Todos los capítulos de La Mate Humana para el Duque Alfa : Capítulo 11 - Capítulo 20
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Escape confuso
El castillo de Blackmore estaba sumido en una agitación sin precedentes.Los pasos de Rachel eran rápidos y torpes, pero no se atrevió a mirar atrás. Su corazón desbocado retumbaba en sus oídos, y las palabras que había escuchado momentos antes no dejaban de rondar su mente.“Mate… he visto esa palabra antes. ¿Dónde? Sé que significa algo…”Su respiración dolía con cada bocanada de aire. No sabía a dónde estaba corriendo, pero en medio de la confusión en el castillo y la oscuridad de la noche, el rumbo era lo de menos.“¿Cómo pude dejarme llevar de esa forma? Nunca me había pasado antes, la cordura parece abandonarme con cada minuto que permanezco en este lugar. Tengo que salir, tengo que escapar de aquí.”Tumultos y estruendos comenzaron a escucharse en el bosque, y Rachel se preguntó por una fracción de segundo qué ocurría. Parecía una noche muy agitada en todos los sentidos.Un aullido agudo y tormentoso resonó en el aire, helándole la sangre. Era un sonido lastimero que encogió su
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Dolor y sospechas
Lyall estaba devastado, su cuerpo temblaba de dolor y no podía evitar aullar de manera estruendosa y dolorosa por la pérdida de su Mate.Por su parte, Alexander sentía el peso de la culpa aplastar su pecho. Se dijo que ella había huido abrumada por las sensaciones que había experimentado con él en aquella habitación.“No debí presionarla de esa manera, acorralarla así solo fue contraproducente,” pensó con rabia de sí mismo.Al momento de saber de su desaparición, había perdido el control y ahora Lyall, su forma lobuna, merodeaba los alrededores del castillo.Su estado de agitación casi rozaba la crisis.«Hay que encontrarla, tenemos que ir tras ella» pensó Lyall, comenzando a correr. Pero Alexander lo detuvo.«Los cazadores… han penetrado el castillo. Si ellos la encuentran, podrán usarla para destruirnos.»«¡Lo estaremos si no está a nuestro lado!» protestó Lyall con voz rota, su corazón dolía con cada latido. «No puedo perderla, no dejes que eso pase.»«No lo haré, vamos a buscarla»
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Un monstruo cruel
Rachel sintió una ola de temor recorrer su cuerpo. Jamás había visto a Lucas comportarse de esa manera. —Lucas, no es lo que piensas —intentó explicarse, pero sus palabras parecían caer en oídos sordos.—¿No es lo que pienso? ¿Qué más podría ser? —Su voz estaba cargada de una furia contenida, sus sentidos agudos captaron algo que la traicionaba—. Puedo olerlo en ti, Rachel. No me mientas.Ella retrocedió sorprendida y asustada, las lágrimas comenzaban a nublar su visión. —Por favor, déjame explicarte. No fue así…—¿Qué quieres decir? ¿Que no estuviste con él? ¿Que no te entregaste a ese monstruo? —La voz de Lucas estaba cargada de dolor y celos—. Pensé que podíamos confiar el uno en el otro.Rachel sintió su mundo desmoronarse.Recordaba con bastante claridad los besos y caricias que había compartido con Alexander en esa cálida habitación y también todas las sensaciones que todavía parecían recorrer cada célula de su cuerpo.Quizás no se había entregado completamente a él, pero sí h
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Preocupación y culpa
Thomas llegó al castillo y encontró a Alexander en su despacho, revisando mapas y planes para proteger el territorio. Su expresión estaba marcada por la preocupación y la fatiga.—Alexander —dijo Thomas, adoptando un tono grave—, necesito hablar contigo. Es urgente.El duque levantó la mirada, notando la seriedad en los ojos de su Beta.—¿La encontraste? —preguntó, dejando a un lado los mapas.—Así es —comenzó diciendo, saboreando cada palabra—. La encontré en el pueblo, en la casa de su novio. No sé cómo decirte esto, pero... la situación se salió de control entre ellos. La preocupación en el rostro de Alexander se intensificó, transformándose luego en una furia contenida. Se levantó de golpe, su mirada estaba fija en Thomas.—¿Qué dijiste? ¿Estaban juntos? —su voz temblaba de rabia y dolor.Thomas asintió solemnemente, aunque por dentro disfrutaba del caos que estaba sembrando.—Sí, Alfa. Tu compañera estaba besándose e intimando con otro hombre —habló Thomas, omitiendo deliberad
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Prioridades
La prioridad del duque Alexander era encontrar a Rachel sana y salva, así que rápidamente se dirigió al pueblo junto con sus hombres.Aunque sentía una ira avasallante de solo pensar en ella con Lucas, tenía que cumplir la promesa que le había hecho a Lyall… ya después vería la manera de convencerlo para romper el lazo con ella.No sabía bien lo que pasaría, muchos lobos morían de tristeza al no tener a su pareja destinada, pero se dijo que quizás podría aguantar el dolor si sabía que ella era feliz amando a otro hombre.Debía guardar esos pensamientos para sí mismo hasta que supiera de su paradero.«La esencia del novio está fresca por este rumbo, señor», escuchó la voz de Thomas a través del enlace.«Quizás está con él», respondió Alexander.El Beta no dijo nada, porque sabía bien a quién se refería. De hecho, sabía bien que ella no estaría con Lucas, porque había huido quién sabe a dónde, adentrándose en el bosque.La esencia los llevaba a una taberna, algo que hizo que Alexander f
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Reencuentro
Rachel sintió una oleada de emociones difíciles de manejar.No podía seguir negando la existencia de la magia y que era muy probable que él fuera un hombre lobo. Sentía su corazón latir agitado cuando este le dijo que Alexander debía estar en alguna parte de la criatura, aunque no sabía cómo.“Olvida toda la lógica que te enseñaron toda tu vida, Rachel,” pensó con los nervios a flor de piel.Lyall se acercó lentamente a ella, su comportamiento era sereno y no amenazante. Rachel respiró hondo y decidió dejar que se acercara más. Cuando el lobo estuvo a su lado, extendió la mano temblorosa y acarició su pelaje suave. Lyall ronroneó con satisfacción, una señal de confianza y consuelo.Rachel se sintió conmovida. La presencia de Lyall, tan cercana y reconfortante, le daba un atisbo de esperanza. Se arrodilló y rodeó al lobo con sus brazos, sintiendo el calor de su cuerpo y el latido de su enorme corazón. Las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas mientras acariciaba el pelaje de
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Rechazar el vínculo
Alexander se sentía aliviado de encontrar a Rachel con Elara, sabía que al menos había estado en buenas manos.La bruja era de las más poderosas de la zona y además, respetaba su puesto como Alfa, cosa que no pasaba con otras criaturas mágicas.Alexander se sentó en la pequeña mesa de la cocina, agradecido por el calor del té que Elara le había preparado. —Gracias por todo lo que has hecho por Rachel —dijo, tomando un sorbo—. Tu ayuda ha sido invaluable.Elara sonrió, sirviéndose una taza para sí misma.—Rachel es importante para mí. Haría cualquier cosa para verla bien.Mientras hablaban, la conversación derivó hacia el bosque que rodeaba su refugio. Elara le contó historias sobre la fauna y la flora, y Alexander compartió algunas anécdotas de sus propias experiencias en la naturaleza.De pronto, Elara recordó algo.—Rachel, ¿podrías ir a buscar el libro de hierbas medicinales en la biblioteca? Está en la estantería de la izquierda.Ella asintió y se levantó, contenta de tener una
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Tomar decisiones importantes
Lyall, el lobo, siseó molesto al darse cuenta de que Rachel estaba golpeada. No creía que fuera a causa del bosque.«Si es lo que sospecho, voy a matar a ese tal Lucas» dijo con rabia, gruñendo.Alexander le concedió la razón, su mirada era de total preocupación y Rachel sintió que su corazón se aceleraba muy rápido, esta vez por otra razón.“Por toda la magia del universo… creo que me gusta Alexander”, pensó con pesar, creyendo que ya no era correspondida.—Es vergonzoso… —dijo ella, dejando implícito lo que había pasado con Lucas, sin concretar las palabras.Alexander entendió y su rostro se endureció. Lyall rugió en su interior y sus deseos de acabar con ese sujeto no hicieron más que crecer.Se acercó a Rachel, quien estaba tan blanca como papel, y le preguntó en voz baja:—¿Lucas te hizo esto?Demasiado avergonzada para hablar, Rachel se limitó a asentir.La mirada de Alexander se volvió peligrosa, algo que nunca había visto en él, y eso la asustó un poco. Sin embargo, saber que
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Miradas frías y una visita
La tensión con el duque Alexander crecía día a día, y una sombra oscura empañaba el corazón de la pobre Rachel.Dos días habían pasado desde la última vez que lo vio, y finalmente, allí estaba él. La chica lo observó, sintiendo una mezcla de esperanza y temor.Alexander avanzaba con paso firme, con rostro endurecido y la mirada fija en algún punto distante. Rachel creyó por un momento que él iba a hablarle, como había intentado hacer antes, pero al verla, su expresión se volvió más rígida. Pasó de largo, sin dedicarle ni un solo vistazo.“¿Pero qué…?” pensó anonadada.Con un nudo en la garganta, Rachel lo siguió con la mirada, sintiendo cómo su pecho se oprimía. —Tan diferente de antes, cuando siempre quería estar cerca de mí y yo no se lo permitía —murmuró preocupada. Aquellos días en que Alexander buscaba su compañía parecían ahora un recuerdo lejano y doloroso.Anhelaba desesperadamente una palabra suya, una mirada o algo mínimo de atención. Sin embargo, cada vez que ella estaba
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Recordar o no viejos tiempos
El gran salón del castillo del duque Alexander estaba iluminado por candelabros que colgaban majestuosamente del techo, bañando la habitación en una cálida luz dorada. El ambiente estaba cargado de una mezcla de nostalgia y alegría, mientras los invitados compartían anécdotas y risas.Alexander, en su papel de anfitrión, se encontraba en el centro de la atención. A su alrededor, Víctor, Evelyn, y su Beta escuchaban atentamente mientras él contaba historias de sus aventuras pasadas.—¿Recuerdas aquella vez que enfrentamos a ese grupo de rogues en las montañas? —dijo Alexander, con una sonrisa cruzando su rostro—. Pensamos que no lo lograríamos, pero juntos superamos todas las adversidades.Víctor asintió, riendo. —¡Cómo olvidarlo! Casi perdemos a nuestros mejores hombres, pero gracias a ti salimos victoriosos.Evelyn, sentada cerca de Alexander, no podía dejar de mirarlo con admiración. Estaba encantada por la cálida bienvenida que había recibido y su mente estaba decidida en un obj
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