Logan, con el rostro endurecido por la rabia y la preocupación, salió disparado hacia el pasillo, con las pisadas resonando como un eco sordo que acompasaba su furia. Victor lo seguía de cerca, mientras varios policías corrían tras ellos, intentando mantener el ritmo. La adrenalina recorría cada fibra del cuerpo de Logan, alimentando su ira, su frustración, y el miedo a perder de nuevo el control sobre la situación.—¡Allí! —gritó Logan, sin voltear, como si las palabras pudieran empujarlos a ir más rápido.Sin embargo, antes de que pudieran reaccionar, en ese breve momento de confusión y caos, Joseph, con una mirada calculadora y el corazón a mil, aprovechó la distracción. Su cuerpo se movió ágil, como un felino acechando a su presa, pero esta vez, la presa era la libertad. Se lanzó hacia la salida de emergencias, cuya puerta, camuflada con precisión, apenas era visible para quienes no conocían el terreno. Un movimiento que él había preparado de antemano, porque, aunque Caroline conf
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