Regresamos a su casa, sin que él me diga hacia donde vamos a ir. Pero, con Reymond, las cosas son como a él le gusta y donde él quiere que sea. Por eso, sé que él cree que no es necesario decirme para donde vamos, si no, aceptar todo lo que él desee.— ¿Crees realmente que así funcionaremos? Porque lamento decirte que aunque soy una omega, no tolero seguir ciegamente lo que los demás deseen. — le digo de inmediato, cuando entramos a su casa.— Este es tu hogar, Elise.— No es mi hogar, es el tuyo. Yo tengo mi propia casa, poseo cosas que…— Ya están aquí, Elise. he ordenado que traigan todo, por lo que, en tu habitación está todo lo que tenías en ese diminuto lugar que llamas tu casa.Aunque se muestra muy serio, dudo que haya sido capaz de ir a mi casa y sin llaves, tomar todo lo que tengo. Por eso, corro hacia la habitaci&o
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