Regresamos a su casa, sin que él me diga hacia donde vamos a ir. Pero, con Reymond, las cosas son como a él le gusta y donde él quiere que sea. Por eso, sé que él cree que no es necesario decirme para donde vamos, si no, aceptar todo lo que él desee.
— ¿Crees realmente que así funcionaremos? Porque lamento decirte que aunque soy una omega, no tolero seguir ciegamente lo que los demás deseen. — le digo de inmediato, cuando entramos a su casa.— Este es tu hogar, Elise.— No es mi hogar, es el tuyo. Yo tengo mi propia casa, poseo cosas que…— Ya están aquí, Elise. he ordenado que traigan todo, por lo que, en tu habitación está todo lo que tenías en ese diminuto lugar que llamas tu casa.Aunque se muestra muy serio, dudo que haya sido capaz de ir a mi casa y sin llaves, tomar todo lo que tengo. Por eso, corro hacia la habitaci&oAunque quiero que Reymond se marche, no lo hace, sobre todo, porque el doctor ha llegado para revisar como está mi salud y eso es algo que según él no puede perderse. Por eso, mientras me revisan, él responde los mensajes que llegan a su teléfono constantemente.— Si necesitas irte, puedes hacerlo. Como no voy a ir al trabajo, me quedaré todo el día aquí. Así que, no necesitas venir a rescatarme ni mucho menos usaré mi magia. — digo y él niega.— Puedo trabajar desde aquí, no te preocupes por mí. — dice Reymond y yo suspiró profundo.— Señora Perasi— No soy una Perasi, llámeme Elise. — le pido al doctor.— Llámala como desea, dentro de poco lo que no es será. — dice Reymond y yo lo observo mal.— Aun puedo retractarme respecto a la boda.— ¿Sabes que e
Lo menos peor… eso sí que es decir que no tengo suerte para los hombres y que no he salido de un problema cuando otro está frente a mí listo para destruirme. Lo peor de todo, es que no sé cómo sobrevivir a tantas cosas que suceden a la vez.— ¿Vas a hacerte cargo de tu sobrino?— ¿Quieres que lo mate?— ¡Claro que no!— Sigues siendo tan buena, cuando todo se solucionaría si Nate muere. — dice Reymond.Sus palabras me confirman que no es un buen tío, pero, estoy seguro de que Nate piensa lo mismo de él, porque una cosa es ser crueles y otra es malos entre ellos y los Perasi, son ambos.— No quiero que mates a tu familia.— Eventualmente será necesario o en el peor de los casos, me tocará hacerlo porque querrán matarnos. — dice Reymond como si tuviera la certeza de que es lo que sucederá en el
Siempre he pensado que hay palabras que tienen el poder de lastimar más que unos golpes y ahora lo compruebo, porque mientras sus amigos alfas, caminan hacia nosotros, se burlan por lo que he mencionado que es Nate para mí.— Eres una malnacida — dice Nate lanzándome un golpe que me deja a un lado de la carretera.Aunque intenté esquivarlo, logra causarme daño y por eso termino en el suelo tosiendo con fuerza, mientras imploro que la herida sane pronto para poder huir con todas mis fuerzas.— Te tuve paciencia, claramente, lo hice porque no eras la loba que más me interesaba y mira cómo me pagas. Tú te quejaste de que no fui sincero contigo, pero, tú me ocultaste tu valor y eso es no ser sincero.— ¿Por qué debía decirte lo que no te interesaste en preguntar?— ¡¿Cómo iba a saber que una omega sin manada y con tantos rechazos
Mi cuerpo ya no me pertenece, porque aunque intento alejarme de ellos tanto como sea posible, mi cuerpo parece pegado al suelo que no va a protegerme cuando ellos comiencen a abusar de mí, porque dudo que esta sea una sola advertencia.— ¡Aléjense de mí! — grito cuando se acercan con sus sonrisas cargadas de maldad pura.— Parece que aún tiene fuerza para luchar, chicos, ¿Qué les sucede? ¿Acaso sus feromonas no son fuertes? — pregunta Nate burlándose.— No me toquen, no lo hagan o van a arrepentirse. — les advierto.Soy consciente que usar mi magia para protegerme, cuando estoy tan débil, no es algo que me dará mucho tiempo para escapar, porque ya he usado mucho mi magia durante estos días y he sido afectada por sus feromonas, pero, debo hacer algo.Por eso, cuando intentan tocarme, activo una esfera de protección que me rodea al punt
El alivio me invade completamente cuando lo veo. Meses antes, debía resignarme a los malos tratos o huir de ellos, cuando era posible, porque no contaba con alguien que me respaldará ni mucho menos, mostrará interés por lo que me pasaba.Tampoco puedo decir que el hombre que me causa temor y del que hui, en estos momentos no quiero verlo, porque es ese mismo hombre el que está evitando que Nate me tome sin que ponga resistencia porque sus feromonas y las de sus amigos, me tienen en un sometimiento absoluto.Incluso ahora no puedo estar en contra de la violencia que tanto miedo me causa, porque es justamente esta la que necesito para que Nate y sus amigos se detengan. Así que, lo que me hizo huir de Reymond, es lo que ahora agradezco que se encuentre.Por eso, cuando Reymond lanza lejos a su sobrino y corre hacía mí, yo lloro sintiéndome la mujer más afortunada por haber sido salvada a tiempo, aunque
Sé lo que estoy diciendo y que no debería decirle a Reymond algo así, pero, no me es posible calmar mi boca, cuando es justamente lo que necesito; sentirme aliviada. Por eso, menciono las soluciones que estoy segura de que él sabe.— Reymond…— Un momento, sé que es algo normal buscar quien te ayude con tu malestar, pero, dudo que quieras que yo te alivie de esa forma y dudo que desees a Nate que es tu exnovio.— No lo quiero a él, te prefiero si debo escoger con quien aliviarme. — digo de inmediato.— Esto no está bien, pediré medicina para ti y te tomarás un baño con agua helada mientras el doctor llega.— No creo que pueda soportar tanto.Soy consciente de que no debo decirle cuán afectada me encuentro porque no sé qué intenciones tiene conmigo. Pero, me siento demasiado mal para fingir que me encuentro bien.&mda
Mi mente ya no me dice que no lo haga, ni siquiera intento controlar mis hormonas, porque he llegado a un punto que mi parte racional se ha ido al olvido, porque ya he estado mucho tiempo con la estimulación de las feromonas, sin recibir medicina para que mi cuerpo descanse.Por eso, aunque en el pasado no quería que Nate me tocara no le había pedido a Reymond que aliviara mi necesidad, ahora lo que quiero es ser saciada y no me importará quien pueda darme ello, porque realmente lo necesito.— Elise… — dice Reymond afectado por mis hormonas.Porque incluso siento como su mirada se suaviza y su respiración es entrecortada, debido a la estimulación que mis hormonas le han dado. Por eso, puedo decir que los dos estamos tan afectados que no es posible para nosotros fingir ser inmunes a algo de lobos que nos impide huir de algo que nos ata como alfa y omega.— Lo necesito, sabes que puedes darme para s
No hay delicadeza en Reymond, él me ataca con fuerzas, causando que sienta como el aliento se me corta ante su rudeza profundizándose en mi cuerpo. Sus gruñidos y la forma en que me agarra, me hace comprender que es más animal que humano, porque aun sabiendo que es mi primera vez, no es gentil aunque pueda sentir que sufro.— Reymond…— Dame un segundo. — dice él atacándome de tal forma que yo siento que voy a partirme en dos.— Es muy rudo. — susurro con lágrimas saliendo de mis ojos.Reymond, sale de mi cuerpo, se levanta y se quita toda la ropa que le sobra mientras su miembro rebota con cada movimiento. Ya no hay una ligera capa de sudor, si no, está húmedo completamente y es por el líquido que sale de mí.Porque aunque sentí que era muy rudo, la excitación que me ha causado las feromonas de aquellos alfas y él, hac