Quiles reprogramó las citas menos relevantes para liberar tiempo. Mientras tanto, Yadira, sosteniendo un ramo de flores, subía las escaleras junto a Camilo, quien había olvidado su celular. La niñera, cargando a Daniela en sus brazos, entró en la sala. Al ver la bonita funda del celular sobre la mesa, Daniela extendió sus pequeños brazos, intentando tocarla.—Es el celular de tu mamá, cariño. No puedes tocarlo —le explicó la niñera con dulzura.Daniela comenzó a quejarse, y la niñera, inclinándose, le permitió jugar con la funda. Aprovechando que nadie la observaba, la giró para mostrarle la pantalla, que estaba bloqueada y requería huella digital para desbloquearse. Luego, la dejó nuevamente boca abajo.—Daniela, chiquis, vamos a ver las flores —anunció la niñera, llevándola al jardín. Poco después, Yadira bajó corriendo las escaleras, ansiosa por recoger su celular y buscar un jarrón.Camilo salió de la ducha y lanzó una mirada a las flores que había traído; las rosas rojas ya es
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