"Por favor... no aguanto más..."
Él levantó la vara y dio un leve golpecito en el hombro de Willow, señalándole que se diera la vuelta. Lentamente, ella obedeció, quitándose el vestido, sus pechos rebotando frente a él, llenos y hermosos, con los pezones desafiantes. Willow se posicionó para el castigo que sabía que vendría. Cada segundo parecía una eternidad mientras esperaba el impacto.Aurelius comenzó con golpes ligeros, probando su reacción. Willow trató de mantener la compostura, cada golpe resonando a través de su cuerpo como un recordatorio de todas las veces que había estado en esa posición antes."Bien," dijo Aurelius después de unos minutos. "Eres resistente, como lo recordaba."Él se detuvo, dejando la vara a un lado y volviendo a la mesa. Cogió una venda y volvió a Willow, arrodillándose detrás de ella, y la colocó sobre los ojos de la concubina, atándola fuerte. Aurelius sonrió, satisfecho, la abrazó fuerte, su mano derecha en el delicado cuello de la joven, sin apretar mucho, y dijo:"Muy bien, Willow.
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