Balto fue a la habitación de su hijo, su cachorro había estado irritable en toda la noche, no dejaba de llamar a su madre a gritos, no comió lo suficiente y mantenía llorando cada tanto, eso lo enfureció demasiado, ¿Cómo pueden hacer que su hijo sufra de esa manera?―Prometo que la traeré de vuelta y esta vez mataré a ese hijo de… a ese miserable que nos la arrebató por segunda vez. ―Lucius miró a su padre, él ya estaba sentado en su cuna. ―Mamá volverá a nosotros para quedarse, ¿Lo comprendes, hijo?―Mamá… ―Hizo un puchero listo para llorar, pero Balto lo tomó en brazos. ―Mamá.―Lo sé, amor… lo sé. ―Besó su cabeza. ―La traeré y entonces serás nuevamente feliz, lo juro. ―Saliendo de la habitación fue directamente con Mónica, Gideon y pudo proteger a la servidumbre y los cazadores solo se centraron en él, por lo que no hubo muertes inocentes.―Mi rey. ―Mónica hizo una reverencia. ―Venga aquí, joven príncipe. ―Tomó al niño en brazos y después miró a su rey. ―Usted la traerá de vuelta, ¿
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