El miedo me invade y yo me culpo por no haber tenido sexo con Reymond, porque así él podría acceder a mis pensamientos justo ahora. Pero, no hay manera de que él o yo anticipáramos esta trampa y por eso, caímos como tontos. — Sé que es lo que quieres. Así que, si prometes que te vas a marchar… — Parece que sigues creyendo en mis mentiras, porque te atreves a decir que creerías en mis promesas, aunque tienes una experiencia conmigo sobre eso. — dice Nate caminando perfectamente bien. — Has sanado de tus heridas. — Me costó mucho, porque no me recuperaba de unas cuando era nuevamente herido, pero, ya no es así. ahora me encuentro perfectamente bien. — dice Nate. Él continúa acercándose a mí, sin que yo pueda correr porque el miedo me paraliza y el uso de esfera de protección, me impide protegerme y correr lejos del peligro, debido a mi estado de gestación. — Me han informado que me han estado buscando, eso es lindo, sobre todo, porque yo también quise encontrarme frente a ustedes
Mi cuerpo se siente cada vez más débil, no sé cuánto tiempo podría soportar así y dudo que saberlo me dé una solución que me permita enfrentar al hombre que me observa con odio. El deseo de tener una navaja y cortarme para lanzarle está a Nate me hacen comprender que soy capaz de matar a alguien si eso me salva del peligro. Pero, soy una mujer que no carga ese tipo de cosas conmigo, por lo que, no puedo usar mi sangre para matarlo, por mucho que la idea sea buena. Por eso, debo recurrir a la persuasión y si esto no es posible, arriesgarme con la teletransportación. ‘Si hago eso, dudo que pueda despertar.’ me digo mentalmente. — Nate… — Debo reconocer que fuiste alguien sorprendente, Elise. después de todo, eres una mujer que después de solo hacer lo que se le dice, fuiste capaz de agarrarme de los testículos y apretarlos con fuerzas al casarte con el bastardo de mi tío y atreverte a castigarme causando que no pueda follar con alguien. — Yo lo lamento, ¿sí? Ahora… — Tú no l
Narra ReymondMi corazón late frenéticamente, el frio abraza mi nuca y el rostro de Elise se coloca cada vez más pálido, mientras sus ojos se cierran. Mi mente piensa lo peor y no es para menos, porque la herida es en medio de su vientre, uno del que sale mucha sangre.‘No puedo permitir que Elise muera. Aunque me cueste la vida, debo salvarla.’ Me digo mentalmente.— Elise, despierta por favor. — digo golpeando levemente su mejilla para que reaccione, pero, no reacciona e incluso, se transforma en su versión loba. — Te dije que me lo pagarías y ahora si puedo decir que me lo estás pagando. — dice Nate con la voz entrecortada.— ¡Necesito ayuda médica aquí! — grito intentando mover a Elise, pero, el espacio es muy reducido para llevarla a ella sin que sufra algún daño.Como un niño pequeño, arrullo a mi esposa e imploro que esto solo sea una herida leve que la regeneración de los lobos haga su trabajo y salve a mi esposa e hijo, pero, soy consciente que hay heridas que la sanación no
Nunca le di importancia a las palabras, porque en esta vida o la pasada, actuaba más de lo que hablaba y así era que ganaba seguidores o adversarios que no se atreverían a dañarme, porque sabrían que sería capaz de hacer. Pero, ahora que sé que no hay manera de regresar al pasado, ni mucho menos, hacer las cosas mejor con lo que hay, el pánico se apodera de mí y no es porque muera ahora, si no, por todo lo que perderé si Elise y mi hijo no sobreviven al ataque de Nate. — No… — digo intentando levantarme. Miro a mi alrededor, notando que no fui el único que impactó con contra la pared, pero, si soy el único que se encuentra despierto. Ya que, la mitad de mi cuerpo la recibió Nate por estar detrás de mí. Sintiéndome mareado intento levantarme, pero, las fuerzas no me permiten avanzar como deseo, porque mi cuerpo aún no se recupera del todo de todo el malestar que causó ser lanzado en un lugar tan reducido. Mi cabeza duele, de mis oídos sale algo que al tocarlos, noto que es sangre
Abrazo su cuerpo deseando que mis años de vida se pasen a su cuerpo, le doy besos en todo su rostro, implorando que esas muestras de afecto con las que ella soñó fueran tan importantes para ella que por eso se despertaría. Pero, nada sirve para que ella despierte. Porque por mucho que me esfuerce en darle todo lo que me ha pedido y aseguré no darle, ella no despierta. Así que, con dolor, la dejo sobre el suelo, mientras golpeo el suelo intentando calmar mi frustración. — ¡Debí ser yo! ¡Yo soy quien merece morir, no ellos! ¡Mátenme a mí antes de que acabe con todo lo que aman! ¡Porque por mi mujer y mi hijo soy peor que el mismísimo Lucifer! — grito lleno de dolor. — Deja de gritar. Al menos deja que mi hija se marche en paz. — ¡Señor Flameforge! ¡Usted es mago, puede hacer algo! ¡La magia no tiene límites, si no, mucho poder en manos de magos excepcionales que desarrollan todo tipo de habilidades para hacer el mundo mejor! >> Entonces, si quiere hacer mi mundo mejor, regréseme
Horas despuésEl tiempo pasa sin atreverse a calmarme, nadie me dice que es lo que sucede con mi esposa, pero, considero que es una buena noticia, porque quiere decir que aun luchan para que ella siga con vida.Además, aun siento nuestra conexión y aunque es débil, sigue presente, que es lo importante. Pero, la angustia de no saber cómo está todo con ella, hace que mi calma sea mentira.Los hombres lobos lideres de cada región de la isla, aparecen frente a mí, mientras alguien revisa mi herida que se ha cerrado gracias a mi sanación.— Estamos aquí, señor. — dicen los betas con mucho nerviosismo.— No hablaré con Helmut sobre que decisiones tomar con respecto a lo que sucedió, porque sé que él tomará la misma decisión. Así que, espero que acaten mis órdenes como si fuera su alfa. — digo con seriedad.— Sí, señor.— Necesito que me entreguen en menos de una hora toda la información de Nate. Quiero saber cómo fue posible que él supiera donde estábamos. — digo con seriedad.Todos se mira
Mientras analizo todos mis fracasos, el deseo de golpearme aumenta, pero, todo ello queda en el olvido cuando comienzo a percibir el aroma de la sangre de Elise. Por eso, me levanto de la silla y corro hacia la puerta que al poco tiempo se abre con alguien con ropa extraña. — Señor Perasi… — ¡¿Cómo está mi esposa?! — pregunto desesperado mientras confirmo que el olor a la sangre de mi esposa está en su ropa. — El bebé… — Dígame que está bien, necesito al menos tener esa buena noticia para mi esposa. — digo interrumpiendo al doctor. — Déjalo hablar, Reymond. Si no lo haces, no sabremos que está sucediendo con Elise. — Hable, por favor. — digo sintiendo la angustia recorrerme completamente. El doctor se quita la máscara que cubría incluso su cabeza, para hablarme mejor. De inmediato, siento como el tiempo corre lenta y pesadamente al igual que mi corazón. — Le bebé está bien. — informa el doctor y yo siento como el alma vuelve a mi cuerpo. Las lágrimas de la felicidad salen sin
Problemas cardiacos, herida de bala en su vientre, herida en su cabeza… tantas lesiones recibió mi esposa y yo solo tengo un rasguño de un disparo, porque es eso justamente la única herida que tengo.— He sido un completo inútil. Puedo sacar muchas excusas, pero, todo se resumiría a mi incompetencia. — susurro con decepción.— Lo bueno de todo esto es que ya no hay candados que debiliten su cuerpo. — dice el idiota que es primo de Elise.— ¿A qué te refieres?— ¿Recuerdas cuando algo salió de su cuerpo y nos lanzó tan lejos como el espacio reducido lo permitió? — pregunta él y yo me limito a asentir con la cabeza sin saber a qué se refiere.— Fue cuando los candados se abrieron. Lo que experimentando fueron las cadenas alejándose de su poder mágico.Suspiro aliviado, porque eso es una buena noticia, ya que, me habían informado que romperlos seria complicado y mantenerlos dañaría su salud.— Eso es bueno, ¿no es así?— Lo es y no lo es. — responde el único Flameforge al que puedo recur