Balto y Blanca guiaron a Gideon hasta el despacho, él dejó muy en claro que la conversación sería solo con ellos dos. Expectantes, se miraron entre sí después al hombre con la cicatriz en la cara. Gideon quería hablarlo de una buena vez, pero no sabía como abordar el tema. —Vamos, no nos dejes así. —Se quejó Blanca, ya bastante nerviosa. —Mi reina, no se ponga de esa manera. —Gideon se preocupó, pues su corazón late desbocado y no es su intensión asustarla. —No volveré. —Blanca y Balto cruzaron mirada y después miraron a su acompañante. —Desde ahora me voy a centrar en la guerra que se ha librado gracias a que algunos no me quieren como su jefe alfa. —¿Guerra? —Balto se acomodó en su puesto. —¿Quieres respaldo? Estoy dispuesto a ir con mis hombres y... —No. —Gideon lo cortó al instante. —Quiero que queden fuera de todo esto, yo solo quería explicarles, ya que ustedes fueron los que me dieron el puesto y me sentía con la obligación de decirles lo que pienso hacer para qué... —
El fuego vivo, las bestias destrozándose, una lucha de poder y resistencia.En medio del caos, el alfa Gideon lucha por ganar la batalla que se estaba dando, él peleó por ganar un territorio más y lo estaba consiguiendo. El zarpazo que le dio a su enemigo le cruzó la cara, no esperó a que se recuperara, la mordida en el cuello acabó por completo con él. Un giro inesperado de las cosas lo puso contra el suelo, un lobo estaba tratando de acertarle un golpe, pero el alfa era más poderoso que cualquiera ahí y rápidamente puso la circunstancia a su favor, así asesinándolo de un zarpazo en el cuello. Ensangrentado, agitado y con sus furiosos ojos dorados brillando por el éxtasis que le brinda la batalla, miró a su alrededor. Él había ganado, sus hombres lo dieron todo y el resultado fue ganar un territorio más. El alfa Gideon, un hombre oscuro y temerario. Un lobo feroz y violento. Un jefe fuerte y justo. No sonreía jamás, no vacilaba nunca y jamás dejaba pasar por alto una falta en su
Él vio como le cortaron la cabeza, presenció su entierro, él la vio por última vez en esa mesa siendo incinerada, ¿Cómo es que su pelo rubio, sus ojos verdes y ese hermoso rostro estaban frente a él? ¿Cómo es posible que sea su pareja?La batalla que se hizo entre su mente y su espíritu fue demasiado para él, incluso en una batalla en la que está perdiendo es más centrado de lo que está siendo ahora. Él no lo soportó, ¿Qué clase de broma le estaba haciendo la Diosa luna? Dio media vuelta e ignorando la agonía de su lobo se marchó prácticamente corriendo.Micky, como le dicen sus amigos con los que se escapó del orfanato, se sintió herida. Ella jamás esperó tener una pareja y mucho menos alguien con tal poder, pero ahora, se siente extremadamente mal el saber que sus amigos y ella misma tenían razón. ¿Quién los querría cuando son lobos de bajo rango? ¿Quién los aceptaría como su pareja cuando ellos no son nada en el mundo?―Creo que debemos dejar de fastidiarla. ―Douglas, el gemelo may
Una total pesadilla estaba pasando Gideon, su luna estaba realmente loca y lo desesperaba de una manera brutal. No podían estar en el mismo espacio sin que ella saliera con una ocurrencia y él estuviera a punto de infartarse por el coraje que ella le hacía pasar.Ahora estaba más convencido, todo eso era un castigo por no proteger a su destinada la primera vez, ahora esta no se lo pone nada fácil con sus constantes intentos de huir de su lado. A ella ni siquiera le importa poder morir por alejarse, siempre le grita que prefiere eso a vivir encerrada como una prisionera en una de sus habitaciones.Gideon no ha sido el destinado modelo, incluso le dijo que simplemente sería su esclava, lo cual lo pagó bastante caro. Micky lo sedujo y después lo dejó caliente y cuando él estaba dispuesto a terminar lo que ella inició, lo llamó violador así logrando que se detuviera y no lograr su cometido. Para él fue un golpe bajo de su parte, él jamás haría algo tan infame como abusar de una mujer.―¿Q
Micky tocó un par de veces más la puerta, pero no tenía respuesta. Ella miró a su alrededor, de verdad era su oportunidad de intentar escapar, pero el lobo testarudo tras la puerta era todo lo que ella necesitaba. ¿Cómo puede ser tan fuerte una conexión? Jamás pensó que ella fuera merecedora de algo tan significativo como es la imprimación.Gideon se tensó completamente al ver el pomo de la puerta girar, él no le puso seguro y ahora estaba siendo consiente, ¿Por qué esa mujer lo deja sin capacidades tan básicas como el pensar? Él miró los ojos verdes de la mujer y sintió de todo. Su lobo rasguñó dentro de él con fuerza.{Mía} Dijo furioso. {Debes márcala, es nuestra, ¡Hazlo!} Gideon como siempre lo ignoró sin importar lo mucho que lo hiciera sufrir. ―¿Qué haces aquí? Yo…―Sé que quizás no sea lo que esperabas. ―Lo cortó. ―Quizás una huérfana que sobrevivía de robar comida, una loba de bajo rango y una mujer altanera como yo no está a tu nivel. ―Lo miró a los ojos, por primera vez ve
La tensión de Gideon era palpable, había pasado muchísimo tiempo desde que los vio por última vez ahora estaban ahí, frente a su puerta sin haberse anunciado antes y él no podía hacer nada ni molestarse por la llegada tan repentina.¿Por qué no le avisaron? No tiene nada que ofrecerles y será visto como un mal anfitrión. Al llegar a la puerta de la mansión, vio el carruaje aparcado y a sus hombres ayudándolos a descargar. Él rápidamente se les unió.―Majestades. ―Hizo una reverencia.―¡Tío Gideon! ―Un rubito alto y bastante atractivo lo abrazó. ―Dioses, no sabes cuanto quería venir. ―Gideon le revolvió la cabellera.―Ya viviste una temporada conmigo, no hagas que la reina me odie más. ―Blanca entornó los ojos. ―Vamos, compórtate como un cabellarlo y ayuda a tu hermana. ―Lucius resopló.―Solo por ser un caballero.―¿Lo ves papi? ―Una rubia muy parecida a un ángel miró a Balto. ―Lucius no debería ser caballero de nada, es un tontito que solo puede con su ego.―Basta Zarina, no le busque
Micky sintió como el alma se escapó de su cuerpo justo como cuando dio a luz a su hijo, el aullido de su débil loba la hizo jadear. ¿Acaso es quién ella creía? Eso era imposible, cinco años habían pasado y por lo que sabía él jamás pisaba el mundo humano porque es un salvaje que solo ama las guerras.Al salir de la junta, Santina se acercó a su amiga y la miró con preocupación, se le veía realmente pálida y sus ojos parecían preocupados. Al separarla del grupo, se la llevó a su oficina y la miró a la cara. Sabía que ahora tenía mucho más trabajo, pero no creyó que eso le afectara tanto.―Si yo salgo antes que tú, me haré cargado de Angelo, no tienes de que preocuparte. ―Micky negó.―Voy a dejar el trabajo. ―Santina soltó una carcajada, ellas no se pueden dar ese lujo y ahora menos que las plazas de trabajos eran nulas. ―Estoy hablando serio, me iré de la ciudad.―¿Por qué? ―No lo comprendió. ―Oye, solo es un poco más de trabajo, necesitas la paga. ―Suspiró. ―Mira, sé que es injusto qu
La alarma la desesperó al punto de desear aventar el móvil al otro lado de la pequeña habitación. Había pasado una noche larga con su hijo y ahora debía despertar para prepararse y marcharse al trabajo.Al mirar el techo le fue inevitable quedarse ahí quieta con ganas de rendirse. Ella todavía no sabe como es que sobrevivió al dolor del rechazo, tampoco comprende como dio a luz a su hijo y murió solo por unos minutos, mucho menos comprende como es que su bebé a pesar de ser tan débil haya vivido por cinco años. Ver a su bebé le sacó una sonrisa y le recordó el motivo de su lucha.Su hijo es quien siempre le da esas fuerzas que necesita para seguir adelante, así como la valentía para meterlo a su trabajo con ayuda de algunos de sus colegas sin que su loco jefe la pille. Levantándose, corrió al baño para asearse y hacer el desayuno.―Mami. ―Angelo la miró con sus ojitos apagados, pero brillantes. ―¿Iré nuevamente a tu trabajo? ―Micky acarició el pelo negro de su hijo y sonrió.―Sí, ¿No