Capítulo 413
¡Ese tipo los había alcanzado!

Celeste notó que había una pequeña barca en el río detrás de Naim. Probablemente, él los había estado buscando a lo largo de la orilla hasta encontrarlos.

—¿Eres su mujer? —Naim habló en un español torpe, con la mirada fija en Celeste.

Celeste se recompuso y forzó una sonrisa:

—En realidad, no tengo nada que ver con él. Soy inocente. Si quieres venganza, la rodilla de Marina la destrozó él. ¿Por qué no me dejas ir?

Samuel la miró incrédulo.

Naim mostró los dientes como un lobo:

—La señora dijo que todos los que estén con Samuel deben morir. ¡Ninguno de ustedes se escapará! ¡Empezaré contigo!

El cañón negro del arma se alineó con Celeste.

Celeste sintió cómo la desesperación la invadía.

No fue ella quien dejó a Marina incapacitada, ¿por qué tenía que empezar con ella?

¿No debería empezar con Samuel?

Naim no estaba para perder el tiempo con ellos. Justo cuando estaba a punto de apretar el gatillo, Celeste cerró los ojos y gritó:

—¡Sé dónde está tu hija!

El
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