Todos los capítulos de LA REBELDE PRISIONERA DEL CRUEL ALFA: Capítulo 101 - Capítulo 102
102 chapters
101
La habitación se volvía cada vez más fría, el aire denso y gélido se clavaba en mi piel, haciendo que todo mi cuerpo temblara. A pesar del frío, no apartaba la vista de Gytha. Su aspecto empeoraba con cada segundo que pasaba, como si estuviera desmoronándose frente a mí, pero aún así, su mirada era desafiante. A mi alrededor, las criaturas que nos rodeaban permanecían inmóviles, como suspendidas en el aire. Todo parecía tan irreal, tan distorsionado.—Yo obtendré lo que quiero, y tú no podrás evitarlo —dijo Gytha, mientras su cuerpo se deshacía lentamente.De pronto, un estruendo sacudió la habitación, haciendo temblar el suelo bajo mis pies. el grito de Eirik atravesó el aire. Desesperado, su voz resonó por todo el lugar, llenándolo con una mezcla de pánico y furia. En un instante, las criaturas que nos rodeaban desaparecieron, como si nunca hubieran estado allí, como si solo hubieran sido una ilusión.La puerta de metal se abrió de golpe, y Eirik entró corriendo, su rostro pálido, s
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Cabalgamos durante casi un día entero, hasta que finalmente llegamos a una fortaleza. Eirik me ayudó a bajar del caballo, y con pasos temblorosos pero decididos, seguí a Graham hacia el interior del lugar. Dentro de la fortaleza, vi a muchas mujeres y niños, pero lo que realmente capturó mi atención fueron mis dos pequeños, Kieran y Viggo, que estaban jugando felices a lo lejos.Mi corazón latía con tanta intensidad que sentía que podía salirse de mi pecho. Con lágrimas tibias cayendo por mis mejillas, me acerqué a ellos lentamente, cada paso llenándome de una mezcla de alivio y alegría. Finalmente, llegué a donde estaban.—Kieran, Viggo —los llamé con la voz agotada pero llena de emoción.Ambos voltearon a mirarme y, al reconocerme, se levantaron de un salto y corrieron hacia mí. Abrí los brazos y, al sentir sus pequeños cuerpos abrazándome, la felicidad se desbordó. Lloré al tenerlos por fin conmigo, sin miedo a que algo malo les pudiera pasar.Eirik se acercó y, en un gesto de ternu
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