Elisa estaba cansada, despertó con un dolor muy grande de cabeza porque había llorado toda la noche sin parar. El pensar en que Andrei pudiera estar vivo era una auto tortura completamente opuesta a la realidad. La chica tenía miedo de encontrar consuelo en esas noticias y que su corazón se volviera a destrozar al volver a la realidad.Se levantó de la cama con nulas ganas de ir a la universidad, pero tenía que ir, así que se alistó.—Buenos días, hija —dijo su madre cuando la vio bajar por las escaleras, pero solo salió de la casa. Se sentía un poco culpable por su comportamiento, su madre y hermana habían sido muy comprensivos y le habían tenido mucha paciencia, pero esto la superaba.De pronto frunció el ceño al ver una camioneta negra parada en la calle de enfrente. La miró unos segundos sólo por curiosidad, ya que sus vecinos no tenían semejante camioneta tan lujosa, no vivía en un vecindario de ricos, eran de clase media y no solía ver ese tipo de vehículos en la zona.Decidi
—¿Qué imágenes puedes ver? —dijo la terapeuta y ella miró al piso algo tímida—. Bien, ¿a qué crees que se deban estas nuevas pesadillas? La doctora estaba atenta y Elisa suspiró, bajando la cabeza para poder hablar consigo misma en voz alta y poder decir todo.—No puedo escapar del pasado, intento con todas mis fuerzas, pero me siento atrapada —sollozó y tomó un suspiro para calmar su tensión—. Una parte de mí lo piensa cada día y la otra quiere olvidarlo, doy todas mis fuerzas para solo recordar mis momentos favoritos con él y sentirlo cerca, pero se nublan —dijo conteniendo sus lágrimas, mientras miraba el piso.—¿Momentos favoritos? ¿Estás hablando de Andrei Borisov? —dijo y ella asintió sin mirarla, algo apenada—. ¿Tú sentías algo por él, no es así? —preguntó curiosa.—Sí —dijo ella cerrando muy fuerte sus ojos, dejando salir las lágrimas que estaba conteniendo desde hace rato—. Y antes de que lo diga, no tengo estocolmo —habló estresada.—No te estoy juzgando, Elisa, quisiera qu
Elisa despertó algo confundida mirando a su alrededor, preguntándose dónde estaba.Hizo un enorme esfuerzo para girar su cabeza, mientras su vista se aclaraba y veía a Igor en el otro asiento.—Espero puedas quedarte tranquila —dijo el chico rubio y ella se dio cuenta de que estaba en un avión—. No quiero tener que amarrarte.Ella se sorprendió por su actitud, él mismo la había ayudado a escapar y ahora actuaba de manera seria e indiferente, como si fuera el primer día que la viera, como era antes con ella; cuando acaba de ocurrir lo de Kirill. Sentía un amargo sabor de boca, porque no sabía si había sido castigado por su culpa, por haber escapado y ahora la odiaba con todo su ser.—No soy un animal —aclaró dolida, pero no lo demostró en el exterior—. Y te aviso de una vez que me quiero ir, así que aterricen —dijo la chica, aguantando las lágrimas que se aproximaban.—Estamos en la nada, Elisa, dormiste por horas. No lo hagas más difícil —dijo tranquilo, mirando una revista.Ella mir
—Yo… —Elisa sentía su garganta apretada a más no poder, sobre todo por la forma que él tuvo de mirarla—. ¿Cómo… cómo es que estás vivo?Lo último lo dijo un susurro, como si le doliera hablar con él, quizás porque pensaba que su subconsciente podía jugarle una mala pasada y toda esa escena no era más que el producto de un sueño en el que su amado mafioso estaba con vida.Andrei no le respondió de inmediato, simplemente se limitó a acariciar su mejilla con parsimonia, como si quisiera grabar sus facciones con sus dedos, haciendo que la bailarina soltara un suspiro y cerrara los ojos, disfrutando de las caricias que le estaba dando él.No podían encontrar un escenario más idílico que ese, no luego de que ella escapara y que él tuviera que ir detrás para encontrarse de frente con la muerte, la que casi se lo lleva sin contemplación alguna.—Estuve a punto de morir… —dijo el hombre con voz ronca, contenida—, pero no podía partir de este mundo… sin verte aunque fuera una vez más. Aunque s
Ella estaba en shock, no había imaginado que luego de traicionar su confianza, él le diera la oportunidad de recuperarla de una manera más normal, sin sentirse atada de ninguna manera o que tuviera la intención de dejarla salir.De hecho, había sido una de sus preocupaciones cuando se vio nuevamente dentro de la mansión del líder mafioso.—¿Te comió la lengua un gato? —dijo y ella sonrió un poco, viendo que estaba relajado a pesar de todo—. Sé que es algo que no esperabas, pero no quiero cometer los mismos errores, Elisa, yo… no soportaría… perderte de nuevo.—¿Qué hay de… lo que pasó con Kirill? —tragó saliva, mirándolo algo temerosa, preparada para lo que fuera.Andrei soltó un suspiro y aunque sabía que no podía cambiar el pasado, la muerte de su mejor amigo le había hecho conocer a la única mujer capaz de incentivarlo a cambiar, cosa que no había ocurrido nunca antes con ninguna mujer.—Eso ya pasó y alguien pagó por ello, incluso tú con tu sufrimiento lo hiciste, así que ya no ha
Elisa se miraba en el espejo satisfecha, incluso la señora María la miraba con una enorme sonrisa y ojos brillantes, haciendo que la vergüenza que pudo haber sentido segundos atrás se esfumara.—Se ve hermosa, el jefe estará muy contento —dijo la mujer, arreglando la habitación, que la misma Elisa y las maquillistas habían dejado vuelto un desastre—. Ahora apresúrese, la están esperando afuera. Ella todavía tenía los nervios a flor de piel, pero tomó una profunda respiración y se dijo que todo estaba bien y más ahora que las cosas con Andrei iban mejor que nunca. Esperaba que nadie en esa fiesta se encargara de amargarle la noche, pero lo primero que vio al salir fue a una mujer pelirroja acercarse de manera muy insinuante a Andrei.Igor se dio cuenta de la situación, pero sus ojos quedaron clavados en la belleza que acababa de entrar al salón, esa chica castaña que había cuidado por semanas sin poder siquiera acercarse a ella, aunque ganas no le faltaron. Más de una vez estuvo a p
—Ah… —sonrió con malicia mientras daba pasos hacia ella y Elisa se aceleraba—. Entonces pretendías estar sola en un lugar desagradable como este… —se detuvo cuando estuvo frente a ella—. A mí no me engañas, eres miedosa. Me quisiste traer a este lugar, ¿qué pretendes hacerme?—No seas ridículo… —rió nerviosa y él seguía con esa sonrisa intimidante y sus ojos con fuego, entonces le dio otro sorbo a su tequila—. El único que puede hacerme algo eres tú…—Sí, puedo… Más aún luego de tantos insultos seguidos. No me gustan esos tratos… —soltó su vaso y llevó sus manos a tomar su cintura para atraerla hacia él, estrechando sus brazos para ir a besar sus labios, saboreándolos con esa dedicación erótica que tanto la volvía loca.Elisa soltó entonces la copa también y posó sus manos en sus hombros, para luego deslizarlas hasta su nuca y profundizar ese beso. Cómo había extrañado besarlo y cómo él había extrañado ponerle las manos encima. La boca de Andrei prontamente se deslizó hasta su cuell
La superficie del tronco del árbol le provocaba una sensación de irritación, hasta llegaba a dolerle, dolor que era sumamente placentero junto a las olas de sensaciones deliciosas que estaba sintiendo. Volvió a enredar sus dedos en el cabello largo de Andrei y fue a besarlo, alejando su espalda del tronco, posición que también le permitió aumentar el ritmo. Gemía dentro de la boca del líder mafioso, moviendo sus caderas en sentido contrario y gimiendo fuertemente sin importarle que pudieran escucharla los muertos. Andrei cerró sus ojos y comenzó a morder su cuello, era tan deliciosa que no podía despegarse de ella y sus movimientos lo incitaban a moverme más rápido sin ningún tipo de cuidado. Elisa en respuesta dejó de moverse y siguió siendo escandalosa, comenzando a ahogar sus gemidos porque estaba al límite, sentía el orgasmo venir así que se entregó a todas las sensaciones de su cuerpo, mente y alma terminando en un largo y fuerte sonido provocado por el éxtasis.Andrei comenz