— No, no, bueno sí, pero escúchame Fabio, no hay tiempo, hay que irse, hay que marcharse de aquí. Después te expli…Pero las sirenas de patrullas comenzaron a sonar muy cerca y luces se veían en la entrada del puerto.— ¡Maldici0n la poli! ¡Ella los trajo hasta aquí!En un segundo se armó el pandemónium y a Carlotta, por lo único que le dio fue por correr y agarrar fuerte de la mano a Fabio.Su idea era meterse por el mismo agujero que se coló y perderse en la oscuridad del bosque, no importa qué, forzó sus pulmones y sus piernas a correr, pero siempre agarrada de su mafioso guardaespaldas.— ¡Rápido Fabio, agáchate, levantaré la cerca, vamos!— le ordenó, respirando agitada, mientras sus manos temblorosas iban a agarrar la cerca oxidada.— Espera Lotta, espera— Fabio la detuvo antes de que se hiriera. — Me viste lo que hacía, es obvio que contrabandeaba drogas, aun así, ¿me estás ayudando?, ¿sabes que si te atrapan serás mi cómplice, cierto? Irás igual a prisión – Fabio la miró y mil
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