Daniel llevó en brazos a Débora hasta el baño, la ayudó a meterse en el agua, y a limpiar y desenredar su larga melena…. evitando en todo lo posible que viera su rostro golpeado ante el espejo. Él también se introdujo en la bañera junto a ella. La abrazó con fuerza, recostándola en su pecho a pesar del dolor que le provocaban sus dos costillas rotas, no le importaba ese ni mil dolores más, con gusto los hubiera soportado si con ello evitaba el mal trago que padeció su pequeña. Felizmente todo había pasado, ahora que respiraba aliviado por tenerla nuevamente junto a si, se conjuró para estar más alerta, sucesos así no podían repetirse, afortunadamente Montrail estaría fuera de combate una buena temporada, pero no podía confiarse.Observó a su esposa, se la veía relajada, disfrutando del baño. Eso le recordó cuan asustado había estado temiendo no volverla a ver. Ella era toda su vida, lo intuyó incluso desde los primeros momentos en Las Vegas. Cuán lejos quedaban esos días y cuanto
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