Los ojos de Elisa se abrieron asustados.—Yo…Ella levantó su vestido, intentó alejarse, pero èl la devolvió a ella.—Dime la verdad, no es la primera vez que mencionas a Lisardo, ¿Quién es?Ella tembló, sintió sus manos, sobre sus hombros.—Él era… ¡Mi esposo!Los ojos de Leander se abrieron enormes al escucharla.—¿Qué…? ¿Qué dices?—Él está muerto… sí, soy viuda.Leander dio un paso atrás, se sentó en la cama, ella se sentó a su lado.—¿Cómo murió?—Fue un accidente… pero, por favor, no quiero hablar de eso, —dijo casi como una súplica.—¿Hace cuanto fue?—Cinco años.Leander se quedó perplejo.«Cinco años y no supera, sigue pensando en èl», pensó.—¿Tanto lo amabas? —preguntó.Ella bajó la mirada.—Sí, lo amé mucho, èl me amaba, éramos felices, pero un maldito destino nos acabó.Leander se levantó y, salió de la habitación del hotel.Elisa bajó la mirada, las lágrimas brotaron por sus ojos, sin control.Pensó que Leander no volvería, y ella se recostó, cerró los ojos.Más tarde, si
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