Spencer abrió los ojos lentamente, como saliendo del letargo que le había dejado el fuerte golpe que recibió en la cabeza, por un momento no reconoció el lugar donde se encontraba, de hecho, no sabía dónde estaba y sus ojos batallaban por acostumbrarse a la escasa luz del lugar. El cuerpo le dolió al darse cuenta que estaba sentado en una silla en el centro de la nada, sus brazos estaban hacia arriba sujetos a una cadena que colgaba del techo, estaba sin camisa y completamente vulnerable. —Hasta que despiertas O'Farrell— escuchó que le decía una voz frente a él, parpadeó buscando ahuyentar el dolor de cabeza, para su desgracia no al hombre que estaba sentado en una silla frente a él y le miraba directamente al rostro. —¿Quién eres?, ¿ porque me han traído aquí?, ¿qué es lo que quieren?, solo digan que están buscando y déjeme ir. — suplicó. —Las cosas no son tan fáciles esta vez, O'Farrell— le dijo el hombre con una sonrisa. —¿Qué es ese lugar?, ¿A donde me han traído ? —Bienv
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