Ese día, Walter iba vestido de gris, lo que le confería una apariencia enérgica, aunque no carente de estabilidad. Sin embargo, el momento en que vio a Mariana, frunció el ceño de inmediato. Entonces, su mirada se dirigió a Serafín, quien estaba detrás de ella, sosteniendo sus manos mientras le enseñaba a jugar al golf, y su expresión se volvió sombría al instante.Jimena, por su parte, jadeó sorprendida, pues no esperaba encontrarse con Mariana y Serafín allí.¡Ella sólo quería disfrutar de un tiempo a solas con Walter!Por otro lado, Serafín soltó a Mariana y retrocedió unos pasos para ponerse a su lado.—Qué coincidencia —Walter habló primero, con un tono de sarcasmo en su voz.A pesar de su ironía y desagrado, Mariana se inmutó y simplemente respondió: —Así es, señor Guzmán, nos encontramos de nuevo.El uso de «señor Guzmán» hizo que la ira de Walter se desbordara en un instante.Pero Mariana ya no le prestó atención y se volvió hacia Serafín, sonriendo: —¿Continuamos?Walter entre
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