Al día siguiente
No me fui para mi casa, por miedo a que me estén acosando en la puerta de esta. Así que, me quedé en casa de Reymond, aunque no me agradó del todo. Pero, afortunadamente, no pasó algo vergonzoso después de nuestro encuentro íntimo.Con un sol tenue, me levanto de la cama, me preparo para ir a trabajar y salgo sin atreverme a abusar más de su hospitalidad, pero, cuando creo que estoy por marcharme, me encuentro a Reymond frente a un auto.— Buen día, Elise. — saluda Reymond girándose cuando apenas he notado su presencia.— Buen día… — susurro.— ¿Pensabas irte sin despedirte? — pregunta él y yo niego.— No me encontré con alguien de camino a la salida, para darle un mensaje, pero, tenía la esperanza de que al salir el vigilante estuviera presente, para que escuchara mis agradecimNo me dice algo más y yo no me atrevo a preguntarle, porque Reymond, es capaz de contarme cosas que me causan temor saber. Porque entre más lo escucho, más siento que es tan oscuro que por eso puede acabar con Nate.Después de todo, el fuego muchas veces necesita ser contrarrestado con un fuego que lo absorbe y pueda después controlarse. Por eso, estoy empezando a pensar que Reymond no es alguien bueno, si no, un ser que puede controlar su fuego y usarlo tanto como lo desee.— ¿Me harás daño, Reymond? ¿Tienes pensado desecharme una vez obtenido tu venganza? — pregunto con temor.— No lo haré, Elise. eres mi aliada, no sería capaz de hacer algo así. — dice Reymond, pero, sigo sin poder creer que sea bueno conmigo y tan malo con los demás.Sin embargo, prefiero no pensar demasiado en un hombre que parece tener todo bajo control y me concentro en la fue
Reymond me lo dijo y yo sabía que mi regreso a la empresa no sería agradable, pero, no pensé que fuera de esta forma. No me imaginé que fueran así de infantiles y tontas, porque es evidente que la víctima soy yo.— ¿De verdad van a hacer algo así? — pregunto aturdida.— ¿Crees que dejaremos que le hagas daño a nuestro hombre y finjas que todo está bien? — pregunta Dina con su mirada asesina y sus brazos cruzados sobre su pecho.— Yo fui la victima aquí, pero, me están tratando como si fuera mi culpa.— Seguramente quisiste que te follara y como él si tiene buenos gustos, no aceptó y está es tu venganza.— Me imagino que eso fue lo que Nate les dijo para que fueran así de crueles conmigo, ¿no es así?Ellas se concentran en mí con una mirada cargada de tanto odio que se nota c
El alivio me invade aunque a mí también me observa con enojo y no es para menos, ya que, por no escucharlo es que me encuentro en esta situación. Sin embargo, no puedo evitar sentirme feliz, porque es la primera vez después de la muerte de mi padre, que alguien viene a defenderme.— Intenta hacerle algo más y será la última vez que hagas algo. — asegura Reymond.— Señorita Elise. — dice Luther con evidente miedo.— Fuera de aquí, Luther. Al que menos quiero ver en estos momentos es a ti. — dice Reymond llegando hasta donde me encuentro y cargarme en sus brazos.Mi cuerpo se siente demasiado pesado y las heridas, son tan profundas que cuando me transformo en humana, tengo varias marcas de una lucha que si fuera solamente humana, habría costado mi vida.— Mira cómo te han dejado. — susurra Reymond.— Estoy listo para recibir s
Aunque llevo poco tiempo viéndome con Reymond, tengo claro que él enojado es la amenaza más grande que puede alguien tener y ahora, mi jefe lo está comprobando de la peor manera posible.— Reymond, por favor, detente. — digo al ver que los dos se han golpeado con tanta fuerza, que el escritorio quedó completamente aplastado, por recibir al señor Valencia.— Aun no, Elise. Debo dar una lección lo suficientemente clara para que comprendan que eres mi mujer y que nadie debe tocarte. — dice Reymond.Mi corazón se conmueve por sus palabras, ya que, aunque me lo han dicho anteriormente, solo él ha sido capaz de cumplir sus palabras con hecho… violentos, pero, los ha cumplido. Sin embargo, el crujido que sale del cuerpo del señor Valencia, me hace salir de mi propio placer mental producido por sus palabras.Reymond, es un salvaje en todo el sentido de la palabra, porque
Reymond no se ve contento con lo que hago, por lo que, se transforma en lobo para liberar sus feromonas, que a diferencia de los demás lobos si me afecta, pero, no me detengo. A pesar de que mi cuerpo tiembla por sus feromonas, no me permito detenerme.— Es suficiente, Reymond.— No sabes todo lo que tuve que experimentar para llegar a este momento, así que, no voy a permitir que unos malnacidos que no saben comportarse, arruinen todo mi esfuerzo. — dice Reymond.— Entiendo lo que dices, pero, por favor, detente, me estás dando miedo.— No sería la primera vez que lo sentirías. — dice Reymond girándose para tomar a un hombre lobo que se queja del dolor.— Bien, tienes razón en eso, pero, en lo que si voy a contradecirte es en que haces esto por mí.— ¿Por quién más lo haría si no fuera por ti? ¿Quién fue la to
Soy consciente de cuan posesivo puede ser un hombre lobo con su pareja, porque lo he visto en otras personas, pero, ni siquiera esa posesividad, puede compararse con lo que hace y dice Reymond.— Estás mal de la cabeza.— Eso es verdad, así que, escucha lo que voy a decirte: quise que hicieras lo que desearás confiando en que sabías defenderte y que eso te haría recordar quien eras, pero, las cosas han cambiado justo ahora.— ¿Qué locura estás diciendo exactamente? — pregunto confundida.— No voy a permitir que nadie te haga daño.— El que me estás haciendo daño eres tú por la forma en la que estás actuando. — digo con temor.Reymond, cierra sus ojos y tensiona tanto su mandíbula, que parece que podría romperse en cualquier momento. Por eso, intento alejarme de él, pero, estoy muy agotada y herida, par
Regresamos a su casa, sin que él me diga hacia donde vamos a ir. Pero, con Reymond, las cosas son como a él le gusta y donde él quiere que sea. Por eso, sé que él cree que no es necesario decirme para donde vamos, si no, aceptar todo lo que él desee.— ¿Crees realmente que así funcionaremos? Porque lamento decirte que aunque soy una omega, no tolero seguir ciegamente lo que los demás deseen. — le digo de inmediato, cuando entramos a su casa.— Este es tu hogar, Elise.— No es mi hogar, es el tuyo. Yo tengo mi propia casa, poseo cosas que…— Ya están aquí, Elise. he ordenado que traigan todo, por lo que, en tu habitación está todo lo que tenías en ese diminuto lugar que llamas tu casa.Aunque se muestra muy serio, dudo que haya sido capaz de ir a mi casa y sin llaves, tomar todo lo que tengo. Por eso, corro hacia la habitaci&o
Aunque quiero que Reymond se marche, no lo hace, sobre todo, porque el doctor ha llegado para revisar como está mi salud y eso es algo que según él no puede perderse. Por eso, mientras me revisan, él responde los mensajes que llegan a su teléfono constantemente.— Si necesitas irte, puedes hacerlo. Como no voy a ir al trabajo, me quedaré todo el día aquí. Así que, no necesitas venir a rescatarme ni mucho menos usaré mi magia. — digo y él niega.— Puedo trabajar desde aquí, no te preocupes por mí. — dice Reymond y yo suspiró profundo.— Señora Perasi— No soy una Perasi, llámeme Elise. — le pido al doctor.— Llámala como desea, dentro de poco lo que no es será. — dice Reymond y yo lo observo mal.— Aun puedo retractarme respecto a la boda.— ¿Sabes que e