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Todos los capítulos de Entré el CEO y Mafioso.: Capítulo 31 - Capítulo 40
43 chapters
Voy a ser papá
La rabia y desesperación inundaron el cuerpo de Helen al saber que perdió la custodia, incluso sin haber avanzado un solo paso. Esa tarde estaba reunida con sus abogados y de inmediato dejó claro su descontento.—Son unos ineptos o aquí queda demostrado que en este país quien tiene el dinero es quien gana ¿Cómo puede ser posible que siendo su madre legítima le haya dejado la custodia? ¡Él no es su padre!El abogado lleno de vergüenza, ya que no sabía lo que aquella mujer había hecho con su propio hijos, simplemente la miró y le pasó un documento firmado, incluso con una orden de alejamiento hacia el menor, pues los abogados contratados e incluso impusieron pruebas de que el chico entraba en crisis con solo tener cerca la presencia de esa mujer.—No somos ineptos, es solo que aquí no hay nada que hacer.—¡Claro que debe haber algo para hacer! —reclamó furiosa—En ese caso deberá buscar otros abogados.Ellos les dejaron bastante claro que después que intentaron defender a una mujer con
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Herida profunda.
La madre de Elliot había recibido una noticia que no podía creer y, después de dos semanas enferma, tras enterarse de la verdad, ese día decidió reunirse con su hijo, pero al no poder contactarse, quien la visitó fue David, muy angustiado después de la llamada, pues Victoria se escuchaba fatal.—¿Desde cuándo está enferma y por qué no me habían informado nada? Le acabo de dejar un mensaje a Elliot, aunque estoy muy seguro de que pronto vendrá de regreso.—¿Ya lo sabes todo? ¿Cierto? —lo interrogó sin perder tiempo.David no entendía nada, pero como estaba limpio y sin nada que ocultar, solo se mostró interesado.—¿A qué se refiere?—¡A esto!En ese momento ella le entregó un sobre amarillo que estaba dirigido a su hijo, pero llegó a sus manos.David observó cada imagen y aunque ya sabía de qué se trataba, al ver las imágenes se llevó la sorpresa.—¡No te quedes en silencio, joder, y habla de una vez!—Estas eran las pruebas que estaba esperando, pero como estaban en sus manos no pude
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En prisión
Después de pasar toda la tarde y la noche haciendo el amor. Amanda y Elliot quedaron durmiendo como rocas. Ellos se mantuvieron muy cerca para sentir la compañía uno del otro y jamás sentirse lejos.El sol se asomó y cuando su resplandor activo el calor ambos despertaron con una sonrisa en sus rostros y mirada de satisfacción.—Pensé que estaba en un sueño —Elliot acariciaba el vientre de Amanda sin creer que ella está ahí, muy cerquita de él…—No soy un sueño, somos la realidad que de ahora en adelante nunca faltará.Él la besaba y disfrutaba de su compañía, pues tanto tiempo solo, lo hacía incluso delirar. Ver ese rostro hermoso y perfecto hacía que los latidos de su corazón se acelerarán y también llegó el miedo robando en un segundo su sonrisa.—¿Qué dice el señor Manuel de todo esto?Ella pudo sentir su miedo y no iba a permitir que nada arruinara la felicidad que estaba sintiendo en ese momento.—Manuel no volverá a interferir en mi vida. Le he dejado bastante claro que no piens
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Aceptó
Elliot estaba de regreso, dispuesto a retomar su vida. Antes de llegar a su mansión, en compañía de Amanda, se presentó con su madre y le brindó todo el apoyo que sabía que ella estaba necesitando, ofreciéndole su hombro para llorar y brindando compañía para que no se sintiera sola.Mientras que Helen, en cuanto se enteró de su regreso, se presentó en la mansión, pero no fue posible acercarse, ya que se lo prohibieron por petición de la familia. Ella, enojada, regresó a su apartamento. Estaba incontrolable y decidida a no seguir siendo pisoteada de una manera tan cruel.—¿Lo puedes? No me permitieron pasar a ver a su madre porque están teniendo un encuentro familiar ¿Acaso ya no pertenezco a esa familia?—Debe tranquilizarse, señora. Todos estos días se la ha pasado muy exaltada y esto no le hará bien a su salud —se preocupó la sirvienta por la situación actual de su jefa.—¡Regresó con esa mujer! —exclamó Helen molesta e indignada.—¿Quién ha regresado?—El maldito de Elliot le ha pu
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Egoístas
El sentimiento de perdedora era algo que no caracterizaba a Helen y todo lo ocurrido con Elliot era más que una falta de respeto. Esa noche no durmió tratando de atar cabos y buscando la mejor manera de eliminar a todos los que amenazaban con quitarle su paz y tranquilidad.—¿Te sientes bien? —se acercó María, preocupada por lo que apreciaba en el rostro de su jefa.—No. No estoy para nada bien —En ese momento miró a su sirvienta. —¿Qué es lo más loco que harías por amor?La sirvienta pensó un momento, pues no sé, esperaba la pregunta. —Pues luchar hasta tener lo que me pertenece.—¿Sin importar nada más?—Muchas veces tenemos que volvernos egoístas y solo pensar en nosotros.Las ideas parecían acomodarse en la cabeza de Helen. La noche había sido un desastre, pero tenía que volverse egoísta como lo acababa de decir su sirvienta.—Creo que me has dicho lo que necesito escuchar. Ahora vete a dormir y no te preocupes por mí. Te prometo estar bien.María se retiró y ella se quedó en el c
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Feliz y bendecida
«Ring, Ring, Ring»Victoria estaba acostada en su cama cuando el horrible y molesto sonido del celular la hizo salir de su comodidad.—¿Sí?—Te pido perdón desde lo más profundo de mi alma. Estoy consciente de que como seres humanos cometemos errores, pero también reconozco que no puedo vivir sin ti.—Hola, Elías —saludó con tanta tranquilidad que él lo tomó como sarcasmo. —¿Cómo te encuentras?—Mal, cada día sin ti, para mí es un infierno y lo único que deseo es que me perdones y volvamos a ser la familia que somos.—Yo te perdono. Si me conoces bien, sabes que no suelo guardar rencor en mi corazón, pues es una carga pesada que no estoy dispuesta a llevar.—Gracias, mi amor, siempre he sabido que posees un hermoso corazón. Fui un idiota al fallarte, un gran idiota, te prometo que volverá a suceder. ¿Cuándo puedo regresar?Ella lanzó una carcajada que lo dejó más que sorprendido. —Yo te perdono, pero ya no te quiero en mi vida.—Victoria, por favor, amor. Recuerda todo lo vivido y los
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Por las malas
—¡Desgraciada!Al terminar la llamada Helen quedó más histérica y enojada que nunca. En su mente hacía culpable a Amanda y sintió que había llegado el momento de sacarla del medio y tomar el lugar que desde siempre le había pertenecido.Sin pensarlo más fue por sus cosas, pero en el proceso María se percató de su mirada desenfrenada y no pudo resistir y se dirigió a ella.—¿Está usted bien, señora?—¡Noooooo! Nada está bien. —gritó como loca —¿Cómo puedes preguntar esa estupidez? ¿Me veo bien? Una intrusa se ha quedado con todo lo que es mío, pero ya no más. Hasta hoy le ha llegado la dicha a la maldita perra.—Señora, pensé que estos meses en tranquilidad habían servido para hacerla reaccionar.—¿Le llama tranquilidad a esto? Esto es un estorbo de una fatídica noche.Helen había enloquecido más, ya que se empezaba a notar su embarazo y aunque tomó pastillas para interrumpirlo, no había pasado nada.—¡Señora…!Ella no la quiso escuchar y con mal humor evidente se marchó. Parecía que e
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Pequeño héroe
Todo se había nublado y el miedo se apoderó por completo del cuerpo de Amanda. Su cuerpo estaba tan tensó, que no podía pensar con claridad y solo se hacía culpable de ver a Liam tirado en el suelo y con una mancha de sangre evidente.—Hija, ¿estás bien? —se acercó su madre, pero ella no escuchaba nada y sus ojos estaban directamente clavados en el pequeño, mientras sentía todo su cuerpo tensado e inmóvil.—Llamen a una ambulancia —gritó Elliot en cuanto vio la sangre. —¿Qué has hecho, hijo?—Estoy bien, papá. ¿Amanda está bien?En ese momento él miró a su esposa y descubrió sus ojos de espanto y su color de piel totalmente pálido.—Ella está bien, algo asustada, pero bien.Él no quería asustar al pequeño, pero lo que veía no le gustaba para nada. Amanda estaba en shock. Él no sabía si era debido al susto o también había resultado herida. Ese momento fue perturbador y pausado para él, ya que no quería separarse de hijo, pero necesitaba estar con su esposa.—Señor, lo ayudaremos a llev
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¡Hija mía!
Lo que sus ojos veían lo llenaban de felicidad, pues en ese cuarto de hospital estaba todo lo que amaba y mucho más... Con pasos lentos y una gran emoción que rebosaba su pecho, se acercó a los gemelos y al conocerlos se estremeció por completo. Ver esas pequeñas personitas que él había creado. Sangre de su sangre… Le parecía un sueño, pero un hermoso y perfecto sueño.—¡Son perfectos! —enseguida llevó su mirada cálida y emocionada hasta donde se encontraba Amanda. —Gracias por tan hermoso regalo. No tengo con qué agradecerte la inmensa felicidad que hoy siento en mi pecho.—Solo te pido que seas un padre para mis tres hijos —acarició el cabello de Liam. —Un padre presente y que solo les brinde amor y protección.De los ojos de Elliot salieron lágrimas. Él no sabía cómo llamar a todo lo que estaba sucediendo en su interior en ese momento, pues la emoción era fuerte y la sentía en lo más profundo de su alma.—No puedo prometer lo que por derecho me corresponde hacer. De nuevo, gracias,
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Deslealtad
Terminó la llamada, pero el cuerpo de Amanda se encendió en llamas, pues con la petición de su padre se había quedado entre la espada y la pared.Se le veía desorientada mientras se miraba al espejo, pues no podía dejar de pensar en la exigencia de su padre. Elliot entró a la habitación y al ver que aún estaba mojada, se dirigió a ella, pero parecía que hablaba solo, ya que ella no respondía.—¡Amor! —ella se espantó cuando él la tocó. —¿Qué sucede?—¡Por favor, vámonos lejos! Regresemos a esa isla que nadie conoce, así ese hombre no me podrá encontrar.Ella temblaba y se veía realmente alterada. El panorama no se veía bien y Elliot de inmediato se preocupó, así que la acompañó al closet para hablar en privado y así conocer lo que le sucedía a su esposa.—¿Quieres que llame a tu madre o quieres ir a emergencias?—No. Yo quiero que nos vayamos lejos, donde nadie nos encuentre.—Me quieres contar lo que sucede.Ella le contó sobre la llamada y por cómo se veía, Elliot de inmediato supo
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