185: En la miraSamuel finalmente llegó al departamento de Daniel, sumamente exhausto y sucio, le dolían los pies y sentía que en cualquier momento se desmayaría. Llamó a la puerta con fuerza, y después de unos segundos, una joven de cabello negro y ojos avizores abrió, preguntando con desconfianza qué quería a esa hora, y con ese aspecto.—¿Quién eres y qué necesitas? —Preguntó la joven, con voz firme.Samuel trató de responder, pero su mente estaba demasiado aturdida por el cansancio y el estrés. En ese instante, un ruido estruendoso proveniente de las escaleras lo hizo girar instintivamente. El miedo lo inundó y, sin pensarlo dos veces, empujó a la joven dentro del departamento y cerró la puerta de golpe, bloqueándola con su cuerpo.—¡Oye! ¿Qué estás haciendo? —Gritó la joven, sorprendida y asustada.Samuel levantó una mano, pidiendo silencio, y susurró con urgencia:—Por favor… me están siguiendo. Necesito hablar con Daniel. Es urgente.La joven frunció el ceño y, tras unos segund
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