La noticia se esparció como pólvora. La emoción lo hizo mucho más rápido y, aunque fuera difícil de creer para Génesis, tuvo que digerir la noticia. La sonrisa no abandonaba su rostro. Dejó de pensar, de respirar, dejando todo en segundo plano.Palpó esa zona de su abdomen, aunque seguía siendo plano, sabía que ahí había vida. Una vida que podía celebrar, porque con solo minutos de haberse enterado de su existencia, amaba lo que habitaba dentro de su útero. El aire de la clínica, impregnado con el olor a desinfectante, parecía más ligero, casi dulce.Los sonidos de fondo fueron ignorados. Escuchó a un médico darle instrucciones a Anthony, mientras ella seguía pasando las manos por ese sitio, encima de la blusa. El murmullo de las conversaciones y el zumbido de los equipos médicos se desvanecieron en su mente.Una lágrima se le escapó y la limpió con gusto. Sentía una calidez en su pecho, una mezcla de incredulidad y alegría pura.Le dijeron que era prácticamente imposible, pero ahora
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