Celeste tuvo un sueño.En el sueño, estaba flotando en el agua, y alguien le decía que le enseñaría a nadar. Ella, contenta, aceptó.De repente, una fuerza la arrastró hacia el fondo, ella luchó, pero esa fuerza era demasiado fuerte y seguía tirando de ella hacia abajo.La escena cambió, y frente a ella apareció un auto sumergido en el agua. A través de la ventana, vio a un hombre con la piel pálida sentado en el asiento del conductor, con los ojos rojos fijos en ella.—¿Por qué no me salvaste?—¿Por qué no me salvaste?—¡Ah!El pánico de Celeste alcanzó su punto máximo, quería huir, pero el hombre de repente extendió la mano y la agarró, sus ojos llenos de odio…—¡Déjame! ¡Déjame ir! ¡Suéltame! —gritó Celeste.—¡Celeste, despierta! ¡Celeste!Una voz familiar, como si viniera de muy lejos, la llamaba, insistiéndole que despertara…Celeste abrió los ojos de golpe y lo primero que vio fue el rostro de Lorenzo, ampliado por la cercanía, con sus profundos ojos oscuros fijos en ella.Lorenz
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