Lara entró a la sala de interrogatorios con su expresión era seria, fria y decidida. Frente a ella, sentada y esposada a la mesa, estaba su hermana gemela, Clara. La habitación estaba iluminada de manera tenue, con una atmósfera tensa y cargada. Clara, con una sonrisa irónica en los labios, no parecía mostrar remordimiento alguno por sus acciones.Lara tomó asiento frente a Clara, depositando una carpeta gruesa sobre la mesa. Sus ojos se encontraron por un momento, y aunque compartían el mismo rostro, sus miradas eran completamente opuestas: una llena de determinación, la otra cargada de resentimiento.—Clara, estos son los cargos que enfrentas. —Comenzó Lara con su voz firme y autoritaria. —Conspiración, traición y múltiples intentos de asesinato. La agencia ha decidido que recibirás cadena perpetua, sin derecho a juicio.Clara soltó una risa amarga, su mirada desafiando a Lara.—Siempre tan correcta y obediente, ¿Verdad, Lara? La favorita de todos. Pero al final, yo fui la única que
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