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71. MIL VECES MÁS.
POV. NARRADOR.Oliver nunca iba a olvidar la mirada perdida, oscura, fría y malvada de Sebastián.Él no era precisamente un buen hombre, pero nunca había visto a nadie con la ira que tenía Sebastián, ni siquiera a su amado Elijah.— ¿Cómo está? — Respira.— Va a vivir.— Es inquebrantable — él chico río y Sebastián se limpió la boca.— Ellas…— Ya están siendo trasladadas a nuestra casa, allí podrás ir con Loren.— Ella es todo para nosotros.— Lo sé y puedo entenderlo. — Ella… Loren nos salvó — el chico río mientras veía a Elijah abrir sus ojos dentro de la ambulancia —. Y este hijo de putx está vivo — señaló divertido para luego lanzar el cigarrillo al suelo y apagarlo.Elijah levantó su mano derecha y les hizo una seña obscena.— Qui-quiero ver a mi ángel — gimió.— Por ahora debes ir al médico.Elijah torció los ojos y Sebastián río. — Loren va en un auto directo al hospital, allí ella…— Gracias por mantenerla a salvo y por no juzgarla.— Bueno, yo estuve esperando el amor tan
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72. ESCÁNDALO.
POV. OLIVER.— ¿Qué haces aquí? — No soporto más ver a Elijah destruyéndose como lo hace.Además de que me llama cada vez que estoy follando y daña cada cogida que logró conseguir.— Y-yo, quiero verla — arrastra las palabras y su aliento a alcohol me aturde un poco.— Ya no está, te dejo. Tienes que seguir adelante.Lo suelto un momento para ponerle el casco, pero el maldit0 huye a las escaleras y me pregunto como puede ser un borracho tan rápido y hábil. Corro tras los pasos de mi mejor amigo y cuando creo que lo voy a alcanzar para evitar un desastre, las puertas del salón se abren y dejan ver la inmensidad y lujo de la fiesta de compromiso que se está celebrando allí adentro.— ¡Carajo, Elijah! ¡Ven aquí! — Lo llamo como si fuera un perro, pero no logro nada. Un par de delgadas, esbeltas y elegantes chicas me miran y se quedan con sus ojos prendidos en los tatuajes de mis brazos, luego buscan mis ojos y se muerden los labios.Me río, sí, definitivamente ese es el efecto que suelo
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73. PERFECTOS.
— ¡Corre, Oli! ¡Vete de aquí? — No te voy a dejar — el mocoso estaba llorando mientras yo intentaba soltar mi pie de la trampa que nos habían puesto.Si lograba zafarse igual iba a estar herido, porque los clavos me habían dañado la piel profundamente.— Eli, vamos, dime que hacer.El pequeño mocoso estaba llorando y eso me estresa aún más.Mire a mi alrededor y vi que las luces del lugar se encendieron.— Cuándo cuente 3, vas a tirar con fuerza de la cuerda.— Pero te va a…— Lo sé Oli, pero es la única manera.Sentí como la piel de mi tobillo se terminaba de desgarran al tirar con fuerza de ella, quise gritar, pero eso nos habría expuesto aún más. Levante a Oli como pude y lo empuje por la ventana por la que entramos y luego apoyado en un solo pie me levanté para salir de allí, pero justo cuando estaba por pasar mi pierna con el pie lastimado tiraron de allí con fuerza y apretando aún más violentamente, sacudían mi pierna, que era la pierna de un niño de 10 años, las lagrimas deje
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73. TRÍPODE.
POV. LOREN. “Qué puedo amarlos a los dos, pero no puedo estar con los dos” Llevé mis manos a mi boca y me cubrí como si fuera una niña pequeña, sentí un dolor horrible en mi pecho cuando Oliver se puso de pie y se alejó de mí.Sí, definitivamente era una enferma y avariciosa por amar y desear a dos hombres al mismo tiempo.Los amaba de una manera que no sabía que podía amar, los deseaba aún más, los quería cuidar todavía más, quería ser el centro de sus vidas, el principio y fin de sus días, pero no iba a dañar la amistad y hermandad de esos dos por culpa de mi avaricioso corazón.No, esa no era yo.Mucho menos podía hacer aquello, luego de que una noche en uno de sus bares, la camarera me contó la historia de sus vidas y como estaban unidos desde niños por las circunstancias de la vida.Una vida demasiado dura para un par de hombres tan buenos, porque sí, yo no era tonta aunque lo parecía, pero sabía perfectamente que entre las paredes de esos clubes nocturnos, de esas tiendas de ro
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74. AL FIN.
POV. SEBASTIÁN.— ¿Estás seguro?— ¡Claro que sí! — Sonreí como si fuera un niño pequeño.— De acuerdo, vamos — Lucía tomó mi mano y yo sonreí porque aún seguía sintiendo las cosquillas en mi piel.Era como si nunca nada malo hubiese pasado entre nosotros, como si toda la vida hubiésemos estado juntos y ese amargo pasado que nos separó durante tanto tiempo no hubiese existido.Pero si existió y era tan real que dolía. — Uno, dos — su risa me hizo apretar con fuerza su manos y no la deje llegar a tres.Tire con fuerza y saltamos por el risco de casi 10 metros sobre el mar, no la solté y ella no me soltó tampoco, éramos los dos cayendo al mar, el profundo e inmenso mar.Como el amor que siento por ella, un amor infinito e inexplorado en su totalidad, con una profundidad tan misteriosa como misteriosa, no era de un solo color, algunas partes claras y otras un tanto oscuras, como mi alma, como mi vida, no sabía si yo era bueno del todo, pero sabía que no era malo todo el tiempo, simplemen
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75. LA HIJA NO DESEADA.
POV. SAMANTHA. — ¿Puedo seguir? — Memita, la mujer que me ayudaba con mi pequeña y con los quehaceres de la casa me había anunciado su llegada. — Sí, pasa por favor — le sonrío a Bryan y el abre sus enormes brazos para mí.— Vine tan pronto como llegó la carta.— No te preocupes, sabía que tardaría en llegar hasta ti. — ¿Y dónde está? — Durmiendo.— ¿Tus heridas? — Ya han sanado bastante bien, al menos mi mano ya funciona.— Después de un año, creo que es lo justo.Ambos reímos y tomé su pequeña y vieja maleta para ponerla en el cuarto de huéspedes, caminamos y lo dejé allí en esa habitación para que tomará una ducha y luego bajará a cenar, preparé su comida favorita y espere a que bajará.Bañado, afeitado, con ropa nueva y limpia, sí, definitivamente este si era Bryan.— ¿Qué vamos a pedir? — Ya preparé Fetuccini — dije pasándole el plato lleno de salsa boloñesa y mucho queso parmesano.— No lo olvidas.— ¿Cómo olvidar que una persona come queso con pasta? Reímos y nos sentamos
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76. CONSECUENCIAS.
POV. SAMANTHA. — Al fin estamos juntos — la voz de Bryan sonó demasiado alta, demasiado segura, demasiado confiada.Mi boca se volvió una “O”, no dije absolutamente nada y respondí cuando me tomo la mano, simplemente enrede mis dedos entre los suyos y sonreí.De verdad algo dentro de mi se calentó, algo se avivó y no sabía si era bueno o malo.En el pasado había sido realmente malo y Dan fue como ese bálsamos un dolor que parecía apagarme la vida en ese entonces.Lo extraño de la situación es que ahora era Dan el que me había causado un daño irreparable y Bryan el que me estaba salvado.— Es mi hija — dijo Dan con sus dientes muy apretados y dando pasos lentamente hacía mí —. No me la vas a quitar, primero tendrás que matarme — Eso no es difícil para mí — Bryan dio el primer paso y Dan el segundo, estaban uno frente al otro demasiado cerca.— No te tengo miedo.— Deberías, Doc — dijo Bryan con una sonrisa que no supe interpretar.— Tu no eres más que el perro de tu padre, no tienes
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77. EL PELIGRO EN FORMA DE MUJER.
POV. NARRADOR.— ¿Dónde estás? — No te pienso decir.— Sabes que puedo encontrarte con solo chasquear mis dedos.— Quiero ver que intentes eso.— No necesito intentarlo, solo necesito ordenarlo.— Padre — dijo la hermosa y exótica mujer de labios gruesos, ojos verdes como el jade, piel tersa y llena de pecas —, ya no soy una niña, no me puedes mantener encerrada en ese castillo que construiste para mí.— No construí ese castillo para tí, lo construí para mantenerte alejada de las personas a las que puedes hacer daño.— ¿Tan mala crees que soy? — la mujer río.— Estás enferma, tu mente está enferma.La chica llevaba un gran vaso de papel lleno de café caliente, las palabras de su padre la alteraron al punto de apretar con fuerza y que el contenido se derramará sobre su mano.Pero ella estaba inmobil, parecía que no hubiese caído nada sobre su mano.— Ya no me puedes atrapar, vine por lo que es mío.— Él no es tuyo.— ¡POR QUÉ ESA ZORRA ME LO QUITO! — Varias personas voltearon a mirarla
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78. ¿DÓNDE ESTÁ THEO?
POV. LUCÍA.Bajé del auto, empujando suavemente la carriola en la que descansaba mi pequeño hijo Theo, apenas deunos cuantos meses. El sol matutino brillaba sobre los jardines del orfanato de SummerHill, un lugar conocido por su compromiso con los niños menos favorecidos. Estaba demasiado emocionada por continuar el trabajo filantrópico de Sebastián, un proyecto personal que había comenzado justo cuando descubrí la verdadera persona que mi esposa es. Mientras caminaba hacia la entrada del edificio, me encontré con Carmen, quién traía en otra carrilla a su pequeña hija, que tenía tal vez unos meses menos que Theo. —¡Lucía! Me alegra tanto que hayas venido —dijo Carmen con una sonrisa, mientras saludaba al pequeño Theo con ternura.—No podía faltar. Estos proyectos son muy importantes para mí —respondí inclinándome para besar a su pequeña en la frente antes de girarme de nuevo hacia Carmen—. Estoy tan contenta de que podamos hacer una diferencia aquí.Mientras entraban en el edificio, u
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79. ELLA O YO.
POV. SEBASTIÁN.— ¿Ya se durmió? — Loren traía entre las manos una taza de té y apenas si me sonrío.— No está bien, esto… La desestabilizó.— Gracias por quedarte.— Siempre Seb. Lucía es como mi hermana y es lo minimo que puedo hacer por ella. — Gracias.— ¿Hablaste con Oli y Elijah?— Sí, acabo de colgar, están abajo esperando por ti.— De acuerdo, entonces me voy.Loren me dio la espalda y la vi marcharse, suspire y respire pesadamente.Estaba cansado, creí que los problemas que seguirián en mi vida serían caídas de los niños, sus berrinches, rebeldía en la adolescencia, tal vez alguna que otra pelea.Pero las fotos que Bryan me enseñó, y que esa m*****a loca llegará a mi familia, eran un golpe que no esperaba.Cuidadosa, meticulosa, perfeccionista, estricta, no dejaba nada al azar, cada cosa que hacía era perfecta o no se hacía. Y como lo fue en el trabajo supongo que será en esta pelea.Me acerqué a la cama y me desnude sin dejar de mirar a Lucía, la angustia en sus ojos, sus lá
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