El fuego vivo, las bestias destrozándose, una lucha de poder y resistencia.En medio del caos, el alfa Gideon lucha por ganar la batalla que se estaba dando, él peleó por ganar un territorio más y lo estaba consiguiendo. El zarpazo que le dio a su enemigo le cruzó la cara, no esperó a que se recuperara, la mordida en el cuello acabó por completo con él. Un giro inesperado de las cosas lo puso contra el suelo, un lobo estaba tratando de acertarle un golpe, pero el alfa era más poderoso que cualquiera ahí y rápidamente puso la circunstancia a su favor, así asesinándolo de un zarpazo en el cuello. Ensangrentado, agitado y con sus furiosos ojos dorados brillando por el éxtasis que le brinda la batalla, miró a su alrededor. Él había ganado, sus hombres lo dieron todo y el resultado fue ganar un territorio más. El alfa Gideon, un hombre oscuro y temerario. Un lobo feroz y violento. Un jefe fuerte y justo. No sonreía jamás, no vacilaba nunca y jamás dejaba pasar por alto una falta en su
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