Elisa sentía que su corazón iba a estallar en su pecho, gruesas lágrimas bajaban por sus mejillas y hacía todo el esfuerzo del mundo por no ponerse a llorar como una niña.El chofer que la llevaba lucía imperturbable, parecía un robot, conduciendo seguramente hacia el sitio que Igor había conseguido para esconderla. No sabía ni siquiera si podría volver a su país, si podría comenzar de cero o por el contrario, estaría condenada a amar a ese mafioso a pesar de estar lejos de él. "Si serás tonta, Elisa. ¿Por qué sigues pensando en él? Sabes que no siente lo mismo que tú".—Señorita, llegamos —habló el hombre, deteniéndose en un edificio que parecía un hotel—. Deberá esconderse aquí hasta que pueda recibir nuevas instrucciones. —Pero, ¿cómo…? —lo miró confusa cuando le entregó un celular—. ¿Igor? —Así es.Se limitó a asentir, porque si hablaba, el nudo que cargaba en su garganta estallaría.Sabía que el rubio estaría cuidándola hasta que pudiera ponerla a salvo, pero que sería difíci
Andrei no podía estar más desesperado en la búsqueda de Elisa.Las primeras horas sabía que eran las cruciales, pero por más que lo intentó y aunque que mandó a todo su equipo, era como si hubiese desaparecido como humo. Sentía que pasaba por todas las etapas de las emociones; ira, incredulidad, desesperación, miedo, tristeza y luego otra vez ira.Estaba volviéndose loco y lo sabía.Al principio pensó que alguien la había secuestrado, que Stefan había descubierto la verdad y se la había llevado lejos solamente para torturarlo, pero no fue así, porque al entrar en territorio de ese imbécil líder de otro clan, la castaña ni siquiera estaba por los alrededores y ese perdedor estaba con un par de prostitutas.Ni siquiera se puso a pensar que esa búsqueda traería sospechas sobre el primo de Kirill, solamente quería tenerla de vuelta y le parecía insoportable imaginar que se haya ido para alejarse de él, aunque era lo más probable, luego de la discusión que habían tenido.Maldijo el univer
Al pasar los días, Andrei pensó que ella lo extrañaría, que sentiría la falta de su presencia y que tomaría la decisión de volver a su lado, pero eso no pasó. Por su parte, ella solo se acostaba en su cama, no pegaba el ojo en toda la noche cómo él, quién pensaba en ella cada segundo, minuto y hora del día. La verdad, Elisa no sabía qué hacer allí y se preguntaba por qué no estaba de nuevo a su lado, al menos para bailar y que le ofreciera esa sonrisa que tanto le gustaba. Pero luego pensaba en sus palabras y el llanto volvía a su cuerpo, restándole toda la alegría que debería sentir por estar lejos de ese mafioso, libre y más segura que nunca, o al menos eso era lo que ella quería pensar; que iba a encontrar la felicidad al tener la libertad que vivía antes de conocer a Andrei Borisov.Lo que Andrei tenía claro era que si no hacía algo rápido, perdería la cabeza e iría a buscarla a cualquier rincón del mundo, aunque tuviera que traerla amordazada a su mansión. Luego pensaba que e
Lo que sucedió segundos después fue un caos, el ruso dio una señal y sus hombres comenzaron a disparar, acabando primeramente con el sujeto de la boca llena de baba y los que estaban a su alrededor, pero pronto tuvieron compañía y eran muchos. Estos entraron y eliminaron a los primeros que vieron. No se habían equivocado al pensar que habían muchos, era una emboscada y los tenían rodeados, pero eso no cambiaba el hecho de que Andrei era una máquina de matar.—Que empiece el show —dijo Lucas, empezando a disparar a todos los que veía. Pasaron muchos minutos entre disparos cuando ya se estaban acercando a su objetivo: la habitación donde se suponía que estaba Elisa, pero cuando llegaron allí, estaba completamente vacío el lugar, a no ser por los matones que los estaban esperando, y Andrei supo que tenía un traidor entre sus hombres.—¡Maldita sea, ¿quién es el puto traidor?! —gritó con cólera.De pronto otras puertas más grandes se abrieron, dejando salir un ejército de hombres que s
Habían pasado dos meses desde que Elisa volvió a su país natal, pero a pesar del tiempo, la castaña no había podido lograr olvidar lo que había vivido en Rusia ni mucho menos al hombre que amaba.Este no abandonaba sus pensamientos ni un momento.Su madre estaba preocupada porque la terapia no funcionaba, nadie la entendía y no encontraba consuelo en nada. La mala experiencia había sido tan fácil de olvidar, pero la buena le era insoportablemente difícil.El amor y el dolor se quedaron dentro de su ser, el ardor y el dulzor que Andrei Borisov le había hecho sentir aún estaba inyectado en su piel.Su vida casi había vuelto a la monotonía de antes pero se le habían medido algo extra que la convertían en una pesadilla. Siempre creí oír su voz cuando dormía o mejor dicho, cuando intentaba hacerlo, aún se reproducía como una nota de diaria que creaba en su mente, añadiendo un "amo", al final de la frase, por lo cual Andrei le correspondía sus sentimientosIncluso podía sentir cómo se le p
—¿Encontraron su foto? —dijo ella, asombrada.—No fue fácil, algunos coinciden con los cuerpos, pero necesitamos que nos confirme cuál es él, para buscar el cuerpo a quién le pertenece y así garantizar que él ya no esté —dijo y la castaña miró el piso, triste—. Esto podría salvar muchas vidas, señorita Morrison.—Le aseguro… que él ya no estaba —expresó cabizbaja y suspiró, para mirarlo de nuevo—. Si identifico la foto y ustedes usan para identificar los cuerpos que tienen, ¿podrán enterrarlo y dejarme en paz? —dijo hastiada.— Le aseguro de que no nos volveremos a ver, pero usted es la única persona que afirma haber estado cautiva por el mafioso más violento y peligroso de Rusia; la sobreviviente y la que le vio el rostro no tenemos a nadie más —dijo y ella asintió.—Bien —aceptó con una mueca, aunque sentía que quizás iba a derrumbarse en esos momentos."Después de esto, juro que te dejaré ir, Andrei", pensó Elisa decidida.Fueron a la agencia, donde se veían ese tipo de casos inter
Elisa estaba cansada, despertó con un dolor muy grande de cabeza porque había llorado toda la noche sin parar. El pensar en que Andrei pudiera estar vivo era una auto tortura completamente opuesta a la realidad. La chica tenía miedo de encontrar consuelo en esas noticias y que su corazón se volviera a destrozar al volver a la realidad.Se levantó de la cama con nulas ganas de ir a la universidad, pero tenía que ir, así que se alistó.—Buenos días, hija —dijo su madre cuando la vio bajar por las escaleras, pero solo salió de la casa. Se sentía un poco culpable por su comportamiento, su madre y hermana habían sido muy comprensivos y le habían tenido mucha paciencia, pero esto la superaba.De pronto frunció el ceño al ver una camioneta negra parada en la calle de enfrente. La miró unos segundos sólo por curiosidad, ya que sus vecinos no tenían semejante camioneta tan lujosa, no vivía en un vecindario de ricos, eran de clase media y no solía ver ese tipo de vehículos en la zona.Decidi
—¿Qué imágenes puedes ver? —dijo la terapeuta y ella miró al piso algo tímida—. Bien, ¿a qué crees que se deban estas nuevas pesadillas? La doctora estaba atenta y Elisa suspiró, bajando la cabeza para poder hablar consigo misma en voz alta y poder decir todo.—No puedo escapar del pasado, intento con todas mis fuerzas, pero me siento atrapada —sollozó y tomó un suspiro para calmar su tensión—. Una parte de mí lo piensa cada día y la otra quiere olvidarlo, doy todas mis fuerzas para solo recordar mis momentos favoritos con él y sentirlo cerca, pero se nublan —dijo conteniendo sus lágrimas, mientras miraba el piso.—¿Momentos favoritos? ¿Estás hablando de Andrei Borisov? —dijo y ella asintió sin mirarla, algo apenada—. ¿Tú sentías algo por él, no es así? —preguntó curiosa.—Sí —dijo ella cerrando muy fuerte sus ojos, dejando salir las lágrimas que estaba conteniendo desde hace rato—. Y antes de que lo diga, no tengo estocolmo —habló estresada.—No te estoy juzgando, Elisa, quisiera qu