No puede ser coincidencia todo esto que hemos estado viviendo, así que, solo miro en silencio todo lo que está ocurriendo, porque es sorprendente para mí que yo haya tenido un accidente automovilístico que me obligó a usar magia, frente al lugar donde mi padre estaba en coma. Además, aquí también ‘conocí’ a Reymond, quien en ese momento aunque me resultaba extraño y molesto, no creí que fuera el hombre que ahora es conmigo. — Soy consciente que no debo meterme en tus decisiones, pero, me gustaría preguntarte para tener todo claro, ¿Estás segura de que es buena idea quedarte en un lugar visible, Kwan? — Sí. — Tu esposo no es un juego, Kwan. — Llámame Elise, por favor. — Es tu nombre real, Kwan. En realidad, mi nombre real es Kwabe, pero, ya no seré llamada así, porque no volveré al cielo. Así que, solo puedo resignarme a ser Elise, porque el que me llamen Kwan, me recordará la vida a la que no podré volver. — Me gusta más Elise. Así que, por favor, llámame Elise. — Co
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