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Todos los capítulos de Encrucijada de sentimientos: Capítulo 31 - Capítulo 40
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31: ¿Un romance prohibido?
Perspectiva de ZahidNo podía creerlo, en mi corazón había un nuevo sentimiento en el que simplemente no era lo más aconsejable que creciera. Ella estaba totalmente fuera de mi alcance y sabía muy bien que enamorarse no era permitido en mi vida.Pero cuando dijo eso, cada palabra, no pensé. Solo deseaba tenerla en mis brazos y no soltarla nunca, quería que fuera mía no solo en cuerpo, sino también en alma; era algo absurdo, lo que ella sentía en definitiva no era amor, sino una ilusión, al final siempre fue rechazada por el idiota de Selim y ahora que tenía un poco de atención era que sentía esto.—¡Zahid! —Devika gritó y golpeó mi puerta con frenesí —¡POR UN DEMONIO ABRE! ¡Kenna ha salido de la casa y se fue caminando a saber donde!Al escuchar esto abrí la puerta de inmediato, no podía creer lo que escuchaba y mi rostro lo mostraba sin intentar ocultar algo.—¿Qué has dicho?—Lo que escuchaste, Kenna se ha ido de aquí a esta hora, a pie y con un gran enojo. Un oficial de policía vin
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32: Me encuentro enamorada de ti, Selim
La tensión en el ambiente era palpable, quería deshacerme de estas personas de una vez por todas y finalmente después de muchos años podía decir que el momento había llegado.—No entiendo cuál es tu rabia con tu padre, Zahid —su mujer dio un paso adelante —deberías ayudarlo, incluso hemos dejado que Devika esté contigo sin hacer escándalo alguno.—Farís —miré a este tipejo —dile a tu zorra que no se le ocurra hablarme, ambos sabemos la clase de persona que soy cuando pierdo los estribos. Además, te recuerdo que Devika es mayor de edad y puede decidir con quién se quiere quedar. Ahora vete si no quieres que llame a la policía, porque te recuerdo nuevamente que tengo una orden de restricción en tu contra.—No puedo creerlo, en serio, que te hizo falta mano dura en tu crianza.—¿Sabes? Hay una manera en la que te puedo ayudar —tomé mi celular disimuladamente —admite que mi madre no es tan culpable como los demás la señalan. Bien sabes que tú te aprovechaste de ella y arruinaste su reputa
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33: Sonrisas cínicas
Vaya, ahora que finalmente lo decía, podía sentir un gran alivio en mi corazón. Selim, mientras tanto, intentaba procesar lo que le había dicho.—Sé bien que no es algo que esperabas escuchar, pero creo que estamos en una edad en la que este tipo de cosas no deben ser abordadas como si fuéramos adolescentes. Con esta confesión no espero que me correspondas, creo que lo he hecho para que seas consciente de los sentimientos que tengo por ti.—Pero Kenna, yo…—No tienes que decir nada, al final, la que está enamorada de ti soy yo y no es algo correspondido. Solo te pido tiempo para poder sacar estos sentimientos de mi corazón. Creo que no hay caldo, que no se enfríe y no soy la excepción.—¿Y si no quiero que mates esos sentimientos?—¿Qué has dicho? —pregunté sorprendida— espero que esto sea una broma de mal gusto. Hasta donde recuerdo, tienes una relación con Anna y yo también estoy con Zahid.—No tienes una relación con él —Selim señaló a Zahid y movió su cabeza de un lado al otro— es
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34: Una mujer en reserva
El traje de baño que había comprado aquel día se encontraba destrozado y por un motivo extraño aquel bañador de dos piezas que él me mostró el día de compras estaba en la maleta.—¡Zahid! —bajé las escaleras muy enojada mientras sostenía ambos bañadores —¡¿Qué has hecho?! Dime cómo es posible esto.—¿De qué hablas, Princesa del Zoco? —él miró mi traje de baño destrozado —pero válgame, Dios, ¿Qué le ha pasado a tu traje de chica de secundaria? Pensé que estabas entusiasmada por usarlo.—No te hagas el descarado, sé bien que has sido tú quien hizo esto. Dime, ¿Por qué este traje de baño tan descubierto se encuentra en mi maleta? —No sé, cariño. Es decir, supongo que tú lo has comprado y lo pusiste ahí.—¡Este traje de baño es el que Devika quería comprar el otro día y tú dijiste que se iba a ver bien en mí! Así que no me salgas con esas babosadas, estoy segura de que destrozaste a propósito mi traje de baño y todo para que usara el que habías elegido.—Pues mira que no me había dado cu
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35: He venido por mi nieta
Aproveché la confusión de Selim para irme, no quería seguir con esta situación y lo mejor era evitarla. En estos momentos las cosas se encontraban demasiado calientes y creo que es una buena idea dejar que todo siga su curso.—Kenna, espera —Selim me alcanzó y yo me puse al lado de Zahid —¿Por qué piensas de esa manera? ¿Acaso piensas hacerle caso a él que apenas lo conoces?—Sinceramente no quería creer que Zahid tenía la razón, pero al ver tu actitud tengo que admitir que todo concuerda con lo que me dijo.—¿Acaso hablas de que te tiene como seguro y el temor a perderte lo está llevando a que actúe como un idiota? —Zahid preguntó con sarcasmo y yo asentí —bueno, mentiras no ha dicho.—¿Cómo te atreves a poner a Kenna en mi contra? Hemos sido amigos por años y tú eres un aparecido.—Quizás no sepa mucho de la extraña relación que tienes con ella, pero sí te puedo decir que ante tus ojos era invisible hasta que viste que aquella pequeña niña se había vuelto una mujer y fue justo cuando
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36: ¡Has manoseado a mi nieta!
Al escuchar la voz de mi abuelo me quedé de palo, miré a Zahid y rápidamente me acerqué. Sin mucha demora le quité su camiseta y me la puse.—Mi abuelo se encuentra aquí, si él me mira con este traje de baño ten por seguro que tu cabeza va a rodar sin que tenga necesidad de decirle que has maniobrado mi maleta.Caminé hacia la entrada y fue en ese momento que el guardia de seguridad iba hacia adentro.—Él puede pasar, es mi abuelo —miré al guardia y luego a mi abuelo que venía con compañía —así que no se preocupe.Mi abuelo entró con el ceño fruncido y cuando me miró con una simple camiseta, además de estar descalza, supe que no le había gustado nada en absoluto.—He venido a ver qué es lo que pasa y el motivo por el cual no has llegado a Dubai. El trabajo aquí no te iba a tomar tanto tiempo que digamos. Aparte me han llegado rumores que no me agradan del todo y me he sentido preocupado por mi preciosa nieta.—Abuelo, sabes bien que no me gusta dejar cabos sueltos y por eso es que me
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37: Mi lugar seguro
Mi abuelo tendía a ser muy protector conmigo, recordé cuando un tipo se atrevió a tomar mi mano de una manera no tan decente y las consecuencias fueron serias.—Abuelo, no es lo que piensas —me di la vuelta y me puse delante de Zahid —es solo que él me estaba poniendo protector solar. Ya sabes mi problema de fotosensibilidad.—¿Acaso te vas a refugiar detrás de una mujer? —mi abuelo miró a Zahid detrás de mí —porque entiendo que el problema de mi nieta es su fotosensibilidad, pero sé también que no es necesario amasarla como el panadero amasa el pan.—No me pienso justificar y tampoco esconderme detrás de su nieta —Zahid dio un paso adelante y habló con gran firmeza —es cierto que estaba apretando sus glúteos y pienso aceptar las consecuencias de todo esto.—Eso me gusta, un hombre firme y con convicción —mi abuelo mostró una gran sonrisa para mi sorpresa —no me decepcionas, muchacho. No te preocupes que no estoy enfadado y puedo comprender el hecho de tener tus manos encima de mi nie
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38: Fue un error
Mis brazos rodeaban la cintura de Zahid mientras él manejaba la moto a una zona que no conocía y que incluso me causaba un gran temor. En definitiva, si no fuera porque este hombre me trajo aquí, ni siquiera vendría.—Bueno, ven aquí —Zahid me tomó de la cintura y me alzó sin problemas —. Sé bien que este sitio no es el four seasons, pero verás que valdrá la pena.No me quise soltar de la mano de Zahid y él por suerte no me la apartó. Cuando entramos a la infraestructura me asusté un poco porque no prestaba las mejores condiciones que esperaba, aunque no podía esperar algo diferente cuando la fachada dejaba mucho que desear.—Zahid, ¿Es seguro estar aquí?—¡Cuidado!De la nada Zahid me empujó contra la pared y me protegió con su cuerpo, pude ver que un pedazo de techo caía a toda velocidad y si no hubiera sido por la rapidez de él es probable que estaría con la cabeza bien abierta.—Tienes unos ojos hermosos.Zahid me veía detenidamente y solo ahí me pude dar cuenta de lo cerca que es
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39: El amor de tu vida y tu alma gemela
Por más que lo moví, no pude hacer nada. El temor de perder a Zahid me llenó de un sentimiento nada agradable.—¡No, no te puedes congelar ante el temor! —Tomé mi celular y marqué a emergencias—. ¡Necesito ayuda!Los paramédicos llegaron luego de algunos minutos y se llevaron a Zahid. Me subí en la ambulancia junto con él y nadie me detuvo.—Zahid, por favor resiste —miré que los paramédicos lo atendían—. Si algo te sucede por mi culpa, me voy a reprochar toda mi vida. Quiero ser capaz de protegerte algún día, así como tú lo has hecho conmigo.La sirena de la ambulancia llenaba mis oídos, no entendía por qué el camino era tan lejano. Solo quería que llegáramos al hospital, y eso era todo.—Princesa, princesa, princesa…Cuando miré a Zahid totalmente despierto, me apresuré a llegar donde estaba. Él tenía una enorme venda en la cabeza y movía sus manos tratando de buscarme.—Zahid —sostuve su mano—, aquí estoy, no te preocupes.—Princesa del Zoco —dijo con alivio, y miró a los paramédic
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40: Miedo al amor
No sabía qué decir o qué hacer, todo lo que Aramis me había dicho era un poco confuso. ¿Cuál iba a ser mi elección? ¿Selim o Zahid?—Se supone que en el corazón de una mujer debe haber un solo hombre, no hay espacio para alguien más.—Querida, el corazón de una mujer es más profundo que el océano. Así que créeme que espacio hay ahí, pero debes escoger a uno de los dos, solo recuerda que Selim hasta el momento no ha mostrado interés alguno en ti —Aramis se levantó de la banca y me miró —lo que te dije no fue para que vinieras a confundirte, sino todo lo contrario, deseo que ames sin remordimientos al hombre que está dispuesto a darte todo aquello que quieres y que mereces.—Gracias, Aramis —me levanté y lo abracé —te amo, hermanote.—Y yo a ti, hermanita.Él me dio un beso en la cabeza y luego me llevó entre sus brazos. Entramos en la habitación de Zahid que se encontraba con su familia.—¿En dónde demonios te habías metido? —él me miró con reproche —pensé que te habías esfumado o que
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