Daniel reparó cada facción del rostro de Danna con detención, no podía creer lo que estaba escuchando. Mientras él luchaba con su orgullo para poder arreglar las cosas, su esposa lo único que pensaba era en alejarse de él, fácil, la solución más rápida a todos los males.—Danna... —dijo Daniel— oye, tú me estás pidiendo que...Un sentimiento desagradable invadió el pecho de Daniel de golpe. Tuvo que parpadear dos veces para intentar entrar en sus cabales ya que, ver a Danna en aquella postura hizo que empezara a enojarse.—Si Daniel, es mejor que nos separemos, —expresó Danna— esto nunca tuvo que pasar.—No Danna, los siento, —replicó Daniel con tono seco— pero yo no te voy a dar el divorcio.Danna lo había imaginado, él no sería capaz de separarse de su lado. Pens
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