El alivio me invade aunque a mí también me observa con enojo y no es para menos, ya que, por no escucharlo es que me encuentro en esta situación. Sin embargo, no puedo evitar sentirme feliz, porque es la primera vez después de la muerte de mi padre, que alguien viene a defenderme.
— Intenta hacerle algo más y será la última vez que hagas algo. — asegura Reymond.— Señorita Elise. — dice Luther con evidente miedo.— Fuera de aquí, Luther. Al que menos quiero ver en estos momentos es a ti. — dice Reymond llegando hasta donde me encuentro y cargarme en sus brazos.Mi cuerpo se siente demasiado pesado y las heridas, son tan profundas que cuando me transformo en humana, tengo varias marcas de una lucha que si fuera solamente humana, habría costado mi vida.— Mira cómo te han dejado. — susurra Reymond.— Estoy listo para recibir sAunque llevo poco tiempo viéndome con Reymond, tengo claro que él enojado es la amenaza más grande que puede alguien tener y ahora, mi jefe lo está comprobando de la peor manera posible.— Reymond, por favor, detente. — digo al ver que los dos se han golpeado con tanta fuerza, que el escritorio quedó completamente aplastado, por recibir al señor Valencia.— Aun no, Elise. Debo dar una lección lo suficientemente clara para que comprendan que eres mi mujer y que nadie debe tocarte. — dice Reymond.Mi corazón se conmueve por sus palabras, ya que, aunque me lo han dicho anteriormente, solo él ha sido capaz de cumplir sus palabras con hecho… violentos, pero, los ha cumplido. Sin embargo, el crujido que sale del cuerpo del señor Valencia, me hace salir de mi propio placer mental producido por sus palabras.Reymond, es un salvaje en todo el sentido de la palabra, porque
Reymond no se ve contento con lo que hago, por lo que, se transforma en lobo para liberar sus feromonas, que a diferencia de los demás lobos si me afecta, pero, no me detengo. A pesar de que mi cuerpo tiembla por sus feromonas, no me permito detenerme.— Es suficiente, Reymond.— No sabes todo lo que tuve que experimentar para llegar a este momento, así que, no voy a permitir que unos malnacidos que no saben comportarse, arruinen todo mi esfuerzo. — dice Reymond.— Entiendo lo que dices, pero, por favor, detente, me estás dando miedo.— No sería la primera vez que lo sentirías. — dice Reymond girándose para tomar a un hombre lobo que se queja del dolor.— Bien, tienes razón en eso, pero, en lo que si voy a contradecirte es en que haces esto por mí.— ¿Por quién más lo haría si no fuera por ti? ¿Quién fue la to
Soy consciente de cuan posesivo puede ser un hombre lobo con su pareja, porque lo he visto en otras personas, pero, ni siquiera esa posesividad, puede compararse con lo que hace y dice Reymond.— Estás mal de la cabeza.— Eso es verdad, así que, escucha lo que voy a decirte: quise que hicieras lo que desearás confiando en que sabías defenderte y que eso te haría recordar quien eras, pero, las cosas han cambiado justo ahora.— ¿Qué locura estás diciendo exactamente? — pregunto confundida.— No voy a permitir que nadie te haga daño.— El que me estás haciendo daño eres tú por la forma en la que estás actuando. — digo con temor.Reymond, cierra sus ojos y tensiona tanto su mandíbula, que parece que podría romperse en cualquier momento. Por eso, intento alejarme de él, pero, estoy muy agotada y herida, par
Regresamos a su casa, sin que él me diga hacia donde vamos a ir. Pero, con Reymond, las cosas son como a él le gusta y donde él quiere que sea. Por eso, sé que él cree que no es necesario decirme para donde vamos, si no, aceptar todo lo que él desee.— ¿Crees realmente que así funcionaremos? Porque lamento decirte que aunque soy una omega, no tolero seguir ciegamente lo que los demás deseen. — le digo de inmediato, cuando entramos a su casa.— Este es tu hogar, Elise.— No es mi hogar, es el tuyo. Yo tengo mi propia casa, poseo cosas que…— Ya están aquí, Elise. he ordenado que traigan todo, por lo que, en tu habitación está todo lo que tenías en ese diminuto lugar que llamas tu casa.Aunque se muestra muy serio, dudo que haya sido capaz de ir a mi casa y sin llaves, tomar todo lo que tengo. Por eso, corro hacia la habitaci&o
Aunque quiero que Reymond se marche, no lo hace, sobre todo, porque el doctor ha llegado para revisar como está mi salud y eso es algo que según él no puede perderse. Por eso, mientras me revisan, él responde los mensajes que llegan a su teléfono constantemente.— Si necesitas irte, puedes hacerlo. Como no voy a ir al trabajo, me quedaré todo el día aquí. Así que, no necesitas venir a rescatarme ni mucho menos usaré mi magia. — digo y él niega.— Puedo trabajar desde aquí, no te preocupes por mí. — dice Reymond y yo suspiró profundo.— Señora Perasi— No soy una Perasi, llámeme Elise. — le pido al doctor.— Llámala como desea, dentro de poco lo que no es será. — dice Reymond y yo lo observo mal.— Aun puedo retractarme respecto a la boda.— ¿Sabes que e
Lo menos peor… eso sí que es decir que no tengo suerte para los hombres y que no he salido de un problema cuando otro está frente a mí listo para destruirme. Lo peor de todo, es que no sé cómo sobrevivir a tantas cosas que suceden a la vez.— ¿Vas a hacerte cargo de tu sobrino?— ¿Quieres que lo mate?— ¡Claro que no!— Sigues siendo tan buena, cuando todo se solucionaría si Nate muere. — dice Reymond.Sus palabras me confirman que no es un buen tío, pero, estoy seguro de que Nate piensa lo mismo de él, porque una cosa es ser crueles y otra es malos entre ellos y los Perasi, son ambos.— No quiero que mates a tu familia.— Eventualmente será necesario o en el peor de los casos, me tocará hacerlo porque querrán matarnos. — dice Reymond como si tuviera la certeza de que es lo que sucederá en el
Siempre he pensado que hay palabras que tienen el poder de lastimar más que unos golpes y ahora lo compruebo, porque mientras sus amigos alfas, caminan hacia nosotros, se burlan por lo que he mencionado que es Nate para mí.— Eres una malnacida — dice Nate lanzándome un golpe que me deja a un lado de la carretera.Aunque intenté esquivarlo, logra causarme daño y por eso termino en el suelo tosiendo con fuerza, mientras imploro que la herida sane pronto para poder huir con todas mis fuerzas.— Te tuve paciencia, claramente, lo hice porque no eras la loba que más me interesaba y mira cómo me pagas. Tú te quejaste de que no fui sincero contigo, pero, tú me ocultaste tu valor y eso es no ser sincero.— ¿Por qué debía decirte lo que no te interesaste en preguntar?— ¡¿Cómo iba a saber que una omega sin manada y con tantos rechazos
Mi cuerpo ya no me pertenece, porque aunque intento alejarme de ellos tanto como sea posible, mi cuerpo parece pegado al suelo que no va a protegerme cuando ellos comiencen a abusar de mí, porque dudo que esta sea una sola advertencia.— ¡Aléjense de mí! — grito cuando se acercan con sus sonrisas cargadas de maldad pura.— Parece que aún tiene fuerza para luchar, chicos, ¿Qué les sucede? ¿Acaso sus feromonas no son fuertes? — pregunta Nate burlándose.— No me toquen, no lo hagan o van a arrepentirse. — les advierto.Soy consciente que usar mi magia para protegerme, cuando estoy tan débil, no es algo que me dará mucho tiempo para escapar, porque ya he usado mucho mi magia durante estos días y he sido afectada por sus feromonas, pero, debo hacer algo.Por eso, cuando intentan tocarme, activo una esfera de protección que me rodea al punt