— ¿Cómo es que no puedes permitirme hacer esto? — gruñó Falcón ante la mirada de uno de los socios más importantes que tenía —. Mi luna está en el área humana, está embarazada y no tiene poderes, obviamente no puedo quedarme quieto.— Sabes muy bien que los lobos no pueden cruzar, mucho menos conseguir información del otro lado — me señaló con enfado —. No vuelvas a buscar información, no te atrevas, ¿vale?— ¡No puedo quedarme, así, es mi luna!—Esa loba tomó una decisión, una que no podemos revertir, ya están las cosas bastante malas como para empeorarlo todo con los humanos — mi socio se sentó —. ¿No, que estabas buscando a la mujer que te salvó de pequeño?, ¿Por qué insistes en una mujer que no te interesaba cuando la compraste?— ¡Cómo sabes eso! — dije incrédulo —. ¿Me investigas?— Sé todo de cada manada, de cada alfa en este lugar y será mejor que dejes de volverte loco porque ya te di una respuesta a lo que viniste a buscar.— Lo siento, pero no puedo quedarme así, si no me v
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