Todos los capítulos de De esposa despreciada a CEO empoderada: Capítulo 61 - Capítulo 70
126 chapters
Seré tu amante
Mauricio no tuvo más alternativa que enfrentarse a las autoridades. No solamente estaba acusado del intento de violación, sino también había otras agresiones físicas cometidas en contra de su exesposa, la cual aprovecho la oportunidad de denunciarlo. Adeline se encontró con la mujer afuera del juzgado. Era alta, delgada y muy hermosa. No pudo evitar recordar que esa misma mujer había estado también con Humberto. —Gracias por unirte al caso —le agradeció, dejando a un lado el sentimiento de rechazo que sentía por el simple hecho de haber sido una más en la lista de su exmarido. —Esto es algo que debí hacer hace mucho tiempo —habló ella, mostrándose arrepentida por no haber dado el paso antes—. Realmente no lo hice porque en aquel entonces pensé que me lo merecía, pero la realidad es que nadie merece ser maltratado. —Así es —le concedió la razón, al tiempo en que le regalaba una sonrisa. Adeline salió de ese lugar, sintiéndose conforme consigo misma. Estaba empezando a superar lo
Leer más
Volver - Parte 1
—¡Caro! ¡Caro! Una niña entró corriendo en la sala, rodeando a la joven mujer en un apretado abrazo. —Detente, Sophie, ¿dónde están tus modales? —habló una voz masculina detrás de ellas. Carol se tensó, mientras sus ojos marrones se encontraban con los verdes de su ex jefe. —Señor Gustavo —susurro, sorprendida. La expresión del hombre se endureció, evaluando la escena con notorio desagrado. —Ya la viste, Sophie. Ahora, déjanos hablar en privado. —Papá, recuerda, lo prometiste—se acercó la niña corriendo a su padre, mientras parecía suplicarle algo con sus ojitos de cachorro. —Soy un hombre de palabra. Sophie no necesitó escuchar nada más para salir del sitio con una sonrisa resplandeciente, una sonrisa que significaba triunfo. —Regresa a tu puesto —su voz fue parca y carente de toda emoción. —¿Perdón? —mostró Carol su confusión. —Odio repetirme y lo sabes—la mirada del hombre se tornó más oscura y parecía querer fulminarla. —Disculpe, pero yo odio que
Leer más
Volver - Parte 2
Sophie salió corriendo a recibirla cuando cruzó la puerta de entrada de la mansión Cooper. La efusividad por parte de la niña, le transmitió una ligera sensación de calma que fue rápidamente reemplazada por la ansiedad de estar de vuelta a la guarida de la bestia. «Vamos, Carol. No puedes dejar que ese hombre gane. Es solo un trabajo», intentó darse ánimos, mientras acariciaba los cabellos de la pequeña. —Papá te está esperando en su estudio. Me pidió que te avisará en cuanto llegarás—le sonrió la niña, ajena a lo que esas simples palabras significaban para ella. Carol asintió en respuesta. —Entonces lo mejor será que vaya a ver a tu padre. Sophie pareció entenderlo y le informó que estaría viendo una caricatura muy divertida que recién había descubierto. —En un momento me reuniré contigo —con estas palabras se despidió de la pequeña.Tomando una profunda inhalación, sus pasos la guiaron hasta el estudio de Gustavo Cooper. La joven odiaba la idea de estar frente a esta puerta de
Leer más
Primera tarea
—De rodillas. La orden envió un estremecimiento al cuerpo de la mujer, quien no tuvo más remedio que obedecer. Carol tragó grueso y se dejó caer de rodillas frente a él. El hombre hizo un puño de sus cabellos y alzó su cara para que lo mirara fijamente a esos ojos verdes intensos. —Las reglas son simples: yo ordeno, tú obedeces —soltó de manera prepotente. La mujer maldijo a su tono autoritario y a los efectos que causaban en su cuerpo. De alguna manera inexplicable, sintió avivar un fuego en su interior, un fuego que no era de ira contenida o de deseos de venganza, se trataba de algo completamente diferente, de algo que comenzaba a humedecer sus partes más íntimas y que la avergonzaban enteramente. —Ahora, muéstrame lo que sabes hacer. Carol estuvo a punto de decirle que no sabía hacer nada, porque nunca había estado sexualmente con un hombre, pero prefirió guardarse esa información para sí misma. Sin embargo, no fue necesario decirlo en voz alta para que Gustavo se d
Leer más
Karma
Lorena acababa de llegar al hospital para llevar a cabo su segunda cita obstétrica. La primera había sido hace un mes, dónde el doctor le había indicado que todo estaba en orden. Rápidamente, entró al consultorio, encontrándolo limpio y ordenado, con un ligero aroma a desinfectante que le provocó un poco de náuseas. Últimamente, hasta los olores más habituales le ocasionaban esa reacción. —Señora Lorena, ¿cómo se siente? ¿Ha tenido algún síntoma nuevo? —preguntó el doctor al reparar en su mueca de asco.—Hay algunos olores que no tolero, pero nada fuera de lo normal. Solo un poco de cansancio —contó.—Comprendo —contestó el especialista, guiándola hacia la camilla—. Vamos a hacer una ecografía para verificar el desarrollo del bebé. ¿Está emocionada por saber el sexo?La realidad era que no le emocionaba nada respecto al niño, pero aun así se obligó a decir: —Sí, mucho.El gel frío en su abdomen la hizo estremecerse, mientras miraba la pantalla con ansiedad. El corazón de su bebé ap
Leer más
Ser la otra
No tuvo más remedio que asistir en contra de su voluntad a uno de esos eventos benéficos organizados por la empresa de su suegro. Su padre, aparentemente harto de sus vacaciones injustificadas, le exigió que se presentará, porque, de lo contrario, su puesto estaría en peligro de perderlo. “Basta de jugar. Preséntate o despídete de la vicepresidencia comercial”, fue su mensaje de texto.Anthony se encontraba de pie en el lugar elegido para tal evento, mientras miraba a su esposa, la mujer a la que no había visto en varias semanas. —Muy bonito —le riñó ella, simulando una sonrisa, para que los espectadores no notarán el extraño intercambio de palabras entre los esposos. —No arruines esto, Lorena. Recuerda que estamos en público —le siguió el juego simulando una sonrisa en su cara. —Tengo algo importante que decirte, Anthony. Así que espero que me acompañes hoy a casa. —O puedes decirlo aquí y nos ahorramos ese mal rato —sugirió, renuente, a renunciar a sus planes de dormir esa noch
Leer más
Manipulación
—Querías irte con ella, ¿cierto? —presionó Lorena cuando iban en el auto camino al departamento. —¿Quieres la verdad o prefieres que la disfrace? —Anthony… —advirtió la mujer con los ojos inyectados en sangre. —Mejor no preguntes si no quieres conocer la respuesta—se concentró en el recorrido que estaban llevando. —No entiendo qué le encuentras a esa —no se detuvo en seguir soltando su veneno—. ¿Acaso no la viste hoy? Sin duda ese vestido no era para ese cuerpo tan ancho y extravagante. No pareciera que el gimnasio le hubiese ayudado en algo, sigue igual de gorda y fea. —Detente—los dedos del hombre apretaron fuertemente el volante. —¿Qué?—se encogió de hombros, indiferente—. Solamente estoy diciendo la verdad. —Pues tu verdad no es la verdad absoluta. Dónde tú la encuentras fea y gorda, yo la encuentro hermosa y deseable—la miró fijamente para que entendiera su punto—. Es en ella en quien pienso todos los días, no en ti ni en tu cuerpo “perfecto”. Odio este matrimonio, Lorena,
Leer más
Promesa
Adeline se sentó en el sofá de la consulta del psicólogo, nerviosa por tratarse de su primera vez. Después de todo, hablar de sí misma y de sus inseguridades con un extraño no era algo sencillo de hacer. Pero era necesario.Trató entonces de concentrarse en la habitación, en los libros, en las estanterías, en la oscuridad y tranquilidad de la sala. Pero aun así, su corazón latía con fuerza y miedo. Había llegado al punto en el que no podía seguir ignorando sus demonios internos y necesitaba enfrentarlos.—Adeline, ¿cómo te sientes hoy? —comenzó el doctor. Era un hombre de cabellos grises y ojos penetrantes.—Me siento… rota. Como si no encajara en ningún lugar —jugueteó con el borde de su falda, mientras decía esas palabras tan ciertas y dolorosas.Adeline sabía que encajaba en un lugar, en su hogar, junto a sus hijos, en su papel de madre. Pero después de eso no había nada más. Adeline la persona individual, no encontraba otra motivación que esa, no se encontraba a gusto dentro de su
Leer más
Te destruiré
Lorena no había vuelto a verse con Roberto ahora que Anthony estaba más presente en la casa. Ambos seguían sin ser un matrimonio normal, pero su esposo se había comprometido en apoyarla durante el embarazo. “No te dejaré sola en esto”, fueron sus palabras. Se sentía ansiosa y cansada. De alguna forma enfermiza se había malacostumbrado a la presencia de Roberto, a su trato duro e insensible. Anthony, en cambio, era todo lo contrario, se comportaba como un enfermero. Preguntándole a cada momento que si estaba bien, que si necesitaba algo; y sí, la verdad era que necesitaba algo, pero no se trataba de una almohada para estar más cómoda o un poco de medicamento, se trataba de sexo. Desde que se casaron no habían consumado el matrimonio y tampoco esperaba que lo hicieran. Era evidente que Anthony prefería mantener sus distancias en ese sentido. Así que, comportándose como una adicta que necesita su dosis de droga, se escabullo en medio de la noche, mientras su esposo dormía. Ant
Leer más
Acusaciones
El timbre del departamento sonó y Lorena dio un brinco esperando lo peor, desde la amenaza de Anthony se mantenía en un estado de constante zozobra. Sin embargo, al abrir la puerta no se encontró con su esposo, sino con un hombre de aspecto serio con gafas. —Buenos días —saludó el desconocido en un tono cortés. —¿Y usted quién es? —exigió saber de inmediato, mientras empuñaba los puños discretamente. Sea lo que sea, no le gustaba para nada la presencia de ese tipo. —Oh, claro, me presento, mi nombre es James Contreras. Abogado de su esposo—luego hizo un gesto hacia el interior—. ¿Puedo pasar?Lorena dudó, intuyendo que se trataba del tema del divorcio. —Puede venir en otro momento. Ahora no estoy en condiciones para atenderlo —intentó darle largas a aquello. —Me temo que deberé insistir, señora. Mi cliente tiene mucha prisa de tratar este asunto —aunque su tono seguía siendo cortés, percibía cierto toque de amenaza. —Y yo insisto en que no me siento bien—señaló a su barriga de e
Leer más