Los viñedos.
Por suerte, el niño la reconoció, en cuanto la vio.—¡Salí por un vaso de agua, pero no logré regresar! Luis se sintió apenado, nunca ha visitado el edificio y se perdió. —¡Suele pasar, no le digas a nadie, pero en mi primer día, también me perdí, no encontraba mi oficina! Melany le mintió para que el niño no se sintiera mal. —¡Te llevaré con tu tío, así que no sueltes mi mano! Los tacones de Melany la hacían verse aún más alta, y en cuanto se puso de pie, el niño levantó la cabeza y le dijo. —¡Eres muy amable! Por suerte estás al lado de mi tío. El niño se refirió a que vio a Melany curar las heridas de su tío. —¡Sí, a veces suele ser un poco estricto, pero en el fondo siento que es bueno! Melany caminaba de la mano del niño. —¡Mi tío es el mejor de mundo, en los días libres vemos película y comemos palomitas, a veces me lleva al parque de diversiones, y en otras ocasiones, salimos a pescar, aunque eso no me agrada mucho, es muy aburrida, solo te sientes y esperas que el pez muer
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