El alivio me invade completamente cuando lo veo. Meses antes, debía resignarme a los malos tratos o huir de ellos, cuando era posible, porque no contaba con alguien que me respaldará ni mucho menos, mostrará interés por lo que me pasaba.
Tampoco puedo decir que el hombre que me causa temor y del que hui, en estos momentos no quiero verlo, porque es ese mismo hombre el que está evitando que Nate me tome sin que ponga resistencia porque sus feromonas y las de sus amigos, me tienen en un sometimiento absoluto.Incluso ahora no puedo estar en contra de la violencia que tanto miedo me causa, porque es justamente esta la que necesito para que Nate y sus amigos se detengan. Así que, lo que me hizo huir de Reymond, es lo que ahora agradezco que se encuentre.Por eso, cuando Reymond lanza lejos a su sobrino y corre hacía mí, yo lloro sintiéndome la mujer más afortunada por haber sido salvada a tiempo, aunqueSé lo que estoy diciendo y que no debería decirle a Reymond algo así, pero, no me es posible calmar mi boca, cuando es justamente lo que necesito; sentirme aliviada. Por eso, menciono las soluciones que estoy segura de que él sabe.— Reymond…— Un momento, sé que es algo normal buscar quien te ayude con tu malestar, pero, dudo que quieras que yo te alivie de esa forma y dudo que desees a Nate que es tu exnovio.— No lo quiero a él, te prefiero si debo escoger con quien aliviarme. — digo de inmediato.— Esto no está bien, pediré medicina para ti y te tomarás un baño con agua helada mientras el doctor llega.— No creo que pueda soportar tanto.Soy consciente de que no debo decirle cuán afectada me encuentro porque no sé qué intenciones tiene conmigo. Pero, me siento demasiado mal para fingir que me encuentro bien.&mda
Mi mente ya no me dice que no lo haga, ni siquiera intento controlar mis hormonas, porque he llegado a un punto que mi parte racional se ha ido al olvido, porque ya he estado mucho tiempo con la estimulación de las feromonas, sin recibir medicina para que mi cuerpo descanse.Por eso, aunque en el pasado no quería que Nate me tocara no le había pedido a Reymond que aliviara mi necesidad, ahora lo que quiero es ser saciada y no me importará quien pueda darme ello, porque realmente lo necesito.— Elise… — dice Reymond afectado por mis hormonas.Porque incluso siento como su mirada se suaviza y su respiración es entrecortada, debido a la estimulación que mis hormonas le han dado. Por eso, puedo decir que los dos estamos tan afectados que no es posible para nosotros fingir ser inmunes a algo de lobos que nos impide huir de algo que nos ata como alfa y omega.— Lo necesito, sabes que puedes darme para s
No hay delicadeza en Reymond, él me ataca con fuerzas, causando que sienta como el aliento se me corta ante su rudeza profundizándose en mi cuerpo. Sus gruñidos y la forma en que me agarra, me hace comprender que es más animal que humano, porque aun sabiendo que es mi primera vez, no es gentil aunque pueda sentir que sufro.— Reymond…— Dame un segundo. — dice él atacándome de tal forma que yo siento que voy a partirme en dos.— Es muy rudo. — susurro con lágrimas saliendo de mis ojos.Reymond, sale de mi cuerpo, se levanta y se quita toda la ropa que le sobra mientras su miembro rebota con cada movimiento. Ya no hay una ligera capa de sudor, si no, está húmedo completamente y es por el líquido que sale de mí.Porque aunque sentí que era muy rudo, la excitación que me ha causado las feromonas de aquellos alfas y él, hac
Es aquí cuando digo que tener sexo es una arma muy fuerte, porque, la rudeza que siempre me ha mostrado, ha mostrado un nuevo matiz al punto que no soy capaz de verlo como algo malo, si no, como algo doloroso que me da mucho placer.Uno que ya no me hace quejarme del dolor o implorar los inhibidores, porque él me está ayudando a lidiar con la excitación que otros me causaron y la sensación, está empezando a ser tan increíble, que gimo constantemente mientras mi cuerpo rebota por el choque de nuestros cuerpos.Reymond, me aleja de la pared, y me hace saltar, mientras gruñe, muerde mi piel y me abraza de tal forma que me deja saltar para invadirme sola sin que me caiga. Sin duda, él sabe cómo hacerlo y lo agradezco, porque sin ser gentil, me siento increíble.— Creo que voy a morir. — susurro.— No lo harás, solo tú puedes soportarme, Elise. Aunque otros dig
Sus penetraciones son cada vez más fuertes al punto que me hace caerme por la fuerza en la que entra en mí. Por eso, termino completamente acostada, mientras él no se detiene e incluso, me nalguea, causando que sienta un hormigueo que no puedo relacionar con algo más.— Reymond… — susurro, pero, aunque quiero decirle que me siento extraña, la voz se apaga en mi garganta.— ¿Qué quieres, nena? ¿Quieres que me detenga? — pregunta Reymond en un tono de voz cargado de tanta lujuria que si fuera posible, mis oídos tuvieran un orgasmo ahora, por lo excitante que se escuchó.Por eso, gimo, porque aunque debería pedirle que se detenga, que es suficiente para ser mi primera experiencia sexual, la realidad es que mi cuerpo exige mucho más de lo que le han dado, porque aunque me siento bien, me falta más para sentirme muy feliz.Por eso, niego de inmedia
No puedo evitar gemir, las sensaciones me han llevado a un nuevo piso de excitación, donde me aferro a Reymond tanto como sea posible, para no enloquecer cuando mi primer orgasmo amenaza con salir.— No te precipites a algo que no sabes si sucederá. — digo recordando lo que ha dicho.— Sucederá, Elise. va a suceder. Además, no es muy coherente de tu parte, dudar que eso suceda, cuando me aprietas con tanta fuerza que podría liberar ese líquido que podría embarazarte con un solo intento.— Tú… estás mal. Yo… oh, diosa Luna… — digo, pero, las palabras mueren en mi garganta por todo el placer que estoy experimentando en estos momentos.— Es bueno que dejes de hablar tonterías y seas honesta contigo misma, Elise. porque eso que no crees posible, es más probable que cualquier cosa segura en el mundo. — dice Reymond.Aunque qu
Soy una omega con muchas limitaciones que una omega no tiene, porque yo no tengo una salvación en mi cuerpo que por no ser activada, es mi condena, pero, ya no puedo permitir que eso que aún no he podido cambiar, me haga soportar lo que no merezco.— No te daré flores, Elise. Ni mucho menos te diré cosas cursis como: ¡que hermosa te ves con esa ropa! ¡¿Te has cambiado de peinado?! O cualquier tontería que los humanos dicen para conquistar a sus parejas o para que los ame más.— ¿No quieres que te ame, Reymond? Porque dijiste que no querías que este matrimonio fuera bajo un contrato como lo hablaste inicialmente.— Quiero que recuerdes amarme, porque en el pasado me amaste, es por eso, que estamos aquí. Porque nos amamos con tanta intensidad, que nos hicieron ser esto, como castigo. — dice Reymond.Comentarios como estos, me impiden comprender de que habla, po
Minutos despuésNarra ReymondApenas terminé de liberarme en su interior, observé como ella miraba el frasco de los inhibidores, culpándolos por apenas aparecer, pero, decidí darle su espacio, entrando a la ducha para que no se molestará por todo lo que hicimos o más bien, todo lo que le hice.Sin embargo, ahora que salí del baño sonriente por al fin estar con ella de esta forma, me la encuentro dormida. El agotamiento, parece que fue más grande en ella, por lo que, regreso al baño y tomo una toalla pequeña que humedezco con el fin de pasar lentamente la toalla por todo su cuerpo.Sonriente, limpio sus piernas, su intimidad, pechos, cuello, rostro, brazos, en general, le limpio todo su cuerpo, lavando la toalla, probando la temperatura del agua y moviendo esta por su cuerpo, sin que ello la despierte.Lo que hago, no me lo han pedido, pero, he querido hacerlo, para que pueda