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Todos los capítulos de ADICTA A ASUS BESOS: Capítulo 81 - Capítulo 90
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81. COMO EL PRELUDIO DE UNA GUERRA EN UNA PELÍCULA DE MAFIA
El vehículo se detiene tras pasar una reconocida zona industrial y llegar a un área de bodegas gigantes, en cuyas calles nadie quisiera transitar de día, y mucho menos de noche.La bodega es la misma en la que estuve hace unos días con Sebastián para finiquitar el tema de Roberto. A pesar de que tiene la misma estructura de espacios amplios, polvo por doquier e iluminación deficiente por tramos, el lugar está repleto de vida. No tengo idea de cómo reunió Richard a tantos hombres, pero aquí están. Mientras atravieso el lugar en búsqueda de su líder, me observan sin dejar de revisar su armamento. Eso hacen: revisan sus armas, la munición e incluso sacan filo a sus cuchillos.Observo muchos tipos de armas: revólveres, pistolas, pero unas cuantas metralletas llaman mi atención de manera especial. El hombre realmente llegó dispuesto a la guerra; no se va a ir con medias tintas.Me siento como dentro de una película de mafia. De esas películas en las que hay guerra entre pandillas, llenas de
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82. PUNTOS DE ATAQUE
—No puedo negar que tienes ingenio —dice Richard, tras colgar la última llamada recibida—. Ese rumor que hiciste correr realmente nos está facilitando el trabajo. Todos están desesperados por encontrar las malditas caletas de los Williams. —No las van a encontrar, yo inventé eso. El hombre me mira con rostro escéptico y luego se ríe. —Yo no estaría tan seguro. Prefiero apostar que eres una especie de vidente y no sabes usar tus poderes. Miro con extrañeza al hombre, quien intercambia miradas con Michael, su hombre de confianza, que por fin nos está acompañando. —Varios informantes nos han confirmado que, por primera vez en su vida, los Williams les pagaron sus nóminas en efectivo y eso, amigo mío, es lo que le dio peso a tu rumor. Las palabr
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83. EN MEDIO DE LA NADA
—Garantízame que seré yo quien le ponga las manos encima a ese tipo —digo, poniendo mi brazo sobre el hombro de Richard y frenando su avance.—No podría ser de otra forma. Me habrías decepcionado si no lo hubieras pedido.Retira mi brazo y habla en tono de advertencia.—Antony es tuyo siempre y cuando respetes su vida. En mis nuevos planes, ese chiquillo será mi moneda de cambio. Así tendré a papá Williams en mi bolsillo para lo que necesito.Nuevamente tengo la sensación de que todo esto es demasiado conveniente para Richard, casi como si yo fuera quien le estuviera haciendo el favor. Estoy a punto de refutar y aclararle que no pienso devolverlo en buenas condiciones cuando vuelve a hablar, casi como si hubiera leído mi mente.—No te preocupes, te garantizo protección y que en la misión de hoy quedarás sin este enemigo, y así será. Lo que sea que le hagas a este muchacho, no habrá mucha diferencia entre que quede vivo o muerto.Me ha dejado muy claro en repetidas ocasiones que hay mu
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84. RESCATE
Lo único que se escucha es el sonido de los sapos y, quizás, de grillos, junto con el de otros animales pequeños que no sé identificar. Richard tiene una mano levantada, pero cuando la baje, ingresaremos a esa casa tratando de tomarlos a todos desprevenidos. El viento helado golpea mi rostro, pero estoy muy lejos de sentirme fresco. El momento decisivo está tan cerca que lo único en que puedo pensar es en llegar hasta esa puerta metálica y liberar a mi mujer.—Calvin —alguien llama desde dentro de la casa, a quien supongo es el muerto que quedó sobre la hierba.La puerta se abre y sale otro muchacho, igual de joven que el anterior, pero con la cara llena de piercings y vaya a saber uno dónde más. Un pequeño sonido de sorpresa escapa de sus labios al encontrarse cara a cara con Richard, quien, sin demora, lo golpea en el vientre, haciéndolo doblarse y expulsar todo el aire, evitando que grite y alerte a los demás. Al segundo siguiente, un gancho en el rostro lo tumba al suelo.—Aún no
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85. LA AMENAZA DE ISABELLA
Escucho los pormenores de lo que quiere Richard. Él cumplió su parte inicial del trato, así que en este momento no le puedo decir no a ninguno de sus planes. Ya casi llegamos a la "casa de seguridad", según la llaman Sebastián y el propio Richard. Ahí dejaré a Isabella, pero estoy seguro de que no será tarea fácil convencerla de que se quede para poder completar los planes.La tengo a mi lado, pero eso no es suficiente. Ahora necesito garantizar que no vuelva a correr peligro. Los Williams siguen por ahí, en algún lado, y ya deben estar moviéndose tras el escándalo que armó Richard en sus instalaciones. Él había hablado de no dejar testigos para convertirse solo en un rumor, así que no comprendí inicialmente cuando ordenó no matar a esos hombres. Pero ahora está claro: los necesita con vida para que contesten las llamadas de los Williams y hacerles creer que Isabella sigue ahí.Ese lugar está muy lejos, así que eso me ayuda a ganar algo de tiempo y esconderla, pero indudablemente volv
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86. JULIANA MUERTA
—Todo habría sido más fácil para ti, para todos realmente, si tan solo te hubieras podido casar con Juliana.¿Juliana? ¿Por qué la nombra?—¿Qué tiene que ver Juliana en esto? ¿Dónde está ella? —pregunto, un poco más alerta.Escucho su risa, mezclada con otros sonidos de fondo. Parece que está en la carretera, supongo que rumbo a su encuentro con Richard.—Hacer que te fijaras en ella fue fácil. Era muy bella e increíble en la cama, debo admitirlo. Todo avanzaba de maravilla, pero al fin de cuentas, no era más que una modelito tonta y terminó enamorada de ti.—¿Qué le hiciste? ¡Responde! —prácticamente le estoy gritando al aparato.Mi tío Ronald pone su mano en mi hombro y me hace gestos para que me tranquilice. No debo dejarme provocar y arruinarlo todo, pero es tan difícil. No esperaba este cambio de tema.Antony sigue riendo como loco mientras siento cómo la ira burbujea desde mi estómago y asciende por mi pecho hasta llenar mi cabeza. No amaba a Juliana, pero sí había decidido hac
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87. CAJAS DE DINERO
Estoy en medio de una prueba de valor y lealtad. No veo otra explicación a mi participación en esta incursión. No me importan las montañas de dinero que dicen están en el interior de ese edificio, pero me motiva ver la cara de los Williams al saber todo lo que perdieron en menos de veinticuatro horas.El celular vuelve a sonar y me doy cuenta de que es Sebastián, pero no quiero contestar, así que quito el sonido y lo guardo de nuevo en el bolsillo.Me pasan una máscara y me la pongo de inmediato. Las calles del barrio están vacías, lo cual agradezco, pues no hay forma en que cinco camionetas negras con vidrios oscuros, en caravana, no llamen la atención al estacionarse.—Una vez que estemos en el cuarto piso, mandas tú —dice Michael.—¿Qué? —pregunto con incredulidad.—El jefe está ocupado, así que tú eres el siguiente en la cadena de mando. La primera parte está planeada, pero adentro, tanto dinero será una tentación. Deberás amarrarte los pantalones y mostrarte muy seguro para que l
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88. SU LUGAR FELIZ
—Ahora entiendo por qué este es el lugar feliz de Sebastián —dice Richard, llevándose una uva a la boca—. Cuando me explicó sus motivos, pensé que estaba sobrevalorando todo, pero ahora veo que la lejanía y la paz son muy convenientes.El jet nos trajo a la hacienda de mi familia. Aparentemente, Sebastián le dio todas las indicaciones necesarias a Richard, incluyendo que no le gusta que los hombres circulen dentro de la casa a menos que sea estrictamente necesario. Afortunadamente, Richard ya había llenado la alacena y, una vez que las cajas fueron dejadas en la mitad de la sala, lo siguiente en la lista era comer.—Este lugar es hermoso, pero sobre todo el espacio que creó bajo las caballerizas; es casi inspirador. Haré algo parecido en la mía, ya lo he decidido.Sonrío ante el comentario mientras dejo mi vaso de jugo vacío sobre la mesa.—¿Su lugar feliz? No sabía que Sebastián necesitara uno —confieso.—No parece que convivas mucho con tus primos. Además, todos los hombres necesitam
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89. EL FINAL DE ANTONY WILLIAMS
—¿Socio? —pregunté con sorpresa.—¿Prefieres el término colaborador? Mejor guarda la caja para que podamos ir al establo —dice, deteniéndose en seco y volteando a verme.Miro la caja en mis manos y de pronto recuerdo la cantidad tan obscena de dinero que contiene cada una. No hay forma en que los Williams puedan recuperarse de semejante pérdida, y mucho menos continuar con el ritmo de vida al que están acostumbrados si sus cuentas legales siguen congeladas.—¿Sabes cuánto dinero había en total?Sonríe de manera despreocupada al contestar:—Mucho más de lo que creí que encontraría. Ese dinero no solo debe ser por este "trabajo". Estoy seguro de que gran parte son sobornos por favores políticos. El poder que puede llegar a tener un político es aterrador.Concuerdo con eso. Dejo la caja dentro del armario de mi habitación y vuelvo con Richard. Antes de salir de la casa, miro el cielo despejado a través de la puerta corrediza de vidrio y me preparo mentalmente para salir del aire acondici
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90. REENCUENTRO ISABELLA Y ALEXANDER
Ya estoy camino a recoger a Isabella, pero no me contesta las llamadas. Hablo con mi tío para confirmar que todos están bien.—Está bien físicamente, pero no ha querido salir de esa habitación desde que la dejaste esta mañana. Enola está con ella, tratando de calmarla y hacerla entrar en razón, pero por ahora no lo ha conseguido. Prepárate, porque cuando llegues, no te espera un buen panorama.Temía eso, pero no importa; no la voy a perder, no puedo perderla después de todo lo que he hecho. El regreso se me ha hecho absurdamente largo, pero finalmente he llegado a la ciudad. Mi celular pita como loco, anunciando la entrada de correos, llamadas perdidas y mensajes de diferentes aplicaciones, pero no les presto atención. El mundo volverá a girar para mí una vez que tenga a Isabella en mis brazos y ella esté calmada.No estoy seguro de cómo lo haré, pero lo haré. El vehículo se detiene en un semáforo, y desde la ventana alcanzo a ver pequeños puestos de flores en medio de un parque. Pido
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