decepcionaré a Andrei —se defendió. Hace días que se sentía un traidor por estar celoso de él, por desear su suerte y en mayor medida, a su mujer. Jamás en la vida se iba a poder perdonar el decepcionarlo, el fallarle. Andrei era más que su líder, era su padre y le debía todo a él.—Bien, entonces deja ese vaso.—No estoy borracho, Samuel
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