Reymond, sale conmigo en sus brazos, con una mirada llena de temor y su cuerpo completamente frío a diferencia del mío. Como si intentará competir con la velocidad de la luz, da ordenes relacionadas a mi cuidado, aunque veo que con cada paso que da, deja un rastro de sangre mucho más grande que el mío. — Realmente no comprendo como una mujer puede ser tan tonta. — dice Reymond dejándome sobre el sofá grande, para colocar una rodilla en el suelo y la otra como soporte de mis pies. — Estoy bien. — Dudo que lo estes, además, ¿recuerdas el poder que tiene tu sangre, querida? Probablemente estes envenenando a las personas que tengan la desgracia de entrar en contacto con esa sangre. Abro mis ojos de inmediato, porque lo que dice Reymond es verdad, después de todo, mi sangre puede causar algo así aunque yo no se lo haya ordenado. — ¡Por favor, pide que…! — Ya lo hice, ¿en dónde tenías la mente, mujer? ¿Acaso no escuchaste todo lo que dije hace poco? — pregunta Reymond molesto. — No,
Observo atentamente a Reymond, dudando sobre lo que tiene planeando, porque no es normal que un hombre tan… él este pidiendo disculpas cuando hace poco me trató como una tonta. — ¿Qué estás haciendo? ¿Acaso quieres burlarte de mí? — No, Elise, no te digo todo esto porque quiera burlarme de ti. Me ha costado mucho decidirme sobre qué es lo que debería hacer, pero, ya no puedo dudar más. Por eso, te pido que me perdones. — Un momento, creo que no estoy comprendiendo lo que sucede. — ¿Por qué te resulta tan increíble que yo te pida perdón, Elise? — No sé, ¿quizás sea porque hace poco parecía que ibas a pelear conmigo cuando estábamos en el baño? Tal vez sea por todas las veces que me has dicho tonta, idiota o algo peor y no te has disculpado? — pregunto curiosa. Reymond respira profundo, incluso, se levanta y camina de un lado al otro dejando rastros de sangre que poco le importan. — Reymond, deja de caminar, estas herido y así no vas a sanar. — digo y es entonces cuando él se da
Semanas después Reymond ha cumplido con su palabra, aunque lo he hecho enojar gritándole porque quiero ver a mi padre o porque no quiero dormir con él, Reymond se ha comportado. Aún sigue lanzando cosas cuando está muy molesto, pero, como lo dijo, se marcha al salón donde está el gimnasio y se concentra en ejercitarse hasta que ya está más calmado. También, ha permitido que yo salga sin escoltas e incluso, ha asistido a cada una de las citas médicas que he tenido, mostrándose comprometido en cada cosa que la doctora le dice sobre mi cuidado. En pocas palabras, ha cumplido con todo lo que me dijo hace semanas, aunque sigue siendo posesivo al punto que solamente los hombres están para reforzar mi seguridad, porque cualquier persona que se me acerque o me atienda debe ser mujer. Dándome a entender que su posesividad sigue como siempre, la única diferencia es que no he visto que ha golpeado o matado a alguien, porque los hombres lobos de esta isla, se distancian mucho de mí, para evit
Disfruto su beso levemente, porque mi maldita marca con él me hace imposible apartarlo aunque mi parte racional me dice que nunca debería permitir que se acerque a mí. Pero, una cosa es la que piensa mi mente y otra la que pienso yo.— No sabes cuanto me estoy conteniendo para no terminar follando a mi esposa. — dice Reymond.— Sigue soñando. Ahora, aléjate de mí y cuéntame que sucede con mi padre.— Ojalá te interesarás así conmigo.— Entonces, debiste comportarte como lo hizo mi padre.— No podría hacerlo, ya que, tu padre no podría hacer cosas que te dejen embarazada. — dice Reymond tomando un poco de comida que acerca a mis labios.Molesta, observo al hombre que acaricia mi mejilla, para posteriormente agarrar mi mentón y así hacer que yo abra la boca, bajo su atenta mirada.— Me estoy esforzando en ser gentil, pero, Elise, entiende que no puedes esperar demasiado conmigo, por lo menos, no si es algo de gentileza. — dice él.— Lo sé, lo he comprobado muchas veces.— Si necesitas a
El miedo me invade y yo me culpo por no haber tenido sexo con Reymond, porque así él podría acceder a mis pensamientos justo ahora. Pero, no hay manera de que él o yo anticipáramos esta trampa y por eso, caímos como tontos. — Sé que es lo que quieres. Así que, si prometes que te vas a marchar… — Parece que sigues creyendo en mis mentiras, porque te atreves a decir que creerías en mis promesas, aunque tienes una experiencia conmigo sobre eso. — dice Nate caminando perfectamente bien. — Has sanado de tus heridas. — Me costó mucho, porque no me recuperaba de unas cuando era nuevamente herido, pero, ya no es así. ahora me encuentro perfectamente bien. — dice Nate. Él continúa acercándose a mí, sin que yo pueda correr porque el miedo me paraliza y el uso de esfera de protección, me impide protegerme y correr lejos del peligro, debido a mi estado de gestación. — Me han informado que me han estado buscando, eso es lindo, sobre todo, porque yo también quise encontrarme frente a ustedes
Mi cuerpo se siente cada vez más débil, no sé cuánto tiempo podría soportar así y dudo que saberlo me dé una solución que me permita enfrentar al hombre que me observa con odio. El deseo de tener una navaja y cortarme para lanzarle está a Nate me hacen comprender que soy capaz de matar a alguien si eso me salva del peligro. Pero, soy una mujer que no carga ese tipo de cosas conmigo, por lo que, no puedo usar mi sangre para matarlo, por mucho que la idea sea buena. Por eso, debo recurrir a la persuasión y si esto no es posible, arriesgarme con la teletransportación. ‘Si hago eso, dudo que pueda despertar.’ me digo mentalmente. — Nate… — Debo reconocer que fuiste alguien sorprendente, Elise. después de todo, eres una mujer que después de solo hacer lo que se le dice, fuiste capaz de agarrarme de los testículos y apretarlos con fuerzas al casarte con el bastardo de mi tío y atreverte a castigarme causando que no pueda follar con alguien. — Yo lo lamento, ¿sí? Ahora… — Tú no l
Narra ReymondMi corazón late frenéticamente, el frio abraza mi nuca y el rostro de Elise se coloca cada vez más pálido, mientras sus ojos se cierran. Mi mente piensa lo peor y no es para menos, porque la herida es en medio de su vientre, uno del que sale mucha sangre.‘No puedo permitir que Elise muera. Aunque me cueste la vida, debo salvarla.’ Me digo mentalmente.— Elise, despierta por favor. — digo golpeando levemente su mejilla para que reaccione, pero, no reacciona e incluso, se transforma en su versión loba. — Te dije que me lo pagarías y ahora si puedo decir que me lo estás pagando. — dice Nate con la voz entrecortada.— ¡Necesito ayuda médica aquí! — grito intentando mover a Elise, pero, el espacio es muy reducido para llevarla a ella sin que sufra algún daño.Como un niño pequeño, arrullo a mi esposa e imploro que esto solo sea una herida leve que la regeneración de los lobos haga su trabajo y salve a mi esposa e hijo, pero, soy consciente que hay heridas que la sanación no
Nunca le di importancia a las palabras, porque en esta vida o la pasada, actuaba más de lo que hablaba y así era que ganaba seguidores o adversarios que no se atreverían a dañarme, porque sabrían que sería capaz de hacer. Pero, ahora que sé que no hay manera de regresar al pasado, ni mucho menos, hacer las cosas mejor con lo que hay, el pánico se apodera de mí y no es porque muera ahora, si no, por todo lo que perderé si Elise y mi hijo no sobreviven al ataque de Nate. — No… — digo intentando levantarme. Miro a mi alrededor, notando que no fui el único que impactó con contra la pared, pero, si soy el único que se encuentra despierto. Ya que, la mitad de mi cuerpo la recibió Nate por estar detrás de mí. Sintiéndome mareado intento levantarme, pero, las fuerzas no me permiten avanzar como deseo, porque mi cuerpo aún no se recupera del todo de todo el malestar que causó ser lanzado en un lugar tan reducido. Mi cabeza duele, de mis oídos sale algo que al tocarlos, noto que es sangre