Idiota Andrei, era un idiota y no merecía su amor, sus lágrimas ni su tristeza. Él merecía a una prostituta que quisiera su dinero y su sexo, nada más, no que una chica como ella le brindara su amor puro y sincero.—Bien… —se incorporó y se bajó de Andrei y él frunció el ceño, sorprendiéndose de su propia reacción, en realidad no quería que se bajara—. No estás haciendo bien tu trabajo, te dije que para volver a entrar en mis bragas ibas a tener que mentirme, pero sigues siendo un insensible… —comenzó a caminar sin voltear a mirarlo, simplemente comenzó a caminar enfadada y él la miraba desde su lugar."Esa mocosa terca y obstinada", pensó, rodando los ojos.Elisa, por su parte, dio un portazo y se echó a su cama a llorar, pensando en lo desgraciada que era, con un hombre que no estaba dispuesto a dejarse amar y además, con un chico como Igor, tan dulce tierno que le había confesado su amor.Pensó en la ironía de su situación y nuevamente deseó estar lejos y ser libre, olvidarse de A
—Gracias… —no sabía cómo llamarlo, no recordaba si es que en el pasado él le había dicho su nombre.—Arnold.—Arnold —respondió ella entonces con una sonrisa—. Saldré un momento, necesito aire —se excusó.—Adelante.La castaña le hizo una pequeña reverencia, porque tampoco estaba demasiado acostumbrada a tratar con formalidades en esa cultura.Deseaba estar afuera para saber si podía ver a Igor y hablar sobre lo de la tarde, pero prontamente recordó que era sábado y probablemente lo vería en un par de horas más.Mientras iba por la salida, Samuel se le interpuso y ella frunció el ceño. ¿Ahora Andrei la controlaría para evitar que saliera de esa parte de la casa?—¿Sí?—Andrei quiere verla.—Andrei está conversando con una mujer, así que dudo que quiera verme —respondió Elisa un tanto enfadada—. Y si tanto quiere verme, dile que pare de mandar mensajeros y que deje de ser idiota —siguió su camino y el hombre de Andrei sonrió. Vaya que había crecido esa chica en poco tiempo, y no dejab
—¿A dónde? —revolvió sus cabellos con frustración—. ¡Lejos de aquí, Elisa! ¿Por qué me miras así? —bufó, al ver la expresión de su rostro.—No me iré… —sus palabras fueron una punzada a su corazón, ¿era realmente lo que quería? —Maldita sea… —habló entre dientes con ira contenida al entender la razón de la castaña, que por supuesto, tenía que ver con Andrei Borisov.—¿Por qué haces esto, Igor? Si Andrei se entera… —la interrumpió de pronto al escuchar una risas y la tomó entre sus brazos, tapando su boca y colocándola detrás de un arbusto cercano—. Mphhh…—Shhh —le pidió en voz baja, al presenciar la escena que ella también comenzó a mirar con atención—. Qué mierda…Delante de ellos estaban Andrei y Anna, ella en actitud coqueta y él, aunque estaba algo serio, no la alejaba y pronto la rubia se lanzó a sus brazos, besándolo con desesperación y tocándolo sin ningún pudor. El líder no se quedaba atrás y comenzó a corresponderle, tocándola con deseo y haciendo que Elisa soltara un resp
Varios hombres agitados llamaron la atención del jefe, que salía enojado de los arbustos del jardín, luego de que Anna insistiera en recordar viejos tiempos, cuando tenían sexo en cualquier lugar descabellado.Pero esa vez… simplemente no pudo. A pesar de que sus caricias lograban calentarlo y que sentía su erección irse despertando, sólo tenía a la castaña en su mente y alma.Luego de besarla con desesperación durante varios minutos y que ella intentara hacerle un oral, la había apartado de manera brusca, pidiendo que se largara. Con el ceño fruncido, miró el desbarajuste y se acercó a uno de sus hombres, quien le dijo asustado que hubo una fuga, cosa que hizo que el pecho se le estrujara. Salió corriendo hacia el salón y vio a Igor dando órdenes, tenía los ojos enrojecidos y parecía a punto de querer arrancarle la cabeza al celador de turno.—¡¿Qué carajos pasó?! —demandó serio, mirando a los hombres.Estos se quedaron fríos y todo el salón quedó en absoluto silencio por las órden
Elisa sentía que su corazón iba a estallar en su pecho, gruesas lágrimas bajaban por sus mejillas y hacía todo el esfuerzo del mundo por no ponerse a llorar como una niña.El chofer que la llevaba lucía imperturbable, parecía un robot, conduciendo seguramente hacia el sitio que Igor había conseguido para esconderla. No sabía ni siquiera si podría volver a su país, si podría comenzar de cero o por el contrario, estaría condenada a amar a ese mafioso a pesar de estar lejos de él. "Si serás tonta, Elisa. ¿Por qué sigues pensando en él? Sabes que no siente lo mismo que tú".—Señorita, llegamos —habló el hombre, deteniéndose en un edificio que parecía un hotel—. Deberá esconderse aquí hasta que pueda recibir nuevas instrucciones. —Pero, ¿cómo…? —lo miró confusa cuando le entregó un celular—. ¿Igor? —Así es.Se limitó a asentir, porque si hablaba, el nudo que cargaba en su garganta estallaría.Sabía que el rubio estaría cuidándola hasta que pudiera ponerla a salvo, pero que sería difíci
Andrei no podía estar más desesperado en la búsqueda de Elisa.Las primeras horas sabía que eran las cruciales, pero por más que lo intentó y aunque que mandó a todo su equipo, era como si hubiese desaparecido como humo. Sentía que pasaba por todas las etapas de las emociones; ira, incredulidad, desesperación, miedo, tristeza y luego otra vez ira.Estaba volviéndose loco y lo sabía.Al principio pensó que alguien la había secuestrado, que Stefan había descubierto la verdad y se la había llevado lejos solamente para torturarlo, pero no fue así, porque al entrar en territorio de ese imbécil líder de otro clan, la castaña ni siquiera estaba por los alrededores y ese perdedor estaba con un par de prostitutas.Ni siquiera se puso a pensar que esa búsqueda traería sospechas sobre el primo de Kirill, solamente quería tenerla de vuelta y le parecía insoportable imaginar que se haya ido para alejarse de él, aunque era lo más probable, luego de la discusión que habían tenido.Maldijo el univer
Al pasar los días, Andrei pensó que ella lo extrañaría, que sentiría la falta de su presencia y que tomaría la decisión de volver a su lado, pero eso no pasó. Por su parte, ella solo se acostaba en su cama, no pegaba el ojo en toda la noche cómo él, quién pensaba en ella cada segundo, minuto y hora del día. La verdad, Elisa no sabía qué hacer allí y se preguntaba por qué no estaba de nuevo a su lado, al menos para bailar y que le ofreciera esa sonrisa que tanto le gustaba. Pero luego pensaba en sus palabras y el llanto volvía a su cuerpo, restándole toda la alegría que debería sentir por estar lejos de ese mafioso, libre y más segura que nunca, o al menos eso era lo que ella quería pensar; que iba a encontrar la felicidad al tener la libertad que vivía antes de conocer a Andrei Borisov.Lo que Andrei tenía claro era que si no hacía algo rápido, perdería la cabeza e iría a buscarla a cualquier rincón del mundo, aunque tuviera que traerla amordazada a su mansión. Luego pensaba que e
Lo que sucedió segundos después fue un caos, el ruso dio una señal y sus hombres comenzaron a disparar, acabando primeramente con el sujeto de la boca llena de baba y los que estaban a su alrededor, pero pronto tuvieron compañía y eran muchos. Estos entraron y eliminaron a los primeros que vieron. No se habían equivocado al pensar que habían muchos, era una emboscada y los tenían rodeados, pero eso no cambiaba el hecho de que Andrei era una máquina de matar.—Que empiece el show —dijo Lucas, empezando a disparar a todos los que veía. Pasaron muchos minutos entre disparos cuando ya se estaban acercando a su objetivo: la habitación donde se suponía que estaba Elisa, pero cuando llegaron allí, estaba completamente vacío el lugar, a no ser por los matones que los estaban esperando, y Andrei supo que tenía un traidor entre sus hombres.—¡Maldita sea, ¿quién es el puto traidor?! —gritó con cólera.De pronto otras puertas más grandes se abrieron, dejando salir un ejército de hombres que s