Todos los capítulos de Enloqueciendo al jefe: Capítulo 21 - Capítulo 30
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Parte veintiuno
Ignacio dejó escapar un lento suspiro, del mismo modo en que se dejó caer a la cama, le pidió a Violet permitirle vestirse para que la llevase a la cama con ellos.—¿Satisfecha? —inquirió él con el ceño fruncido.Ella negó con la cabeza, para después esbozar una sonrisa burlona, encendió la lámpara, se acercó y cargó a Salomé, quien al ver a su padre se emocionó.Violet salió para prepararle un poco de suplemento, se negó a recibirlo cuando ella regresó, en su lugar se recostó al pecho de su padre ya vestido, Violet se acomodó al lado a mirarlos.Poco a poco ambas se fueron durmiendo, Ignacio intentaba moverse para impedirle dormirse y dejarlo de modo en que estaba, con deseos de ella.Tres horas después había logrado poner a Salomé en la cuna sin que esta se despertara, para después regresar ante Violet, la vio dormida, pero no le importó, la deseaba y empezó a toquetearla a juguetear.Violet estaba somnolienta, intentando resistirse por pura maldad, Ignacio estaba excitado, no cesó
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Parte veintidós
Ignacio se alejó para ponerse los zapatos y Violet observó más de cerca el modo en que había organizado todo, por colores, no solo la ropa y zapatos de la jefecita.—Te dejé el desayuno —le dio un beso que Salomé interrumpió, quiso intentarlo, pero no pudo, en su lugar le agarró los glúteos—. Las veo al final del día, a menos que quieran visitarme.Violet sonrió.—Me encanta cuando hueles a mí, Violet.—¿Sí? Puedes ponerte un poco de mi perfume y así también tú hueles a mí, que todas sepan… —Se detuvo al verle la sonrisa.—Ya todos saben que soy tuyo Violet, y tengo los argumentos para quienes aún tengan dudas, te amo.Ignacio finalmente le dio un beso, se había puesto los zapatos y se despidió de Salomé, para después salir de la habitación y despedirse de Lana y Mariska en la sala, emocionado el hombre dejó la residencia, llegó hasta su auto y se percató de que no hubiera reporteros, ni nadie acechando, que perturbara la paz de sus mujeres.Emotivo se dirigió a su casa en donde compr
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Parte veintitrés
Violet suspiró algo irritada, entró y cerró lentamente, para después dejar caer su cabeza sobre la puerta.Sonrió cuando la jefecita se acercó y abrazó sus piernas, volviendo a recuperar la calma, la levantó y regresó a terminar lo que seguía haciendo.Molesta, al no obtener la satisfacción que había esperado, Fermina salió del lugar.La mujer temía a la reacción de Ignacio, pero presentía que Violet no le diría nada.Al ver los avances en sus tatuajes, Ignacio sonrió satisfecho.—¿Terminamos la sesión o la dejamos en dos? —inquirió el tatuador al ver lo rojo e hinchado que tenía el pecho.—Descuida, una sesión es suficiente —respondió al recordar la recomendación de nada de sexo y sabiendo que no se resistiría a ella para esperar, insistió.Había realizado algunas llamadas al trabajo y sabía cómo marchaba todo con su padre.Minutos después, se dispuso a tolerar el dolor que, sabía, le dejaría una gran felicidad.—Todo está listo para su cumpleaños —dijo Lana mirando a Salomé dormida
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Parte veinticuatro
El doctor ingresó interrumpiendo una amena conversación entre los hombres.Lo revisó, precedió a dar las recomendaciones, que en su mayoría Ignacio ya conocía, y le fue aprobada una salida voluntaria por algún tiempo.El hombre no dudó en agradecer. Ignacio debió retirarse para recoger sus medicamentos, lo necesario para tenerlo con él.En aquella cafetería, Violet reía anímicamente, habiendo olvidado el problema por el que atravesaban.No se le hizo extraño que casi no estuviera siendo el centro de atención.Zaid le expuso el plan; ella estuvo de acuerdo. Cuando quiso irse, él le pidió quedarse, preguntando sobre lo que estaba pasando.Comprensivo y cariñoso, así estaba actuando Zaid.Violet no revelaba mucho, empezó a sentirse incómoda y por ello se puso de pies. Él siguió el acto, se despidieron ya habiendo acordado el día y lugar a trabajar.Seguida por su guardaespaldas, abordó su auto.Ignacio esperaba los medicamentos y su móvil recibió notificaciones una tras otra.Sonriente l
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Parte veinticinco
—Sabes lo que pienso al respecto, no he cambiado mi opinión desde el último que me mostraste que te hiciste, sé que eres un hombre adulto, que tiene sus propios criterios sobre la vida, pero para mí no es nada sano tatuarse, dañar el templo de Dios, incluso cuando le llamen a esto arte con un significado especial. Lo especial se lleva aquí —señaló su pecho al lado del corazón.—Tatuarme es una de las pocas cosas del común que hago, para mí tiene un significado especial, como te he dicho, me he tatuado tu fecha y el rostro de mi hija.Josh emitió un extraño sonido de desacuerdo que le causó risa a Ignacio, quien se giró para verlo y este, de forma inmadura, volteó el rostro.—En fin, cambiando de tema, he adecuado todo para que estés cómodo en casa. Ahora avisaré que no iré a la empresa, me quedaré para preparar uno de tus platillos favoritos.—¿Están en casa? ¿Mi nieta nos espera en casa?—No, padre, Violet al parecer, tuvo un día bastante ocupado y divertido hoy. Le avisaré que estar
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Parte veintiséis
—Lo sé, y lo siento, lo paré en cuanto me sentí incómoda con su actitud, por eso me marché del lugar, puedo hacer un en vivo y aclarar la situación, tú y yo sabemos que lo que dicen es mentira, no tengo nada con él.—Bien —respondió con simpleza y procedió a recoger el equipaje para llevarlo al interior.Violet suspiró y lo miró marcharse, para después entrar a sus redes, para darse por enterada de que no eran solo aquellas fotos, que había visto en el móvil de Ignacio, había mucho más fotografías.Se sentía un poco molesta por la actitud que tenía él, pero también lo entendía, sabiendo lo celoso que era, intentar ponerse en su lugar le pareció correcto, decidió de inmediato llamar a Zaid y cancelar su participación en la campaña, aunque no retiraría su apoyo no pretendía disponer de su tiempo.—Violet es una tontería que quieras cancelar el ayudar con un proyecto tan bonito, solo por unas fotografías, no son para tanto, sabes lo que siento por ti, no pude controlarme, pero no volverá
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Parte veintisiete
—Me molesta tu ingenuidad, Violet, no quiero controlar tu vida, pero deberías de tener claro que se valdrán de cualquier situación para atacarnos, actúas sin pensar, pones tu vida en manos del público, harán de esta un infierno, el que estemos juntos, aunque no sea relevante, es algo a lo que le darán hasta conseguir separarnos, sabes que tenemos enemigos, las cosas no serán fáciles.—Sí, ya lo estoy viendo, sobre todo cuando eres tan celoso Ignacio.—No, no estoy celoso, solo estoy molesto, cabreado. Se suponía que eran amigos, pero parece que te ve como más que una simple amiga, y lo sabías. Aun así, te fuiste a ver con él, sin seguridad, sin tu amiga. Sola, como una mujer libre que quiere dar esperanzas al individuo.Violet sonrió y se acercó, rodeó su cuello con sus brazos.—Si no estás celoso, ¿por qué no me das un beso? ¿Por qué no aprovechamos que estamos aquí solos?Empezó a besarlo y este ya no opuso resistencia, le devolvió el beso, la sujetó por la cintura y girando la subi
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Parte veintiocho
Es muy amable, gracias por los consejos.Violet le dio un abrazo a Josh, al verlo, Ignacio se acercó con Salomé, se dispusieron a compartir, en tantos ellos disfrutaban de su momento, en aquel lugar en que vivía, Franyely planeaba su siguiente movimiento.Informándose, no solo sobre Violet y su vida, los últimos años, también sobre Ignacio, buscando el modo de que nada fallara, conociendo sus ventajas y desventajas.Las horas seguían avanzando, mientras Violet y su familia gozaban de un agradable momento, aquella se había detenido para realizar una llamada a su casa, habló con Lana, para después de hacerlo con sus padres, llamó para comunicarles la decisión de irse a vivir con Ignacio.—¿Están seguros de que no les incomodará estar solos?—No, hija, nosotros estaremos bien.—Aunque no estarán del todo solos, le he pedido a Lana quedarse con ustedes, Mariska estará algunas veces, además podrán visitarnos y supongo que quedarse, ¿verdad amor? —preguntó a Ignacio, quien la estaba abrazan
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Parte veintinueve
—Va a estar bien amor, no está tan lejos, además he adquirido su cama con un sistema inteligente, detectores de movimiento, sabremos si algo está mal, también tiene una cámara, para que podamos vigilarla, sabía que ibas a actuar así, es una O’Kelly —dijo mirando a Salomé, acariciando su pequeña mejilla—. Tiene que ser fuerte como sus padres, será valiente como tú, no siempre dormirá sola, la traeremos algunas veces para que esté con nosotros, ¿de acuerdo? —Está bien, te acompaño. Ignacio sonrió y Violet lo siguió. Acostó a Salomé y se quedaron unos minutos observándola. —Vamos, ella estará bien. Violet se sintió indecisa, pero finalmente Ignacio logró convencerla. Cruzaron la puerta que separaba las habitaciones, Ignacio dijo que tomaría una ducha, Violet dijo que esperaría, pero volvió con Salomé mientras él se duchaba. —Eres bastante necia, testaruda, te dije que ella estará bien, ven vamos a la cama. —Está bien, me ducharé. Violet se fue a la ducha, Ignacio realizó algunas l
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Parte treinta
Violet tomó el control, logrando satisfacer sus deseos, logrando que Ignacio la impregnara con sus semen. —Buenas noches, preciosa —le dio un apasionado beso. Violet se giró de nuevo, Ignacio la abrazó de cucharita, habían conseguido quedarse dormidos. El amanecer había llegado, Violet se despertó primero, vio a Ignacio dormido y decidió dejarlo descansar, se levantó, se dirigió a la cuna de Salomé, quien aún dormía. Le dejó un beso, volvió para ducharse, usó ropa de Ignacio y salió de la habitación. Minutos después volvió a comprobar que ambos estuvieran bien, pero seguían dormidos, se dirigió a la cocina, pero al no ver allí a nadie, decidió ir a ver que Josh hubiera amanecido bien, este ya estaba despierto y muy animado, lo estaban terminando de organizar. —Hola Josh, ¿Cómo se siente? ¿Descansó? —Hola hija, de maravilla, soy un hombre nuevo, mírame, ah… ¿Dónde está mi terroncito? —Aún duerme, al igual que Ignacio. ¿Qué le parece si vamos a preparar el desayuno, y hablar un p
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