En frente de la villa, Mariana regresó a recoger el anillo.Ingresó el código y esperó a que la puerta se abriera automáticamente, pero escuchó un pitido, seguido de una voz que decía contraseña incorrecta.Levantó la cabeza para revisar el número de la puerta y, al confirmar que era la villa de Walter, intentó de nuevo, sólo para recibir el mismo mensaje de error.¿Es que él había cambiado la contraseña?Después de tres intentos fallidos con la contraseña, incluso su huella digital no pudo ser verificada, lo que desencadenó una alarma desde la cerradura electrónica y certificó su sospecha: sí, la contraseña había sido cambiada.Walter, como era de esperar, actuó con rapidez,¿Estaba tan ansioso por mantenerla alejada, tan reacio a verla allí nuevamente?Sólo había estado fuera por unos días, y él ya había cambiado la contraseña.Sacando su celular, Mariana estaba a punto de llamarlo cuando la puerta se abrió de repente, y una voz familiar vino desde adentro: —¿Mari?Dándose la vuelta,
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