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Todos los capítulos de Encrucijada de sentimientos: Capítulo 51 - Capítulo 60
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51: No voy a permitir que Zahid Iqbal se acerque
Selim quedó mirando a Anna como si no creyera lo que sus oídos escuchaban, él parpadeó varias veces y busco una pizca de engaño o alguna especie de broma retorcida que explicaran el comportamiento neurótico de la mujer que un día había amado.—No me quedes mirando de esa manera, porque ten por seguro que me encuentro hablando muy en serio. Ahora quiero que le digas a la estúpida de Kenna que se deje de meter en nuestra relación y le dices que quieres intentar que todo esto funcione.—En serio que necesitas ayuda psicológica o mejor dicho psiquiátrica de manera urgente. ¿Estás escuchando lo que dices? Porque sinceramente no doy crédito a tus palabras.—Lo estoy escuchando y no me encuentro loca, nunca antes había hablado más en serio que en estos momentos. Ahora ya sabes lo que tienes que hacer si no quieres que el rostro de Kenna quede totalmente desfigurado y todos la vuelvan a ver con lástima o asco.Selim miró como Anna se fue de donde él se encontraba, decidió quedarse esa noche e
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52: Navidad
Kenna llegó a la mansión y en el momento que iba a su habitación fue que se encontró con su abuelo.—Abuelo —ella se acercó y le dio un beso —espero que pudieras descansar, disculpa si no te he esperado, pero salí con Selim y tú aún no te habías despertado.—No me preocupa el hecho de que no me esperaste, sino el hecho de que has salido con Selim. Sabes bien que él tiene una novia y no quiero que te veas enredada en polémicas por culpa de esa mujer que cabe mencionar que te ha agredido en múltiples ocasiones.—Abuelo, no comiences con tus cosas. Recuerda que antes de que Selim fuera novio de esa desquiciada fue mi amigo y no puedo dejar de verlo solo porque tiene una relación.—Lo sé y también soy consciente de que tú estuviste enamorada de ese muchacho por mucho tiempo. Aunque ahora dices que ya no lo quieres, de esa manera te recuerdo que, donde hubo fuego, cenizas quedan.—Creo que mejor voy a trabajar a mi habitación, te conozco y sé bien que no podré ganar esta discusión —ella le
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53: Peticiones no concedidas
Los invitados que llegaron fueron muy pocos, debido a que Kenna celebró dicha fiesta en su Penthouse, que aunque no dejaba de ser grande, no era nada comparado con la mansión Rizik.—Sean todos bienvenidos —ella les sonrió con amabilidad a sus invitados —espero que disfruten la fiesta.Todo transcurría sin problemas, cuando se acercaba la medianoche se fueron a una gran ventana y vieron los fuegos artificiales que se habían contratado.—Kenna —Selim se le acercó a ella y la tomó del brazo —me gustaría hablar contigo.—Está bien —ella le mostró una sonrisa cálida —vamos a la cocina.Ellos se fueron y no se dieron cuenta de que Anna los seguía en total sigilo, cuando entraron a la cocina actuaron con total normalidad.—Feliz Navidad, Selim. A pesar de que todavía no es medianoche —ella lo abrazó y le dio un beso en la mejilla —, gracias por estar aquí, créeme que significa mucho.—Kenna, mi pequeña gran mujer —él sujetó su cintura y posó su nariz en el cuello de la fémina —que tonto que
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54: Sentimientos confesados
Zahid miró como Devika tomó su celular, él la detuvo porque tenía cierto temor de que su pequeña hermana cometiera una imprudencia.—¿Qué crees que haces, Devika?—Pienso llamar a Kenna, no sé cómo un hombre que es el sinónimo de la brillantez no se le pudiera ocurrir llamar a la mujer que quiere —Zahid intentó hablar y su hermana puso su mano en la boca —no me salgas que no la quieres porque ambos sabemos que eso no es cierto, amas a la señorita Rizik al punto que ni siquiera te atreves a llamarle por su nombre.Los repiques sonaron y después de llamar varias veces fue que una voz soñolienta respondió.—¿Aló? —Kenna pegaba su celular a su oído —¿Quién habla?“Kenna, soy Devika. Mi hermano ha intentado hablar contigo, pero tu abuelo le cerró el acceso a la mansión Rizik, ¿Hay alguna manera que puedas recibir a este bobo?”—¿Qué dijiste? —Kenna se despertó y se sentó en su cama —. No puedo creerlo, en serio, que mi abuelo se pasa. Claro, puedo recibirlos en mi Penthouse, enviaré mi ubi
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55: Te escucho, Dragón del desierto
Miré las puertas de la mansión Rizik, el vigilante se acercó a nosotros y él no me había visto, así que pude ver que lanzó un largo suspiro al ver el coche de Zahid.—¿Te fijas? Esto es lo que pasó gracias a tu abuelo, no puedo creerlo.—Esto lo estás pasando porque te pusiste de terco con esa locura de que no mereces ser amado, que me rechazabas y al final cruzaste todo el mundo para venir a arreglar el reguero que hiciste.—Querida, yo soy la perfección andante —Zahid me miró con una sonrisa socarrona —si las cosas se dieron así fue porque yo quería que fueran así.—Ajá, sí, cómo no.El guarda de seguridad tocó el vidrio de la ventana, Zahid me quedó mirando como si me dijera: “Te fijas.” Yo me limité a sonreír y alzar mis hombros.—Señor Iqbal, la señorita Rizik no se encuentra —él habló sin necesidad de que Zahid bajara el vidrio de la ventana —le diré que ha venido a buscarlo y que se ponga en contacto con usted.—Espera un momento —le susurré a Zahid —pienso hacer algo.Tomé mi
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56: Dolores placenteros
Me sentía ansiosa, no quería a nadie más que a Zahid a mi lado y pensar en que tendría que enfrentarme al abuelo era algo que no me apetecía del todo. Pero ahora que tenía un sentimiento recíproco, no pensaba dejarlo ir y menos por terquedades de este señor.—Escuche, no soy un gran hombre que se encuentre a la altura de Kenna. Sin embargo, le puedo asegurar algo, mientras ella esté a mi lado, no voy a permitir que nadie le haga algo o que derrame una lágrima. Si en algún momento de nuestras vidas tenemos que separarnos, le doy mi palabra de que voy a evitar que ella sufra.—¿Y qué más?—Y juro que le daré todo lo que ella necesite, no solo hablo de cosas materiales. Si no que estoy dispuesto a entregarle el corazón que pensé que estaba muerto, pero que mi amada Princesa del Zoco trajo a la vida con esa luz tan especial que irradia. Entiendo que se encuentre desconfiado de mí, sin embargo, las cosas ahora han cambiado y su nieta me tiene a sus pies, me ha encantado en cuerpo y alma.E
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57: Algo a cambio
Pronto el agua comenzó a agitarse debido a nuestros movimientos, me arqueé hacia atrás y Zahid llevó uno de mis senos a su boca.—Estás deliciosa —él lamió mi areola y luego el pezón —ahora vámonos de aquí.Él me sacó del agua y me cargó mientras mis piernas rodeaban su cintura, podía sentir su erección rozando mis nalgas y esto solo me calentaba más. Sus pasos eran rápidos y pronto estuvimos en una habitación.—Aquí estaremos más cómodos —él habló por primera vez y se separó de mis labios —te voy a coger como nunca antes.El suave colchón me recibió y mi cuerpo se amoldaba a la perfección, luego Zahid como si fuera un león detrás de su presa se puso encima de mí. Con sus amplias manos tomó mis piernas y me penetró, él comenzó a embestir con tal fuerza que me tuve que aferrar a las sábanas.—Más rápido —pedía mientras mis nudillos se ponían blanco —tócame aquí.Tomé su mano y la llevé a mi clítoris, él comenzó a mover esta zona en círculos y sentía que estaba al borde de la locura. D
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58: Amenazas cumplidas
Pensé por un momento que Devika no iba a besarlo, pero me equivoqué. Ella se lanzó a este hombre y le dio un beso tan apasionado que sentí una gran vergüenza. —¡Suelta a mi hermana!Lorcan lejos de soltar a Devika más bien la sostuvo para evitar que se viniera al suelo, cuando Zahid miró que hubo un intercambio de lenguas se fue para detener esto y yo lo seguí.—¡Lorcan! Suelta a mi hermana si no quieres que te dé una paliza.Él no dijo nada, solo levantó un dedo como diciendo que esperemos un segundo y con su otra mano seguía deteniendo a Devika que incluso deslizó sus labios al cuello de este hombre.—¡Devika! —Zahid gritó más fuerte —suelta a ese tipo que solo se está aprovechando de ti.Zahid tomó de la cintura a Devika, pero ella se encontraba aferrada al cuerpo de Lorcan. Por mi parte decidí hacerme a un lado y dejar que ellos resolvieran este asunto.—¡Kenna, necesito que me ayudes!—Creo que lo mejor es que los dejes, al final ambos están solteros y pertenecen al mismo círcul
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59: Somos novios
Muchas personas vieron con sorpresa la escena de Kenna bajando de la moto de Zahid mientras él sostenía su mano.—Las habladurías van a comenzar —él miró a Kenna y a las demás personas —espero no ocasionar problemas, Princesa del Zoco.—Deja de decir tonterías —ella puso sus brazos en el cuello de Zahid —¿Qué te parece si le damos de qué hablar verdaderamente?—¿Qué planeas?Kenna le dio un beso en la mejilla a Zahid y él solo pudo sonreír, luego de eso se fueron a sus respectivas casas. Debido a la necesidad de verse fue que llegaron a su habitación y abrieron la ventana.—Hola, tiempo de no verte —Kenna le guiñó el ojo y habló con burla —te extraño.—Tanta miel empalaga, Princesa del Zoco.—Entonces me voy, buscaré a alguien que me preste la debida atención.Kenna iba a irse cuando escuchó un golpe en seco, ella miró que Zahid entró a su habitación a través de la ventana.—Pero qué demonios —Kenna se quedó helada —¿Acaso has entrado por la ventana?—Sí, te lo dije desde un inicio, p
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60: Ni tus cenizas van a quedar
Selim salió corriendo y cuando Kenna miró esto, intentó salir detrás de él. Sin embargo, Zahid la detuvo.—Déjalo… Yo iré… Quédate aquí, por favor.Zahid salió detrás de Selim y solamente pudo alcanzarlo cuando llegó a la casa de Kenna.—¿Qué diablos piensas al manejar de esa forma acaso te quieres matar?—No deberías estar aquí, tienes que estar al lado de Kenna, márchate.De la nada comenzó a llover, cada vez se ponía peor. A pesar de la petición de Selim, Zahid no se movió ni un poco.—Si he venido aquí es porque Kenna quería venir y no quise que lo hiciera, ya que no sé qué tipo de reacción puedas tener, no pienso poner en riesgo a mi novia… tienes que aceptarlo… ella ya tomó su decisión.La puerta de la casa se abrió nuevamente y cuando ellos miraron se sorprendieron era Kenna que estaba empapada de pies a cabeza.—Selim…. Lo siento…. Pero como dijo Zahid, ya tomé mi decisión…. No sé porque te afecta si solamente soy tu amiga deberías estar feliz por nosotros.—¿Por qué me decías
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