Spencer abriĂł los ojos lentamente, como saliendo del letargo que le habĂa dejado el fuerte golpe que recibiĂł en la cabeza, por un momento no reconociĂł el lugar donde se encontraba, de hecho, no sabĂa dĂłnde estaba y sus ojos batallaban por acostumbrarse a la escasa luz del lugar. El cuerpo le doliĂł al darse cuenta que estaba sentado en una silla en el centro de la nada, sus brazos estaban hacia arriba sujetos a una cadena que colgaba del techo, estaba sin camisa y completamente vulnerable. âHasta que despiertas O'Farrellâ escuchĂł que le decĂa una voz frente a Ă©l, parpadeĂł buscando ahuyentar el dolor de cabeza, para su desgracia no al hombre que estaba sentado en una silla frente a Ă©l y le miraba directamente al rostro. âÂżQuiĂ©n eres?, Âż porque me han traĂdo aquĂ?, ÂżquĂ© es lo que quieren?, solo digan que estĂĄn buscando y dĂ©jeme ir. â suplicĂł. âLas cosas no son tan fĂĄciles esta vez, O'Farrellâ le dijo el hombre con una sonrisa. âÂżQuĂ© es ese lugar?, ÂżA donde me han traĂdo ? âBienv
Nikolay entrĂł al edificio abandonado, con paso firme y elegante, su enorme estatura y musculatura era intimidante, seguido de cuatro de sus hombres que parecĂan ser sus sombras... siempre callados y atentos a las Ăłrdenes del jefe. LlegĂł al ĂĄrea mĂĄs oscura y apartada donde estaba Spencer, su apari
Nathalie cortĂł la llamada, y se guardĂł el celular en el bolsillo de su pantalĂłn, los hombres que yacĂan dormidos seguirĂan asĂ por mucho, pero debĂa darse prisa por si volvĂan otros para cambio de guardia Ăł por si aparecia el hombre misterioso y la rubia. HurgĂł en los bolsillos de los hombres hasta encontar las llaves de un auto, era obvio que si necesitaba salir de aquel lugar no podĂa hacerlo caminando, asĂ que tomarĂa uno de los vehĂculos y seguirĂa el camino que habĂan trazado hasta salir de ese lugar boscoso y lograr llegar a una vĂa principal que le permitiera volver a la ciudad. CorriĂł al cuarto en busca de Dylan, quien la viĂł y de inmediato comenzĂł a balbucear. âNos vamos Dylan, nos vamos a tu casa y luego yo me irĂ© con los mĂosâ tomĂł al niño y lo estrechĂł contra su cuerpo. saliĂł de la casa y se encontrĂł con Que habĂan dos vehĂculos estacionados por lo tanto debĂa decidir en cuĂĄl iba a viajar o al cual pertenecĂan las llaves que tenĂa en sus manos abriĂł primero las pue
âÂĄENTREGANOS A DYLAN AHORA MISMO!âgritĂł Izan enfurecido. âÂżQue haces, Izan?â Grace se girĂł hacia Ă©l con los ojos llenos de temor, despuĂ©s de ver cĂłmo el rostro de Nathalie se llenaba de terror. Nathalie estaba muy asustada al ver la cantidad de armas que le apuntaban, su cuerpo entero temblaba âYo solo quiero devolver al niño âdijo ella llena de angustia. âPor supuesto que vas a devolver a mi hijo ahora mismo, quiero que sepas que no voy a perdonarte, lo que has hecho a mi familia debes pagarloâ Nathalie se asustĂł aĂșn mĂĄs ante esa chispa de incontrolable desprecio que brillaba en sus ojos, de manera inconsciente comenzĂł a retroceder con Ă©l pequeño aferrado contra su pecho, estaba asustada. âPor favor no disparenâdijo nerviosa mientras daba lentos pasos hacia atrĂĄsâ no disparen, les juro que no hice esto porque quiseâcomenzĂł a llorar mientras mantenĂa los ojos fijos en Grace, como buscando su ayudaâ no lo hice señora, no lo hice porque quise ya se lo he dicho. âTranquila,
âÂĄNo sĂ© atreva a acercarse!â le advirtiĂłâ ÂĄSolo le darĂ© el niño a la señora Grace! âPor favor, Izanâ Grace lo mirĂł con angustia y dio los pasos que los separaban para interponerse en su camino, lo mirĂł directamente a los ojos, sus bellos ojos color verdes reflejaban una angustia Ășnica.â DĂ©jame hacer esto a mi modo, te lo pido. Si sigues presionandola no sabemos de lo que pueda ser capaz a causa del miedo, tiene a nuestro hijo, no juegues xon su vid sy su integridad, porque si algo le pasa a Dylan... no te lo perdonarĂ© jamĂĄs â dijo muy segura de sus palabrasâ terminarĂ© odiandote, mi amor. â susurrĂł solo para ellos. âPero, Grace... âPor favor, tu sabes de negocios, de hacer dinero, de mafias, armas y todo lo que quieras, Pero Ă©sto se trata de una madre a otra. ÂĄLo harĂ© a mi manera! âBienâ asintiĂł no muy convencido y aĂșn menos complacido. Grace le agradeciĂł y se girĂł hacia Nathalia. âNathalie, todo estĂĄ bien. Puedes darme a Dylan â el niño comenzĂł a llorar, como adviertiendo e
Izan pudo observar como Grace estaba bastante perturbada por la escena que habĂa presenciado, sabĂa que estaba llevando a Nathalie a un momento de estrĂ©s, pero jamĂĄs la imaginĂł capaz de saltar al vacĂo, no creyĂł que tuviese ese coraje o valentĂa, despuĂ©s de asegurarse de que Grace y Dylan estaban de
Esteban llegĂł a casa de su hermana, maldiciendo y gruñendo a causa de su mala suerte, adoraba a su hermanita y tener que darle una noticia como Ă©sta no era nada fĂĄcil. AĂșn no entendĂa por quĂ© no podĂa librarse del capricho que representaba Izan O'Farrell, despuĂ©s de todo lo que habĂa hecho, no se me
âEsteban Tumbler... debe ser una jodida broma. â dijo furioso mientras se ponĂa en pieâ debĂ imaginar que los Tumbler estaban detrĂĄs de todo esto. !ÂżCĂłmo no pude verlo?!, esto no lo hizo Esteban solo, el muy idiota es incapaz de respirar sin permiso de Tiffany. âSpencer dijo que fue Ă©l quiĂ©n lo b