La tensión de Gideon era palpable, había pasado muchísimo tiempo desde que los vio por última vez ahora estaban ahí, frente a su puerta sin haberse anunciado antes y él no podía hacer nada ni molestarse por la llegada tan repentina.¿Por qué no le avisaron? No tiene nada que ofrecerles y será visto como un mal anfitrión. Al llegar a la puerta de la mansión, vio el carruaje aparcado y a sus hombres ayudándolos a descargar. Él rápidamente se les unió.―Majestades. ―Hizo una reverencia.―¡Tío Gideon! ―Un rubito alto y bastante atractivo lo abrazó. ―Dioses, no sabes cuanto quería venir. ―Gideon le revolvió la cabellera.―Ya viviste una temporada conmigo, no hagas que la reina me odie más. ―Blanca entornó los ojos. ―Vamos, compórtate como un cabellarlo y ayuda a tu hermana. ―Lucius resopló.―Solo por ser un caballero.―¿Lo ves papi? ―Una rubia muy parecida a un ángel miró a Balto. ―Lucius no debería ser caballero de nada, es un tontito que solo puede con su ego.―Basta Zarina, no le busque
Micky sintió como el alma se escapó de su cuerpo justo como cuando dio a luz a su hijo, el aullido de su débil loba la hizo jadear. ¿Acaso es quién ella creía? Eso era imposible, cinco años habían pasado y por lo que sabía él jamás pisaba el mundo humano porque es un salvaje que solo ama las guerras.Al salir de la junta, Santina se acercó a su amiga y la miró con preocupación, se le veía realmente pálida y sus ojos parecían preocupados. Al separarla del grupo, se la llevó a su oficina y la miró a la cara. Sabía que ahora tenía mucho más trabajo, pero no creyó que eso le afectara tanto.―Si yo salgo antes que tú, me haré cargado de Angelo, no tienes de que preocuparte. ―Micky negó.―Voy a dejar el trabajo. ―Santina soltó una carcajada, ellas no se pueden dar ese lujo y ahora menos que las plazas de trabajos eran nulas. ―Estoy hablando serio, me iré de la ciudad.―¿Por qué? ―No lo comprendió. ―Oye, solo es un poco más de trabajo, necesitas la paga. ―Suspiró. ―Mira, sé que es injusto qu
La alarma la desesperó al punto de desear aventar el móvil al otro lado de la pequeña habitación. Había pasado una noche larga con su hijo y ahora debía despertar para prepararse y marcharse al trabajo.Al mirar el techo le fue inevitable quedarse ahí quieta con ganas de rendirse. Ella todavía no sabe como es que sobrevivió al dolor del rechazo, tampoco comprende como dio a luz a su hijo y murió solo por unos minutos, mucho menos comprende como es que su bebé a pesar de ser tan débil haya vivido por cinco años. Ver a su bebé le sacó una sonrisa y le recordó el motivo de su lucha.Su hijo es quien siempre le da esas fuerzas que necesita para seguir adelante, así como la valentía para meterlo a su trabajo con ayuda de algunos de sus colegas sin que su loco jefe la pille. Levantándose, corrió al baño para asearse y hacer el desayuno.―Mami. ―Angelo la miró con sus ojitos apagados, pero brillantes. ―¿Iré nuevamente a tu trabajo? ―Micky acarició el pelo negro de su hijo y sonrió.―Sí, ¿No
El silencio que llenó el lugar fue espeluznante. Todos en la sala quedaron sin respiración al ver al imponente hombre parado frente a ellos. Cabello negro y largo, ojos dorados y brillantes, es mucho más alto que cualquiera de los hombres en la sala y la cicatriz que cruza su cara le da un toque intimidante y misterioso.Los hombres inmediatamente se sintieron amenazados y las mujeres por alguna razón les palpitó más que el corazón, por otro lado, Micky no se lo podía creer, para ella era una pesadilla lo que estaba pasando. ¿Cómo es que la bestia que conoció llena de sangre y desaliñado ahora viste traje y se ve galante? ¿Cómo es que él estaba ahí?Gideon quien había llegado hace dos semanas al mundo humano y pudo percibirla al instante, miró justo a donde ella estaba sentada. Sus miradas chocaron como la primera vez y todos los sentimientos que los azotó fue incluso más intenso que lo que sintieron la primera vez.Micky deseó salir corriendo del lugar y Gideon moría por correr a ell
Una tortura, así se sentía tener a Gideon cerca. Él no solo despidió sin más a Mario, sino que ahora decretó que su hijo podía estar libremente por la empresa y eso significaba pasar más tiempo con él. ¿Cómo se atrevía? Él no tenía ningún derecho y eso la enfurecía de más.Micky estaba que explotaba cada vez que él le recordaba que era suya, ¿Cómo podía ser capaz? Es un bruto que 0dia con toda su alma, ¿Acaso no recuerda cuando la echó media desnuda después de tomar su pureza? Eso le enerva la sangre.―Mami, ¿No vas a trabajar hoy? ―Angelo la miró con las cejas alzadas. ―Vamos, Gideon y yo tenemos que seguir una partida, ¿Por qué no te has puesto en pie? ―Micky miró a su hijo realmente agotada.Desde que Gideon está cerca su hijo está más animado, su voz es más alta, no se cansa rápido porque su corazón está estable y en general está siendo un niño sano, pero el costo de eso es tener a ese hombre siempre a su lado y para ella es muy difícil.―No, amor, hoy no iré. ―Ella simplemente qu
―Quieto. ―Gruñó el hombre tomando a Angelo por el suéter y tirando de él.―No. ―Micky se horrorizó al ver a su ex jefe ahí con su hijo agarrado de esa manera. ―¡Suelte a mi hijo! ―Ella quería convertirse, pero todavía su hijo no sabía nada de su naturaleza y matar a un hombre frente a su bebé no estaba en sus planes.―¡¿Con ese imbécil sí?! ―Micky lo miró descolocada. ―¡Estuve ahí tratando de llegar a ti por tres años y no me hiciste caso! ¿Por qué a ese imbécil sí? ―Tomó a Angelo en brazos, el niño peleó y lo golpeó para soltarse, pero el hombre no cedió.―Mami, quiero que me suelte. ―Pidió mirándola con lágrimas en los ojos, él está muy asustado y Micky lo sabía. ¿Qué debía hacer? Se preguntó desesperada al ver a su hijo en peligro.―Tu mami y tú vienen conmigo. ―Le susurró al oído mientras mira a Mickeyla con un gesto de locura. ―Vamos nena, es hora de irnos. ―Micky miró a su hijo y entró más en pánico, él ya se estaba quedando sin aire de tanto llorar.¿Qué le había pasado a su ex
Ya no había secretos, Angelo sabía quién era su padre y estaba lidiando con la situación, pues no está acostumbrado, pero la conexión estaba jugando a favor de todos y se estaba acostumbrando con demasiada rapidez.Había pasado un mes, Gideon se pudo acercar a su cachorro, pero no a su luna, ella todavía lo repele y lo rechaza para verlo sufrir, ella disfruta verlo con dolor y él sabe que se lo merece y por ello no desiste de la mujer que ama.Micky no soporta tenerlo todo el tiempo cerca, pero ver a su hijo feliz le da la fuerza para incluso compartir el piso con ese imbécil que la obligó a mudarse a su lujoso departamento. Tener cerca a ese sarnoso que usa a su hijo para controlarla la está volviendo loca.―¡Por los Dioses! ―Se giró molesta. ―¿Puedes dejar de aparecer desnudo allá donde miro? ―Le reclamó, siente que ya lo hace a propósito.―Aquí no hay nada que ya no hayas visto, ¿Cuál es el problema? ―Le restó importancia. ―Entra, ya casi termino.―Así, lástima que ya me hicieron o
La llegada a la clínica fue rápida a pesar de que estaban a una hora del lugar. Gideon y Micky bajaron del coche corrieron y entraron como dos ráfagas de viento, quería saber de una buena vez que había sucedido con su hijo.Ellos podían sentir que estaba bien, pero aun así ignoraron todo y exigieron verlo de una buena vez. Micky estaba dispuesta a matar a la mujer que lo cuidaba si su hijo resultaba estar grave. Al entrar a la habitación a la que se les había llevado, ellos quedaron en shock al ver a otro niño en la cama y no a su hijo. ―¿Dónde está mi hijo? ―Casi gritó Micky, ella está confundida además de preocupada.―Señora. ―La responsable de los críos se levantó de su puesto. ―Lamento que hayan tenido que venir así, no me dejaron explicar. ―Gideon endureció el gesto, solo le bastó escuchar clínica e hijo para desear estar ahí en el acto. ―Verá, su hijo está bien, pero su compañero no.―¿Qué tiene que ver eso con mi hijo? ―Quiso saber Gideon.―Verá, Anthony y Angelo no se llevan